"68+43" enmarca el 47 aniversario de la masacre de Tlatelolco

viernes, 2 de octubre de 2015 · 22:17
MÉXICO, D.F. (apro).- La marcha conmemorativa por el 47 aniversario de la masacre de Tlatelolco arrancó esta tarde en punto de las 16:30 horas de la Plaza de las Tres Culturas rumbo al Zócalo capitalino. Encabezada por el Comité 68, con las disciplinadas columnas de normalistas inmediatamente atrás, la caravana de contingentes gritó en coro las tradicionales consignas, así como las que nacieron a raíz del movimiento de solidaridad con los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero. Así, al centro de mantas, banderas y cartulinas apareció un puño alrededor del cual se unificó este mensaje: "Ayotzinapa, nos faltan 43". De las bocinas amarradas sobre el autobús que encabezó la marcha brotaron exigencias de justicia para los normalistas y palabras de repudios a las políticas del gobierno. Si bien no se notó la presencia de policías en las inmediaciones de la marcha, importantes contingentes de granaderos fueron apostados en las calles aledañas. Hora y media después de salir, los primeros manifestantes arribaron a la Plaza de la Constitución. En avenida 5 de Mayo, las vallas metálicas que protegieron las fachadas de las sucursales bancarias y otros edificios se cubrieron de pintas, entre ellas "68+43" o "68 nunca más". [gallery type="rectangular" ids="417140,417139,417141"] "En México es más fácil conseguir cocaína que educación", se leyó en otra pinta, grafiteada sobre la reja de una librería. "¡Atenco, Atenco!" gritaron los pobladores del municipio mexiquense al ingresar al Zócalo, corriendo con sus machetes de punta hacia el cielo. Mientras llegaban los contingentes, la plancha del Zócalo se fue llenando poco a poco de manifestantes, a los que ya aguardaba un “batallón” de vendedores de refrescos, nieves, libros y lentes de sol, entre otros. A diferencia del pasado sábado 26 de septiembre, cuando la lluvia irrumpió en medio de la marcha que conmemoró el primer aniversario de la tragedia de Iguala, hoy el sol no dejó de irradiar la manifestación. Y justo cuando se llevaba a cabo el mitin, un pequeño grupo de inconformes aventó botes de pintura roja y cohetes que estallaron sobre la fachada de Palacio Nacional. De las bocinas ubicadas en la fachada salió una voz que repetía impersonalmente que existía “el derecho a manifestarse pero con respeto a la ley”. Luego, los presuntos anarquistas --seguidos por un gran número de fotógrafos y reporteros— lanzaron cohetes y botellas de vidrio sobre los granaderos que rodeaban Palacio Nacional. Incluso, un coctel molotov estalló a escasos metros del bloque de uniformados. A escasos 50 metros de los disturbios proseguía el mitin que atendieron miles de personas. "¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!", se dejó escuchar incesantemente, junto con exhortos a no caer en la provocación. De las bocinas instaladas enfrente de Palacio Nacional, voces pregrabadas --una varonil y otra femenina-- repetían una y otra vez: "Se respeta el derecho a manifestarse, siempre y cuando se haga de manera pacífica". [gallery type="rectangular" ids="417144,417143,417137,417138"] Para ese momento los granaderos reculaban y avanzaban de unos metros cada vez, ya fuera del alcance de los proyectiles. Mientras el canto de la “Internacional” sellaba el término del mitin, en la esquina del Zócalo permaneció un importante bloque de granaderos que se protegió con sus escudos de las escasas piedras que volaron hacia los uniformados. A raíz de los disparos de gases lacrimógenos, la mitad de la plancha del Zócalo se desocupó en unos minutos. Los manifestantes alcanzaron a salir por avenida Madero, mientras en la Plaza de la Constitución las llamas que provocaron dos cocteles molotov comenzaron a extinguirse. Cerca de las 19:00, el Zócalo lució prácticamente vacío. De avenida 16 de Septiembre todavía se observó un importante grupo de granaderos, al que los encapuchados arrojaron piedras, botellas y cohetones. En respuesta, los granaderos avanzaron hacia los embozados, replegándolos hacia 5 de Mayo, bajo la mirada del personal y los clientes de los restaurantes ubicados a las orillas de la plaza. En el Zócalo, un hombre imperturbable prosiguió anunciando la llegada de Jesucristo con una bocina y un micrófono. Pese a los embates, los vendedores tampoco salieron de la plaza. De pronto, los granaderos corrieron hacia los encapuchados, quienes se replegaron sobre 5 de Mayo, desde la cual siguieron arrojando piedras contra los uniformados. Luego de unos minutos, los granaderos corrieron hacia la calle, donde “encapsularon” a los presuntos anarquistas. [gallery type="rectangular" ids="417100,417136"] Durante su movimiento sobre esa avenida, los granaderos agredieron a varios de los manifestantes y detuvieron a varios de ellos. Al llegar al Eje Central, un torrente de granaderos se reagrupó en bloques compactos, cerrando el tráfico vehicular. Integrantes de la Cruz Roja Mexicana confirmaron a Apro que atendieron a algunas personas afectadas por gases lacrimógenos, pero que hasta el momento no tuvieron que atender casos de mayor gravedad. En tanto, otros granaderos se reunieron en avenida Hidalgo, desde donde avanzaron juntos bajo los insultos nutridos de las personas apostadas en las banquetas. Poco después, la Brigada Marabunta documentó al menos cuatro detenciones efectuadas sobre 5 de Mayo, así como la fractura de la clavícula de Adrián Rocha García, fotógrafo de un medio independiente.

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