Muere el narrador cubano Andrés Castillo Bernal

viernes, 8 de enero de 2016 · 21:59
MÉXICO, DF (apro).- Por una nota publicada ayer en el diario digital Escambray de la capital de Sancti-Spiritus (provincia del mismo nombre), se supo apenas del fallecimiento del prolífico escritor, periodista e historiador cubano Andrés Castillo Bernal, ocurrida el pasado martes 5. “Adiós a un Hijo Ilustre de Sancti Spíritus”, cabeceó el medio con la información de Patricio Guzmán, que comienza así: “Todavía nos parece estarlo viendo con su folclórico sombrero y su bastón característico, la sonrisa a flor de labios y el cálido apretón de manos seguido de un abrazo de hermanos signaba nuestros encuentros en cualquier rincón de Sancti Spíritus. “Andrés Castillo Bernal era un revolucionario cabal, amigo, compañero, de fe inamovible en la Revolución, pese a que la defensa de lo que creía justo le trajo no pocos sinsabores e incomprensiones, pero no por ello cejó su optimismo ante la vida y su laboriosidad traducida en más de 15 textos propios y otros 11 en coautoría con amantes de nuestra historia”. Entrañable amigo de México, donde estuvo en julio pasado, a Castillo Bernal se le detectó en septiembre un tumor maligno cancerígeno. El pasado lunes 4 ingresó al Hospital Cira García tras una crisis y murió la madrugada del martes a los 70 años de edad. Su colega cercano en México Alfredo Luque refirió a esta agencia que durante esa estancia Castillo Bernal ya mostraba fatiga “y resentía lo que comía porque decía que no todo le caía bien y lo achacaba al picante que comemos los mexicanos”. Agregó que “en agosto pidió buena vibra a través de su cuenta de Facebook para unos estudios que se le iban a hacer y no supimos más de él”, hasta que su hija Yanelet confirmó lo del tumor “de difícil extracción”. De inmediato le dieron tratamiento para mejorar su calidad de vida “pero entró en una gran depresión”. Luque recordó que “era común ver a Andrés en cualquiera de las Ferias del Libro en México caminando con su tradicional bastón y sus coloridas vestimentas, razón por la cual no sólo hizo de México su segunda patria sino que acumuló una gran cantidad de amigos por toda la República”. Entre ellos mencionó a Elena Poniatowska. Y valoró: “De mente ágil, no dejaba pasar la oportunidad de reflexionar y observar su entorno para usar esas imágenes mentales en sus libros y colaboraciones con algún diario en Cuba. No dejaba pasar la oportunidad de regalar una sonrisa y ayudar a cualquiera por la calle." Ambos se conocieron a través del Movimiento Mexicano de Solidaridad con Cuba en México. Luque evocó: “Como se dice en la isla, me daba cuero diciendo que su próximo libro se llamaría ‘Anécdotas de un Espirituano en Chilangolandia’, a manera de burla de mi libro llamado Anécdotas de un Chilango en Cuba.” Del “Escambray” A continuación se reproduce la nota del diario digital cubano: “Nacido en la villa del Yayabo en 1945, Castillo se graduó de Licenciatura en Historia en 1968 y pasó a trabajar en la Sección de Historia de la Dirección Política Central de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (1969-1978), donde se formó como historiador militar; luego trabajó en el periódico Juventud Rebelde (1978-1992), allí escribió sobre temas históricos y tuvo a su cargo dos columnas fijas: Muero por la Revolución y Hurgando en la historia. “Más tarde laboró en la Academia de Ciencias de Cuba como editor-jefe y fundador de las revistas Ciencia y Ciencia, Innovación y Desarrollo. “El currículo de Castillo tuvo su primer hito en la década del 80, al obtener Primera Mención en el Concurso Periodístico 26 de Julio con el ensayo histórico Cuando esta guerra se acabe (1952-1959), en el cual plantea la tesis central de que la lucha guerrillera en Cuba tuvo tres períodos y siete etapas. “Años después envía a la imprenta los volúmenes titulados Tronaron los fusiles Sierra arriba y Tronaron los fusiles Sierra abajo, en los cuales agrupó todos aquellos artículos, comentarios y entrevistas fruto de su labor periodística en el periódico Juventud Rebelde. “Vendrían luego nuevos textos de una obra prolífica en la que abundaron los referidos a Fidel y el Che, muchos de los cuales han sido reeditados en Cuba y en México. “El amigo sonriente del bastón y el sombrero se despidió definitivamente como consecuencia de una dolencia abdominal agravada, para dejar en familiares y amigos un profundo dolor”.

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