"El profeta"

jueves, 28 de enero de 2016 · 14:20
MÉXICO, DF (Proceso).- No era fácil imaginar una adaptación a la pantalla a partir de un libro de poesía en prosa del celebrado Khalil Gibran; Salma Hayek y su equipo de productores concibieron la idea de una película animada. El profeta (The prophet; E.U., 2014), dirigida por Roger Allers, reúne a diferentes artistas de la animación para ilustrar los poemas de la colección. El contrate entre los nueve diferentes estilos de los animadores hace eco a la antología de temas tan diversos como el amor, la alegría, el dolor, la fidelidad, la muerte, que el poeta libanés incluye en su volumen de poemas. A falta de historia en el libro original, el guión propone una trama con Amitra, una niña que hace amistad con Mustafá, poeta en arresto domiciliario a quien por fin le notifican que ya puede regresar a casa; camino a embarcarse lo saludan los habitantes de la ciudad, y cada encuentro con ellos le inspira una reflexión poética que se traduce en un poema visual. El talento de Rogers Allers quedó un poco empañado por su trabajo con Disney; pero es innegable que películas como El rey león, entre las exitosas que ha dirigido, suscitaron un cine de animación menos sensiblero y más atrevido a nivel comercial. El reto con El profeta era mantener una dirección coherente sin restringir la libertad creativa de artistas visuales de la talla del polaco Michal Socha, Nina Paley, Tomm Moore, hasta el genial Joann Sfar, entre otros. No se trata sólo de contrastes entre estilos visuales, sino también de animación con técnicas radicalmente diferentes entre sí. La idea de la amistad entre una niña rebelde, que ha perdido la voz debido a la ausencia del padre, y un disidente político reprimido por un régimen muy al estilo dictadura latinoamericana, reconcilia al niño con el adulto. En cuanto a la dificultad de una animación muy sofisticada, no hay que perder de vista que el público infantil de 2015 posee un gusto y un criterio quizá más desarrollado que el de muchos adultos. Resulta ocioso calificar los cortos animados de mejores o peores, cada uno responde a estilos distintos y el impacto que produce es totalmente subjetivo; cada quien tendrá sus favoritos. Con sus siluetas de pájaros y pinceladas de colores, que ilustra el tema de la libertad, Socha apunta a un surrealismo cercano al pintor De Chirico; Tomm Moore recrea el poema sobre el amor, dentro de un estilo manierista en torno a la pintura de Klimt; el estilo abigarrado de Sfar es más difícil de digerir, El profeta es un buen marco para descubrir a este gran caricaturista francés. La presencia de Mohamed Saeed Harib, animador de los Emiratos Árabes, no podía faltar en una animación sobre Gibrán. La anécdota de Amitra y Mustafá, dirigida por el propio Allers, enzarza los cortos inspirados por las sentencias poéticas del segundo y parece algo floja al principio, como si sólo sirviera de relleno; pero adquiere gradualmente fuerza y coherencia. La resolución dramática presenta incluso un cierto riesgo a nivel corrección política, en relación a Hollywood, y ojalá esto no impida que El profeta quede nominada para los Óscar.

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