A consulta pública, la colección del ‘Calendario de Galván’

martes, 12 de enero de 2016 · 21:27
MÉXICO, DF (apro).- Entre los múltiples tesoros que guarda y conserva el Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional de Antropología (BNAH) e Historia, se encuentra un acervo ya catalogado que se abrirá este bimestre al público: el Calendario de Galván. Compuesto de 394 volúmenes editados entre 1827 y 1973, este compendio recibió un tratamiento especial que incluyó guardas para cada uno de ellos. Tuvo gran popularidad en la Ciudad de México, pues se convirtió en una necesidad de la población para consultar en formato de bolsillo el santoral, los eclipses, las fiestas de guardar, clima, oraciones y otras fechas importantes. La publicación mensual, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Antropología e Historia, era de consumo altísimo, pues para acceder a ella el ciudadano no tenía que saber leer, ya que se leía en voz alta en las plazas, y estaba profusamente ilustrada: “Las páginas contenían símbolos de las distintas fases de la luna que ayudaban a los campesinos a saber cuál era la mejor época para sembrar, y a las mujeres cuándo debían cortarse el cabello o hacerse sangrías, así como una variedad de materias útiles”. El famoso Calendario de Galván está catalogado dentro de la BNAH en la sección “Calendarios”, al lado de almanaques, anuarios y guías de forasteros, a decir de la historiadora Laura Herrera, mientras que la bibliotecóloga Mezli Silva, adscrita a la misma, señaló que “cada ficha contiene datos generales de la obra como autor, título, medidas e información de las imágenes incluidas”. Junto al calendario hubo otras ediciones importantes de su género en México –por ejemplo, el editado por nuestro primer novelista José Joaquín Fernández de Lizardi–, pero de acuerdo con Herrera, el de Galván logró sobrevivir y hasta la fecha se edita con el sello de Murguía. Sostuvo que en Europa –donde el género nació– y en México el calendario fue “el impreso popular por excelencia y el más socializado”, pues era accesible incluso para los más pobres, quienes a través de este pequeño compendio sabían si iba a llover, hacer frío y se enteraban de sucesos históricos. Se vendía por millares “en establecimientos, ferias tradicionales y vendedores que lo ofrecían de pueblo en pueblo, de tal forma que alcanzaba los rincones más alejados del país”. Será en el curso de este primer bimestre del año cuando la publicación creada por Mariano Galván Rivera estará al alcance del público.

Comentarios