Critican religiosos de Chiapas actitud omisa de autoridades para solucionar conflictos

viernes, 29 de enero de 2016 · 20:40
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis. (apro).- Los integrantes del Consejo Presbiteral de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, se dijeron preocupados por la ineficacia y la actitud omisa del gobierno, en sus tres niveles, para atender los conflictos de la entidad pues le apuestan al desgaste de la gente y en el peor de los casos a la represión policiaca. “Vemos con gran tristeza que se llega a los límites de sentir que a los pueblos y a las organizaciones no les queda más remedio que bloquear carreteras y tomar otras acciones más radicales, como consecuencia de una actitud omisa de parte de la autoridad, que pudiendo resolver la mayoría de estas problemáticas en su momento, las pospone, permitiendo que se llegue a la confrontación y a la violencia, como si la única salida posible fuera la represión”, señalan en una carta leída y enviada por el párroco de Tila y miembro de ese consejo presbiteral, Heriberto Cruz Vera. El Consejo conformado por un grupo selecto de al menos unos 14 sacerdotes quienes fungen como un Senado al interior de la Diócesis, respaldaron las declaraciones públicas y peticiones al Papa Francisco del Pueblo Creyente que se manifestó públicamente en una eucaristía el lunes pasado en honor al obispo Samuel Ruiz García por el quinto aniversario de su fallecimiento. El Consejo Presbiteral dijo ver con gran preocupación la tardanza y descuido que muestran las autoridades para resolver los problemas de tipo político, económico y social que surgen en las diversas comunidades de Chiapas. Señalaron que como agentes de pastoral sienten el dolor, la incertidumbre y la desesperación de los pueblos al no ser escuchados y atendidos. En su carta el Consejo expuso que en estos últimos meses, han sido testigos de muchas acciones que emprenden los pueblos para ser escuchados y que al mismo tiempo desprestigian sus legítimas luchas. “Es el caso de los bloqueos carreteros, cobros (excesivos en muchos casos), manifestaciones que no tienen como fruto un diálogo con las autoridades correspondientes, enfrentamientos entre grupos antagónicos que tienen como consecuencia un sin número de daños materiales, el daño a la salud y en ocasiones hasta la pérdida de vidas humanas”, agregó. Expuso que muchos de estos conflictos están relacionados con las pasadas elecciones estatales, donde se propició el dominio de un solo partido “comprando conciencias y liderazgos”, mediante regalos y dinero en efectivo. En muchos casos, abundó, la misma autoridad dio señales ambiguas de prometer un mismo puesto público y concesiones a grupos antagónicos entre sí, para mantener el control político de una región. “Queremos llamar la atención sobre la falta de voluntad, debilidad, y en muchos casos, ineficiencia de instituciones que permitan resolver los problemas de tipo político, agrario y social. Son las instituciones con un marco legal definido y facultades para actuar y resolver estos problemas y conflictos las que pueden garantizar la resolución de muchas problemáticas que aquejan a nuestra sociedad chiapaneca”, agregó Cruz Vera. Según el Consejo Presbiteral, la ausencia de este marco institucional es una constante que se repite en la mayoría de los pueblos y comunidades indígenas, lo cual les hace pensar que para la autoridad estos pueblos y comunidades son una especie de ciudadanos de segunda o tercera, a quienes se deja a su suerte, de manera que la resolución de sus problemáticas no parece ser prioritaria o de la incumbencia de la autoridad. “Hacemos un llamado urgente y apremiante a las autoridades a que asuman con responsabilidad la tarea de construir un marco institucional que pueda atender todas las demandas y necesidades de nuestros pueblos y comunidades, respetando los modos propios de gobierno que las mismas leyes nacionales e internacionales conceden a los pueblos, sin privilegiar la pertenencia a algún partido u organización”, dijo Cruz Vera. Los religiosos asumieron su parte de responsabilidad pues –dijeron—la evangelización y el servicio pastoral que ofrecen no han llegado a las conciencias de muchos ciudadanos, que quedan a merced de líderes y de intereses contrarios al bien común. “La violencia sistemática, la falta de respeto a los derechos de terceros, la agresividad incontrolada, la incapacidad de ver a los otros como hermanas y hermanos, son señales de que el Evangelio no ha calado en lo profundo del corazón”, concluyó en su carta el Consejo Presbiteral de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas.

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