PUEBLA, Pue. (apro).- El secretario de Seguridad del estado Jesús Rodríguez Almeida confirmó que la noche de ayer seis elementos del Ejército Mexicano fueron desarmados y secuestrados por ladrones de ductos de Pemex, con quienes se enfrentaron a balazos en la localidad de San José Bellavista, en el municipio de Palmar de Bravo. El funcionario explicó que el primer enfrentamiento se registró entre integrantes de la banda delincuencial –uno de los cuales resultó lesionado– y agentes de Seguridad Física de Petróleos Mexicanos (Pemex), y después llegaron militares para brindar apoyo. Según reportes de los pobladores, alrededor de 50 ladrones de combustible cercaron a seis soldados, los desarmaron y se los llevaron como rehenes. Posteriormente alrededor de 600 militares ingresaron a la localidad y peinaron la zona, hasta que localizaron y rescataron a sus compañeros, quienes estuvieron en poder de los delincuentes por aproximadamente seis horas. Sin embargo, las armas de los soldados quedaron en posesión de las bandas delincuenciales, confirmó Almeida. “Sabemos que hay unas armas de fuego perdidas por parte de la Sedena y tenemos estrecha coordinación con ellos para evitar que se registrara un incidente mayor”, declaró. Asimismo, indicó que personal de la Sedena presentó una denuncia por ese hecho, que será atraído por la Procuraduría General de la República al tratarse de delitos del orden federal. Trascendió que uno de los delincuentes, Irving Mirón Coeto, resultó herido en la balacera, por lo que se encuentra internado en un hospital de la localidad de Tecamachalco. Según los testimonios, el enfrentamiento ocurrió sobre la carretera Santa Cruz Monterrosas, lugar en el que hasta este mediodía se instalaron retenes militares y de la Policía Federal, como parte del operativo para recuperar el armamento robado a los soldados. Esta es la segunda ocasión que ocurre un incidente similar. El 29 de octubre pasado, elementos del Ejército fueron desarmados por un grupo delincuencial y retuvo a cuatro de ellos, los cuales estuvieron a punto de ser linchados por pobladores que los acusaban de golpear a jóvenes que no estaban involucrados en los delitos.