Tras fracaso de operativo Tierra Caliente, relevan a mando militar en Guerrero

lunes, 18 de enero de 2016 · 20:53
CHILPANCINGO, Gro. (apro).- El general brigadier José Francisco Terán Valle fue designado comandante del operativo Tierra Caliente en sustitución del general Enrique Dena Salgado durante una ceremonia realizada esta mañana en el cuartel del 27 batallón de Infantería con sede en Iguala. El relevo castrense se registra en el contexto del evidente fracaso del operativo policiaco militar denominado Tierra Caliente, puesto en marcha por el gobierno federal desde diciembre de 2014, tras el reciente secuestro masivo de personas en Arcelia y Ajuchitlán del Progreso, que dejó un saldo de cinco hombres asesinados, entre ellos un profesor, y 25 personas que fueron liberadas el viernes pasado por los delincuentes luego de negociar con autoridades estatales. Además, la banda de plagiarios identificada por las autoridades como Los Tequileros, que operan en San Miguel Totolapan, se habrían quedado con cerca de un millón de pesos que entregaron familiares de cinco docentes, a pesar de que ya habían asesinado al director Joaquín Real Toledo. Esta mañana en un acto oficial, el comandante de la Novena Región Militar, Alejandro Saavedra Hernández, tomó protesta al general José Francisco Terán Valle como nuevo jefe del Mando Especial Iguala. Terán Valle ahora es el encargado de dirigir las labores del operativo Tierra Caliente, que se aplica en 22 municipios de la región del mismo nombre y la zona norte para tratar de contrarrestar los efectos de la narcoviolencia. El nuevo comandante del Mando Especial Iguala anunció un rediseño del operativo Tierra Caliente que durante este año no ha logrado erradicar los grupos criminales que disputan las zonas de producción y trasiego de droga, así como las ganancias millonarias que genera la industria minera, el secuestro y la extorsión en esta franja de la entidad. Terán Valle dejó el cargo de jefe del Estado Mayor de la 36 Zona Militar en Chiapas y entre sus antecedentes destaca el hecho de que fue uno de los impulsores de los cambios a la Ley de Seguridad Nacional en 2011, cuando los militares bajo el mando del exsecretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván, cabildearon con diputados federales y senadores para tomar “medidas extraordinarias” en su lucha contra el narcotráfico. El hecho fue consignado en el reportaje de la periodista Jesusa Cervantes, titulado Los generales tras una ley a modo y publicado en el semanario Proceso en marzo de 2011. También se informó sobre la llegada del general Gabriel García Rincón al cargo de jefe del Estado Mayor de la IX Región Militar con sede en Acapulco y que actualmente comanda el general Alejandro Saavedra. Hasta el viernes García Rincón se desempeñaba como comandante de la 2 Zona Militar con sede en Baja California, y entre sus antecedentes destaca el hecho de que dirigió el comando de élite del Ejército denominado Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (Gafes), entre 1995 y 1997, durante el levantamiento insurgente del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). De acuerdo con información del semanario Zeta, García Rincón encabezó la Unidad de Control de Confianza de la Sedena durante el sexenio del expresidente Felipe Calderón y que tenía como propósito detectar a militares que tuvieran nexos con la delincuencia organizada a través de tres pruebas: examen psicológico, evaluación poligráfica y un estudio socioeconómico. Los enroques en la estructura militar ocurren en un contexto de extrema violencia en la entidad que parece no tener fin. En el reportaje titulado En Tierra Caliente se muere de impunidad, publicado en la edición de Proceso que circula esta semana, la 2046, se indica que el grupo que dirige un sujeto conocido como El Tequilero, al servicio de Guerreros Unidos, disputa a La Familia, encabezada por Jonhy El Mojarro Olascoaga Hurtado, el control de las zonas de producción y trasiego de drogas en la zona norte y la región de Tierra Caliente. Sus recientes saldos muestran cómo la delincuencia logró enquistarse en la industria minera, donde los criminales se han convertido en socios de las empresas extranjeras e incluso les rentan maquinaria con la anuencia de autoridades de los tres niveles.

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