El Bronco, entre la esperanza y el escepticismo *

viernes, 16 de octubre de 2015 · 10:56
MÉXICO, D.F. (apro).- El aplastante triunfo de Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, el pasado 7 de junio atrajo la atención nacional e internacional y el texto de Luciano Campos ayuda a conocer al personaje, sus propuestas y su estrategia de campaña, pero también a los otros actores y las circunstancias, que junto con los errores de sus principales opositores, influyeron en el resultado electoral. El periodista recurre fundamentalmente a la entrevista de los principales actores políticos involucrados y a la narrativa de los acontecimientos más relevantes que incidieron en la conformación del escenario. Y, finalmente, dedica el último capítulo y el epílogo a aventurarse a lo que puede ser una anhelada transición, o bien, otra más de las frustrantes alternancias en el Ejecutivo. Al leer el texto es claro que para el triunfo de Rodríguez Calderón confluyeron una serie de personajes y actores, hechos, circunstancias y coincidencias que no concurren fácilmente, por lo cual el primer triunfo de un candidato independiente a la gubernatura, sí debe motivar a otros a intentar la misma vía, pero deben estar muy conscientes que es un camino cuesta arriba. Los obstáculos al registro de candidatos no partidistas ya estaban presentes en el momento en que el hoy gobernador electo optó por esa vía para participar en la pasada contienda electoral, sin embargo, el texto revela con claridad que el entonces aspirante y su equipo de apoyo lograron transformar las exigencias de la legislación en fortalezas de campaña. Una de las palancas que lo catapultaron fue precisamente el número de firmas que le exigían para obtener su registro, pues las acciones que se implementaron para ello les ayudaron a construir una base que les resultó funcional para incrementar su caudal de votos. Dado que una parte muy importante del texto son entrevistas con los actores políticos, seguramente los estrategas electorales leerán con mucho interés (y seguramente les provocará reflexiones y cuestionamientos) la exposición de Guillermo Rentería, el publicista y constructor de la imagen de El Bronco, pues aunque la campaña tuvo que dejar de lado los medios tradicionales (televisión y lluvia de spots) e incorporó elementos novedosos (como el uso intensivo de las redes sociales) y, como señala el publicista, apelaba fundamentalmente a los sentimientos; no es la primera campaña que apela a las emociones ni la primera que posiciona a un político irreverente. Más allá de los mensajes específicos, la campaña de Jaime Rodríguez se construye sobre el hartazgo ciudadano, tal como lo hizo la campaña de Vicente Fox a la presidencia de la república en 2000, que se sustentó en la narrativa de continuidad o cambio, aunque ciertamente en aquel momento la continuidad la representaba el PRI y, ahora, eran todos los partidos políticos con registro. El mismo Fox utilizaba en los spots televisivos el lenguaje coloquial al que también apeló Rodríguez Calderón, aunque éste a través de las redes sociales. También la campaña de Felipe Calderón, en 2006, apelaba a las emociones; la fase de “un peligro para México”, precisamente apelaba a despertar el temor. Y aunque los opositores en sus campañas electorales no respondieron en los mismos términos, no fue casualidad que Felipe Calderón sí le endosara el mismo slogan al hoy gobernador electo. En fin, declaraciones del exultante publicista generan muchas reflexiones. Ciertamente el equipo de transición revolucionó estos procesos de entrega-recepción al disponer que la misma se transmitiera en vivo por la red. Específicamente a través de la plataforma Periscope, pues eso permite que todos los interesados en la misma, y particularmente los medios de comunicación y expertos, sigan en vivo los eventos y eso permite develar muchos secretos del gobierno saliente. El texto también aborda las reuniones con los dirigentes de los partidos políticos, los diputados electos e, incluso, los excandidatos a la gubernatura que forman parte de una operación política para lograr cambios legislativos indispensables para el nuevo gobierno (como una nueva Ley Orgánica de la Administración Pública que contemple figuras como la del Coordinador de Gabinete - o como le vayan a llamar al puesto de Fernando Elizondo-, entre otras) o acuerdos para construir las condiciones de gobernabilidad a partir del 4 de octubre. Y una reflexión que surge de inmediato es que aunque estas reuniones no forman parte de la transición, sí son ya parte de lo que será la gestión del gobierno entrante y en este caso no hay la misma transparencia que en las otras, donde básicamente se exhibe al gobierno saliente. Una de las mayores críticas al sistema político mexicano es precisamente las reuniones donde las cúpulas de las diferentes fuerzas políticas consensan reformas legislativas que afectan a toda la población, sin que la ciudadanía se entere de los procedimientos, los intercambios y los costos que los mismos implican. Justo allí empieza la incertidumbre de lo que efectivamente concretará el próximo gobierno, pues hasta hoy se tienen más certezas de lo que están recibiendo, precisamente porque eso ha sido transparente y visible para todos los interesados; pero muy poco o nada se sabe sobre los planes o los procedimientos del próximo gobierno. Como ejemplo puede tomarse la convocatoria pública para que se apunten todos los que estén interesados en formar parte del equipo de gobierno de El Bronco, que narra el texto; pero nada se sabe de cuáles serán los procedimientos de selección y si únicamente participarán los que se hayan apuntado (o los hayan apuntado) o habrá invitaciones adicionales, por parte del mismo nuevo gobernador o su equipo cercano. No se conoce incluso cuál es la ruta que se seguirá para decidir el futuro de dos de los temas más polémicos de la campaña electoral: el impuesto sobre la tenencia y el Monterrey VI; en los dos casos, como advierte el texto, las señales a lo largo de este interregno de parte del gobernador electo han sido contradictorias; pero el mayor problema es que tampoco hay claridad sobre los elementos o el procedimiento que se seguirá para tomar la decisión, lo cual sería una señal de que la transparencia también se piensa aplicar en su actuación y no únicamente en la del gobierno saliente. El texto de Luciano Campos aporta elementos esenciales para conocer los factores que influyeron en el triunfo del primer gobernador sin partido en la historia nacional; narra los rasgos principales del proceso de transición del gobierno de Rodrigo Medina al de Jaime Rodríguez; revela la gran expectativa y entusiasmo que genera la llegada de alguien sin las ataduras y compromisos que implica su postulación por parte de un partido político; refleja la existencia de una gran esperanza de que finalmente se empiece a concretar la ansiada y anhelada transición a la democracia; pero también evidencia la incertidumbre y el escepticismo reinantes. *Prólogo del libro El Bronco, claroscuros del hombre que derrotó al sistema y que se presenta este sábado en la 25 Feria Internacional del Libro Monterrey 2015, a las 18 horas en la Sala 101.

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