Jeremy Corbyn: El Tsipras británico

viernes, 21 de agosto de 2015 · 20:54
Londres (apro).- La “Corbynmanía” ha provocado un fuerte terremoto en la adormecida izquierda británica, y ahora busca hacer temblar al “establishment” inglés. El veterano parlamentario socialista Jeremy Cobyn, de 66 años, tomó a todos por sorpresa al convertirse en las últimas semanas en el principal candidato a la jefatura del opositor Partido Laborista de Gran Bretaña, de acuerdo con los últimos sondeos de opinión. Exdivorciado de una activista chilena y desde el mes pasado casado en terceras nupcias con la empresaria mexicana Laura Álvarez, 20 años menor que él, las encuestas estiman que el político saldrá vencedor en la contienda interna del Laborismo en septiembre próximo. Legislador por la circunscripción electoral londinense de Islington Norte desde 1983, el parlamentario inglés ha sido uno de los políticos británicos más críticos sobre la guerra de Irak (2003), además de haber hecho campaña durante años por el desarme nuclear. Corbyn está a favor de devolverle a Argentina las Islas Malvinas y fue uno de los mayores críticos del gobierno conservador de Margaret Thatcher, acusándola de ser una “enemiga del mundo civilizado”. A pesar de ser considerado como un “ídolo” por el sector izquierdista más joven del Laborismo, es muy criticado por la centro-izquierda del partido, especialmente por el ex primer ministro Tony Blair, quien dijo que si éste gana el liderazgo laborista “aniquilará” a la formación. “Si Jeremy Corbyn se convierte en líder no será una derrota (para el Laborismo) en la próxima elección general como ocurrió en 1983 o en 2015. Significará la ruina, o posiblemente la aniquilación”, dijo Blair esta semana en una columna de opinión para el periódico The Guardian. La prensa británica ha dado en llamar el fenómeno como la “Corbynmanía”, y también quedó muy dividida entre los periódicos izquierdistas como el The Guardian y el The Independent- que le han dado un fuerte apoyo al candidato-, y aquellos de centro-derecha, como el Daily Telegraph o el Daily Mail, que advierten a los electores por el peligro de “un regreso de la política roja y socialista” en Gran Bretaña. Con más de 30 años de experiencia en la Cámara de los Comunes, este político y activista de izquierda tiene un objetivo en mente: Luchar contra las políticas de austeridad del gobierno conservador de David Cameron y hacer que Gran Bretaña se convierta en un país más justo y con mayor redistribución de la riqueza. Corbyn, que es uno de los principales parlamentarios interesados en América Latina y sus movimientos sociales, quiere que los ricos en el Reino Unido paguen más impuestos, y que las familias trabajadoras puedan beneficiarse de un Estado de Bienestar eficiente y justo. “La austeridad ha sido utilizada por el gobierno para reconfigurar nuestra sociedad y estoy convencido que llevará a más desigualdad e injusticia social. El Laborismo necesita ofrecer una alternativa económica coherente”, afirmó el político nacido en el tranquilo pueblo inglés de Chippenham. Frugal- va al Parlamento en bicicleta-, y muy elocuente, Corbyn logró conseguir además el apoyo del sindicato más poderoso del país, Unite, el mismo que había apoyado en el pasado al exjefe laborista Ed Miliband. En su pequeña oficina parlamentaria de Westminster, el político laborista cuenta una gran cantidad de fotos, diplomas y evidencia de su activismo político, como haber encabezado las multitudinarias marchas anti-guerra de 2003 en Londres, hasta viajes por denuncias de violaciones de derechos humanos a Chechenia, Moscú, Chile y México. Es además el presidente de la Campaña por el Desarme Nuclear (CND) y del grupo Detener la Guerra (Stop the War Coalition), que fue crucial en el movimiento pacifista contra las guerras de Irak y Afganistán, y que ahora se opone a una mayor intervención militar de Occidente en Siria. Corbyn mantiene su banca por la circunscripción de Islington Norte desde hace 32 años, y en las elecciones generales de mayo pasado logró ganar esa bancada con una mayoría de 21.000 votos, en gran parte debido a su mensaje anti-austeridad y contra las políticas conservadores neoliberales. Esa circunscripción londinense es una de las más diversas del país, no sólo por la gran cantidad de etnias, sino también por la variedad socio-económica de su gente. Según el activista británico, “la gente políticamente activa se siente cada vez más decepcionada con la política, especialmente después del período del Nuevo Laborismo iniciado por Tony Blair”. En los últimos días, Corbyn se convirtió además en uno de los principales parlamentarios británicos en reclamarle a Cameron y a los gobernantes europeos cancelar la deuda de Grecia, al considerar que la Unión Europea (UE) y los organismos financieros internacionales están haciendo “demandas extorsivas” al país helénico, perjudicando a la población más vulnerable. “Mi objetivo al frente del Laborismo es poner freno a la venta de bienes del Estado, como los ferrocarriles y el servicio de Salud, aumentar el salario mínimo, redistribuir los ingresos de la economía y hacer que el país sea más justo. Vivimos actualmente en una sociedad muy desigual”, contó el político. El principal problema que enfrenta su partido, explica Corbyn, es que el Laborismo británico “permitió que los conservadores delinearan la agenda política y económica, sin ofrecer una alternativa”. “Nos cuesta mucho como partido dejar en claro ciertas cosas. Después de la elección general de 2010, los conservadores lograron convencer a la población británica que el previo gobierno laborista había gastado demasiado, y esa idea fue tomada como real. Cinco años más tarde, todos asumieron esa premisa. Lo cierto es que no fue así. La banca británica colapsó por una combinación de la crisis de las hipotecas sub-prime y por la desregulación”, explica el laborista. “El Estado utilizó mucho dinero para comprar las acciones de los bancos fallidos y rescatarlos, se destinó mucho dinero para llevar liquidez a los mercados. Así que creo que tenemos que convencer de nuevo a la población sobre las cosas positivas del Laborismo”, agregó. Corbyn creció en una familia políticamente muy activa de Shropshire, en el norte de Inglaterra, y de niño creció en una granja de animales, ayudando a su padre. Estudió en una escuela pública de esa región trabajadora y de joven fue un estudiante siempre interesado en las cuestiones sociales. “Me interesaron desde pequeños cuestiones sobre la paz, la guerra de Vietnam, temas medio ambientales. Hice tareas de voluntariado en Jamaica durante dos años, cuando viajé por América Latina. A partir de allí me involucré con el movimiento sindical y las causas sociales”, agrega. Antes de ingresar por primera vez al Parlamento en 1983, en pleno gobierno de Thatcher, Corbyn era concejal por el municipio de Haringey, donde se especializó en temas de carácter público como la salud y la educación. Desde entonces se afilió al grupo de campañas socialistas y comenzó a escribir para el periódico comunista The Morning Star, un matutino al que contribuye frecuentemente. Para Corbyn, la elección por la jefatura del Laborismo “tiene que poner sobre la mesa si el país acepta otros cinco años de recortes y ajustes que destruirán los servicios públicos y los estándares de vida”. Durante su campaña electoral, Corbyn prometió que si eventualmente logra convertirse en Primer Ministro, nacionalizará los ferrocarriles británicos y las compañías energéticas, abolirá los aranceles universitarios, e impondrá controles a los alquileres para lidiar con el creciente problema de vivienda en el Reino Unido. El candidato laborista incluso dijo que reabrirá las minas de carbón británicas un baluarte histórico del Laborismo- para impulsar el crecimiento económico. “Es un regreso al socialismo laborista de los años 70, con un gobierno que tendría mucho más control de los sectores económicos”, afirmó la BBC en un editorial. Las políticas que parecen atraer a un mayor número de electores laboristas, especialmente los más jóvenes y aquellos del sector sindicalista, tienen que ver con poner fin a las medidas de austeridad del actual gobierno conservador, que según Corbyn están dañando la recuperación económica del país. El candidato también ha propuesto lo que llamó “un alivio cuantitativo popular”, por el cual el Banco de Inglaterra (Banco Central) imprimiría dinero para invertir en proyectos de infraestructura claves del Reino Unido. Esa propuesta le valió muchos elogios de unos de los principales analistas económicos del periódico Financial Times Matthew Klein, quien describió la iniciativa como una buena forma de destinar dinero a los británicos de a pie y así estimular la economía. Entre las propuestas de Corbyn en política exterior está la retirada de Gran Bretaña de la OTAN, abolir el arsenal nuclear británico, y llevar a Blair a los tribunales internacionales por “crímenes de guerra” cometidos en la invasión anglo-estadounidense de Irak. También busca una mayor cercanía de Londres con Hezbollah, y más incentivos para Palestina. Un portavoz de la parlamentaria Yvette Cooper, la otra candidata a la jefatura del Laborismo con altas chances de ganar, advirtió que si Corbyn sale victorioso en la contienda interna del partido, “la agrupación verá una vuelta a los terribles días de los 80, con peleas internas y más de dos décadas del grupo en la oposición”. Los otros dos candidatos a la jefatura del Laborismo, Liz Kendall y Andy Burnham, también pidieron a los votantes evitar elegir a Corbyn. Sin embargo, los seguidores del veterano legislador consideran que se trata del único político británico con “ideales y una plataforma política claros”. “La Corbynmanía se ha vuelto una crítica a lo peor del Nuevo Laborismo, una rebelión abierta a la noción de que Gran Bretaña es intrínsecamente conservadora y neoliberal”, escribió Neal Lawson en el semanario político New Statesman. Corbyn busca también atraer a afiliados laboristas escoceses, que en las elecciones generales de mayo pasado desertaron a a la agrupación y optaron por el Partido Nacionalista Escocés (SNP), abiertamente opuesto a las políticas de austeridad del gobierno. El fenómeno del veterano parlamentario laborista se enmarca en un creciente rechazo popular contra las políticas de austeridad en toda Europa, tras la crisis económica que afecta a países como Grecia, España e Italia. “La gente que se sumó al Partido Laborista entre 2010 y 2015 es más pro-Corbyn que aquellos que se afiliaron antes a la agrupación, y aquellos que lo hicieron durante 2015 son extremadamente pro-Corbyn”, explicó el portavoz de la principal encuestadora británica YouGov, Anthony Wells. De acuerdo al último sondeo de opinión de YouGov, Corbyn obtendría el 53% de los votos y se convertirá en el próximo jefe del Laborismo. En segundo lugar quedaría Bunham, con el 21% de los votos. “Corbyn había empezado la carrera como un intruso con poco nombre entre los candidatos. Pero de acuerdo con las encuestas, el descalabro laborista de mayo le impulsó hasta la cabeza del podio de posibles para el rescate de un partido hundido”, escribió el periódico español ABC, que llamó al candidato laborista como el Alexis Tsipras o el Pablo Iglesias inglés pero con boina. Los afiliados laboristas tendrán hasta el 10 de septiembre próximo para votar a su candidato favorito, y el ganador será anunciado el día 12 de ese mes durante el congreso anual del Laborismo. “Si gano la contienda laborista buscaré hacer cambios radicales a la política de Gran Bretaña y transformar al país para convertirlo en un sitio más progresista y justo. El desafío es enorme pero estoy dispuesto a intentarlo”, concluyó Corbyn.

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