MÉXICO, DF, (apro).- Ante el entorno económico internacional y el lento crecimiento económico del país, el secretario de Hacienda Luis Videgaray adelantó la revisión a la baja de las principales variables macroeconómicas con base en las que se diseñará el Presupuesto para el 2016. Al participar en la Séptima Reunión Plenaria de senadores del PRI y del PVEM, el encargado de la política fiscal del país admitió: “En primer lugar, preveíamos un crecimiento en marzo para el año 2016 de 3.3 a 4.3%. En marzo este rango era muy consistente con las estimaciones del sector privado; ahora, a finales de agosto, si bien las estimaciones del sector privado se mantienen en el rango superior a 3%, es probable que revisemos a la baja”. En menos de seis meses el panorama se desplomó para la autoridad hacendaria. Es el caso también para el precio del petróleo, que desde el último trimestre de 2014 empezó a desfondarse debido a la sobreoferta mundial y a “la revolución energética en Estados Unidos”, por lo que se reduce la demanda del combustible. Flanqueado por el coordinador de los senadores del PRI, Emilio Gamboa Patrón, Videgaray Caso advirtió que “conforme al análisis de los mercados petroleros, particularmente el mercado de futuros petroleros, es decir, las ventas adelantadas de petróleo… es probable que la estimación que incluyamos en la Ley de Ingresos esté inferior a los 55 dólares”. También es el mismo caso para la producción de la mezcla mexicana, sin embargo, dijo que la buena noticia es que “tenemos ya las coberturas que nos permiten fijar un nivel claramente superior al precio del petróleo al día de hoy, que es menor a los 40 dólares del barril”. Y el tipo de cambio no se queda atrás. El titular de la SHCP aceptó: “Con respecto al tipo de cambio nominal, la estimación de fin de periodo para 2016, manejábamos en marzo una estimación del 14.50 pesos por dólar. Es probable --y lo anticipo-- que tendremos conforme a la evolución que ha tenido el peso mexicano frente al dólar estadunidense, una estimación superior del tipo de cambio”. Videgaray señaló que “estamos en un momento de muchísima volatilidad, es muy difícil predecir exactamente cuál va a ser el valor de la moneda”. El funcionario comparó la depreciación del peso con el “crecimiento de otros indicadores macroeconómicos”. Luego justificó: “Estamos teniendo una depreciación relevante del peso frente al dólar, al mismo momento que tenemos la inflación más baja de la que se tiene registro en 50 años; está creciendo el empleo, bajando el desempleo y está creciendo el consumo de las familias mexicanas; están bajando las tasas de interés y se está expandiendo el crédito”. También aseguró que “es exactamente lo inverso de lo que ocurría en las crisis del pasado, porque hoy tenemos un sistema de tipo de cambio libre que permite que el peso sea la primera variable que se ajuste, evitando que el efecto se transmita hacia el resto de la economía”. Videgaray explicó que la depreciación cambiaria implica muy buenas noticias para algunos, pero implica también incremento de costos para otros. Beneficia, agregó, particularmente al sector turismo, el de manufactura de exportación, las exportaciones de materias primas y las familias que reciben remesas de familiares en los Estados Unidos. Sin embargo, representa una carga para los importadores, los bienes de consumo y otras industrias. El encargado de las finanzas públicas aseguró que “no advertimos ninguna evidencia de una posible burbuja inflacionaria; todo lo contrario, incluso, en el último reporte quincenal de inflación, el comportamiento de los precios de las mercancías no alimentarias muestra un descenso en su índice inflacionario, por lo tanto, todavía no lo estamos viendo”.