MÉXICO, DF (apro).- El cineasta más reconocido del cine italiano, el último de sus clásicos, Ettore Scola, quien estuvo ligado por la amistad y la influencia de la inconmensurable figura de su colega Federico Fellini, murió esta madrugada en el Policlínico de Roma a los 84 años, tras estar ahí en estado de coma desde el pasado domingo. Películas de Scola como Nos amábamos tanto y Un día especial --donde Sofía Loren encarnaba a una mujer maltratada en su matrimonio y Marcello Mastroianni a un periodista homosexual durante la visita de Hitler a Roma en 1938-- le dieron la vuelta al mundo. El Corriere de la Sera en su versión digital anunció: “La muerte de Ettore Scola, la noche romana de hoy, es pura tristeza”, y en la de El País de España se le calificó como “el más fiel retratista de Italia”, donde el periodista Gregorio Belachón recordó “que en 2009 el cineasta le dijo en entrevista: “Para hacer una película debes amar la ciudad y el país donde transcurre, y yo no siento amor por Italia. No la odio, pero sí me invade la tristeza”. El ministro de Cultura italiano Darío Franceschini se apresuró a enviar un mensaje en Twitter en el cual lo llamó “un gran maestro, joven hasta el último día de su vida”, y el primer ministro Mateo Renzi dijo que “hizo la lectura de Italia y sus cambios, del sentimiento del tiempo, y fue su conciencia civil”. Entre sus principales actores dirigió, además de a Loren y Mastroianni, a Vitorio Gassman y Nino Manfredi. En México, por su parte, el actor Gael García envió este mensaje: “Nos habíamos amado tanto, carajo, gracias Ettore Scola por la amistad hecha película”. En 2013 rindió tributo a Fellini en su último filme, Qué extraño llamarse Federico, título tomado de un verso de Federico García Lorca.