"Remachando el clavo"

martes, 25 de agosto de 2015 · 16:33
MÉXICO, D.F. (apro).- Engreídos humanos: ¿qué les pasa? Me admira y me regocija que su tanto creerse y sentirse los muy reyes de la creación, ahora resulta que únicamente son el anteproyecto de lo que pensaban que eran... y deben todavía ser: el Superhombre, según Nietzsche; el Hombre-Dios, al parecer de otros, entre ellos G. Papini… Un proceso, un tránsito hacia el punto Omega, es decir, un caminar hacia la convergencia de todo en la Divinidad, de acuerdo con el pensar de P. Teilhard de Chardin y hasta pueden ser simplemente el rudimentario missing link, o sea, el eslabón perdido como pensó y dijo K. Lorenz... como se ha expuesto en carta a este buzón con la firma del Tío Lolo... la que regocija, insisto, a servidor, que todo lo ve... Pues el que la suscribe, llevado por el innato orgullo de los humanos, se admira y se envanece de lo que podrá hacer el actual eslabón perdido en el futuro, cuando llegue al superhombre, al Hombre-Dios o cuando alcance el Punto Omega, a la convergencia con la Divinidad... sin tener en cuenta para nada lo que ocurrió con la interpretación del superhombre, que alimentó y robusteció a la bestia rubia del racismo nazi y a sus espeluznantes realidades de torturas y crimen... de la misma manera... ¿por olvido, por ignorancia?... no da noticia de que el juvenil e iconoclasta radical G. Papini, declaró con soberbia "Yo voy, por otros caminos, a la conquista de mi divinidad"... Y terminó siendo un conservador en lo religioso y hasta un reaccionario en política, pues fue el escritor más distinguido del fascismo italiano... esas dos realidades, la interpretación del superhombre por el nazismo y la transformación de Papini, hacen que su servidor, que está en todo, se inquiete por la teoría de Teilhard de Chardin en el futuro. Con la intención de remachar el clavo de la idea del Tío Lolo, servidor les dice que teniendo en cuenta que los debates sobre la moral es una de las cuestiones que más impactan, afectan y producen problemas a la humana criatura... la misma que deja mucho que desear al ser, junto con las ratas, las únicas especies que calculadamente asesinan a sus congéneres... aunque parece ser que los chimpancés, en determinadas circunstancias, hacen lo mismo, por algo se parecen tanto... Teniendo en cuenta ese horrible hecho, hay que admitir que desde el punto de vista de la moral, los otros animales son mejores o menos inmorales, pues como han aclarado, después de estudiarlos, los observadores de sus conductas, los etólogos, la ferocidad de los mismos, incluidos los más poderosos de los depredadores: tigres, leones, leopardos, panteras, etcétera, su ferocidad, repito, es más bien un recurso para su sobrevivencia y que en modo alguno obedece a un interés criminal... Y es, más que otra cosa, un histrionismo, todo un ritual, en el que existen una serie de etapas o fases, posturas, amenazas y pruebas de fuerza cuyo fin es el de disuadir a competidores, sean sus congéneres u otros animales del medio en que viven, con lo que se evitan gran número de combates inútiles... A eso hay que añadir que ese ritual agresivo es suficiente y que si se da una lucha, la misma raramente es a muerte, ya que termina con la fuga o la sumisión de uno de los dos participantes... por lo que se puede decir que los animales... en su medio natural... fingen su agresividad más que sentirla realmente y que la misma básicamente les sirve para alejar el peligro... al menos que se trate de una presa para satisfacer el hambre... que una vez satisfecha, lo dejan tranquilo y no molesta, le son indiferentes los otros animales, incluso sus presas naturales y preferidas. Esto muestra, demuestra y confirma que los animales no matan a otros animales por odio rencor, por desprecio o simples sospechas, ni forman ejércitos para dominar o acabar a otros, ni sienten la necesidad, por fuertes que sean, de desatar guerras preventivas... de todo eso sólo es capaz de hacerlo el humano... ¡y no pocas veces lo justifica con el pretexto de estar moralmente obligado a actuar así y por el bien de todos! Ante esas realidades, servidor, que está en todo, se pregunta si esas criatura irracionales, así consideradas por los que presumen que tienen un alma divina, los humanos, no serán más dignas del cielo cuando mueren que el ser que se ha auto proclamado rey de la creación, pues ellas no contribuyen con sus acciones a hacer un mundo peor que el que reciben al nacer... ¿puede decir lo mismo el género humano? En espera de sus contestaciones. EL TIEMPO

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