Polonia: elecciones dominadas por la derecha

viernes, 16 de octubre de 2015 · 23:56
VARSOVIA (apro).— Es creencia generalizada que en Polonia la izquierda no existe. Las encuestas electorales lo confirman: de derecha son los candidatos de los dos partidos favoritos para ganar en las próximas elecciones generales que se llevarán a cabo el próximo 25 de octubre. Se trata de Beata Szyd?o, candidata del ultranacionalista Ley y Justicia (PiS, por sus siglas en polaco), y la centroderechista Ewa Kopacz, de Plataforma Cívica (PO, también por sus siglas en polaco). Ley y Justicia es un partido de tintes antieuropeístas y cercano a las posiciones xenófobas del también controvertido primer ministro húngaro, Víktor Orbán. Plataforma Cívica es una fuerza de clara orientación liberal en lo económico, afín al mundo empresarial y en cuyas filas está también el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, uno de los fundadores de Solidarno?? (Solidaridad), el sindicato que, con el apoyo de Juan Pablo II, contribuyó con una serie de agresivas huelgas a la caída del comunismo en ese país. Según los más recientes sondeos, Ley y Justicia se sitúa por delante de su exsocio Plataforma Cívica, con quien rompió en 2005 cuando éste último se negó a entrar en el gobierno liderado por el primero. Plataforma Cívica ha gobernado al país en los últimos ocho años, un período que se ha caracterizado por un crecimiento económico sostenido del 3% anual. Sin embargo, en las elecciones de mayo pasado este partido fue derrotado. Ganó con 51% de los votos Andrzej Duda, quien desde entonces es presidente de Polonia. Duda basó su campaña en la denuncia del mal reparto de la riqueza económica en Polonia, donde “la desigualdad moderadamente pero constantemente desde 1990”, según se lee en el informe Creciente desigualdad y su impacto en Polonia, elaborado por el Centro de Estudios Gini. En las elecciones del próximo 25 de octubre podría quedar en tercera posición Pawel Kukiz, líder anticomunista y antisistema de Kukiz15, exestrella de rock y quien en la primera ronda de las presidenciales obtuvo 20% de votación. En realidad, este último y el partido progresista Razem (Juntos) son de alguna forma la novedad de estas elecciones. Se trata de nuevas formaciones que han aglutinado el voto de ciudadanos descontentos con el debate político, como ha ocurrido con Podemos en España. “Aunque los sondeos no son claros, lo más probable es que gane el partido Ley y Justicia. Por ello, la verdadera noticia es la participación en estos comicios del partido Razem, que ha hecho una campaña electoral muy intensa y que probablemente entrará en el Parlamento”, afirma a Apro la periodista y bloguera Agnieszka Zakrzewicz. “Es una gran novedad en un país donde la izquierda casi no existe”, añade en referencia a estas elecciones en las que los polacos podrán elegir a los miembros del Senado y del Sejm (la Cámara baja). También compite el Partido de los Polacos, cuyo candidato es Janusz Piechoci?ski; el conservador Libertad y Esperanza, de Janusz Korwin-Mikkela; el neoliberal Moderno, de Ryszard Petru; la coalición Izquierda Unida, liderada por Barbara Nowacka y Ryszard Galla, que lidera la formación que representa la minoría alemana que vive en Polonia. Los resultados electorales también serán importantes pues desde el regreso de la democracia en Polonia, ningún partido ha gobernado en solitario. El partido ganador se ha visto obligado a pactar con otras formaciones minoritarias. Con todo, según la ley polaca, para que estas fuerzas ingresen al Parlamento necesitan obtener al menos el 5%, en el caso de los partidos; o el 8%, si son coaliciones. Ello será necesario si una alianza entre los dos partidos mayoritarios se vuelve “imposible”, según declaró el ministro de Exteriores, Grzegorz Schetyna. Xenofobia Las campañas electorales quedaron marcadas por unas declaraciones xenófobas de Jaroslaw Kaczynski, exprimer ministro polaco y quien, a pesar de que no se presentó como candidato, es el verdadero gran líder de Ley y Justicia. Kaczynski, siempre muy dado a la polémica, aprovechó la poca empatía que sienten los polacos hacia los miles de refugiados que están llegando a Europa para sugerir que éstos podrían traer enfermedades al viejo continente. "Ya hay señales de surgimiento de enfermedades muy graves que no se han visto en Europa en mucho tiempo: cólera en las islas griegas, disentería en Viena, varios tipos de parásitos, protozoos, que no son peligrosos en los organismos de estas personas pero que podrían ser peligrosos aquí", dijo Kaczynski a los votantes en el pueblo polaco de Makow Mazowiecki. Fue entonces que explotó la rabia de los progresistas. Uno de ellos, Andrzej Celinski, un político de la izquierda y exdisidente anticomunista, afirmó que las palabras de Kaczynski le recordaron a cómo la Alemania nazi vinculaba a los judíos con el tifus. Beata Szydlo, la candidata de Ley y Justicia, criticó el hecho de que el gobierno polaco aceptara el reparto europeo de cuotas para admitir refugiados. Dijo que con ello, Polonia “ha traicionado a sus aliados", en referencia a Hungría, República Checa y Eslovaquia, países que se opusieron al sistema obligatorio de cuotas para repartir 120 mil migrantes de aquí a 2016. Para la política, la decisión europea “es un escándalo, ya que se tomó en contra de los criterios de seguridad nacional y sin la aceptación del pueblo polaco”, según declaró a la prensa de su país. En otras ocasiones, Szydlo también ha dado a entender que entre los refugiados podría haber terroristas. Ley y Justicia ha dicho que, de ganar, no cumplirá con la medida europea, lo que aumentará la tensión con la Unión Europea y Alemania, cuyo actual gobierno ha promovido el reparto de migrantes. Con el agravante de que ese partido contaría con el apoyo de la población, una de las más homogéneas de Europa, con apenas 0.5% de extranjeros y donde 90% se declara católico y donde la Iglesia católica es una de las más conservadoras de la región. (En 2013, Jozef Michalik, uno de los prelados más influyentes del país, llegó a sugerir que los niños que habían sufrido abusos sexuales tenían parte de responsabilidad en ello). Además, existe otro elemento que ha caracterizado a la política en Polonia a partir de que inició el conflicto en Ucrania: el apoyo de los partidos mayoritarios a la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (Otan) y su plan de aumentar la presencia militar en la zona, y, por el contrario, una manifiesta hostilidad hacia Rusia. De ahí que el terreno en el que más han chocado las dos formaciones conservadoras ha sido en la relación con la Unión Europea y con Alemania. Así, Ley y Justicia forma parte de los grupos más euroscépticos (tanto que en Bruselas está en el grupo de Conservadores y Reformistas Europeos); y Plataforma Cívica comparte el banco en el Parlamento con los demócratas cristianos de la canciller alemana Angela Merkel. Duda, el actual presidente, dijo además que un punto fundamental es el veto al euro (la moneda común de la UE), que la mayoría de polacos rechaza por temor a perder poder adquisitivo. En efecto, a pesar de que, según Eurostat, el desempleo es de sólo 7%, el salario promedio es de 660 euros, tres veces menos que en la vecina Alemania. De ahí también que al menos 2 millones de polacos han abandonado el país desde que en 2004 Polonia entró en la Unión Europea. Por ello Kopacz ha incluido entre sus promesas electorales la de aumentar el salario mínimo y reformar el sistema de impuestos, mientras que Szydlo ha ido más allá: prometió disminuir la edad de jubilación, destinar más dinero público a las familias y cortar impuestos que pagan las empresas, algo que, según el programa electoral, pagarían con la introducción de una nueva tasa sobre el sistema bancario y aumentos del IVA. “¿De dónde sacaremos el dinero? Tenemos que mejorar la recolección de impuestos”, dijo Kaczynski. Ambos partidos han asegurado además que ayudarán al medio millón de personas que adquirieron hipotecas en francos suizos, las cuales han perdido mucho de valor. “El raciocinio se ha adormecido. Se dice que el período electoral es una fiesta para la democracia, lo que es cierto, pero las campañas electorales también son parecidas a despedidas de soltero que acaban con resacas y desastres”, se quejó Marek Belka, el jefe del Banco Central de Polonia. Esta situación parece reflejarse en parte en el escaso interés por acudir a las urnas en Polonia, donde sólo la mitad de la población votó en los más recientes comicios generales de mayo pasado y donde sólo 23% lo hizo en las elecciones para el Parlamento Europeo en 2014. Para algunos analistas, sin embargo, las elecciones del próximo 25 de octubre serán cruciales, pues “con toda probabilidad, determinarán el futuro de la escena política del país en los próximos años”, considera Aleks Szczerbiak, politólogo de la Universidad de Sussex.

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