Comienza el declive del fenómeno Donald Trump
WASHINGTON (apro).- La derrota de Donald Trump al arranque del proceso electoral para elegir a los candidatos presidenciales de Estados Unidos marcó el inicio de su declive y el resurgimiento de los políticos profesionales como serios candidatos al triunfo.
La victoria en el caucus (asamblea) electoral del senador por el estado de Texas, Ted Cruz, y el tercer lugar obtenido por el senador por el estado de Florida, Marco Rubio, del partido republicano, develó que los electores estadunidenses quieren a un profesional de la política como su abanderado presidencial, y no a Trump.
Por el lado demócrata, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton obtuvo la victoria en Iowa con un resultado que pareciera empate. La exprimera dama obtuvo el 49.9% de apoyo, frente al 49.5% del senador por el estado de Vermont, Bernie Sanders, quien con ello se coloca como un aspirante a la nominación de su partido con posibilidades reales de ganar.
Trump, quien hasta unas horas antes del final de la contienda en Iowa presumía ser el seguro ganador, fue rechazado por los electores republicanos de esa entidad, que le dieron el segundo lugar y a Rubio el tercer puesto; para el joven senador de Florida implicó una victoria inobjetable.
Cruz ganó con el 28% de apoyo, Trump obtuvo el 24% y Rubio el 23%. Lo importante y destacable de este resultado, más allá de la victoria de Cruz, fue que Rubio, a quien las encuestas daban por perdido, casi desplaza a Trump del segundo puesto, sobre todo cuando al multimillonario empresario las encuestas lo daban como un seguro ganador del caucus de Iowa.
Los analistas políticos consideraran que la derrota de Trump será la tendencia lógica de los electores estadunidenses a la hora de salir e sufragar su voto para elegir al candidato presidencial, en este caso del partido republicano.
Desde junio del año pasado, cuando Trump anunció su candidatura a la nominación presidencial, los medios de comunicación se arrojaron a darle cobertura al magnate de la industria de la construcción, sobre todo por sus comentarios racistas (contra los mexicanos, musulmanes y los inmigrantes indocumentados), su denostación contra las mujeres y la descalificación total que hacía de sus contrincantes republicanos y demás políticos profesionales.
Con una molestia obvia, al conocer la victoria de Cruz, Trump felicitó al senador por el estado de Texas; pero extrañamente volvió a declararse el favorito de las encuestas sin tomar en cuenta que éstas le mintieron en el caso del caucus de Iowa.
El hartazgo electoral de los electores estadunidenses de una figura como Trump, que había permanecido como un denominador común de las notas electorales en los medios de comunicación estadunidenses, quedó manifestado con la victoria de Cruz y el surgimiento de Rubio.
La cerrada victoria (en términos porcentuales) de Clinton es una llamada de atención para el también exsenador federal, de que entre los demócratas ella no es del todo bien aceptada. Como hace ocho años, cuando perdió la nominación presidencial ante el actual presidente Barack Obama, Clinton pareciera que no convence totalmente al electorado y que a Sanders lo ven como un candidato auténtico, que entiende los problemas de la gente común y corriente.
Como ya se vaticinaba, con el arranque de las elecciones primarias y caucus electorales para elegir a los candidatos presidenciales, republicano y demócrata con miras a los comicios de noviembre, se irán eliminando aspirantes.
Con la victoria de Cruz en Iowa y el casi empate de Clinton, por el lado demócrata renunció a su candidatura por la nominación Martin O’Malley, el exgobernador del estado de Maryland, y por los republicanos Mike Huckabee, exgobernador de Arkansas.
Los análisis políticos ya adelantaban que a la verdadera hora de votar, los electores estadunidenses sufragan por sus intereses económicos y con un espíritu altamente conservador. La derrota de Trump podría interpretarse como la confirmación de esta conclusión política. Los electores estadunidenses, aunque abiertos a una opción ortodoxa en un proceso de elección presidencial, no están tampoco desquiciados para hacer ganar a un multimillonario fanfarrón e ignorante de la política de Estado.
En el caucus de Iowa Clinton se llevó los 44 delegados que estaban en juego, y Cruz los 30 para el caso republicano.
Los candidatos a la nominación presidencial republicana, como el exgobernador de Florida, Jeb Bush, y el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie -quienes ni siquiera figuraron en el caucus de Iowa-, luego de conocer la victoria de Cruz se concentraron en su campaña para participar este 9 de febrero en la elección primara de New Hampshire, la cual se considera como una de las más importantes del proceso de elección de los candidatos presidenciales.
Clinton y Sanders también, luego de concluido el proceso de Iowa, se dirigieron inmediatamente a New Hampshire para hacer campaña y prepararse para el caucus demócrata en el estado de Nevada. Ese mismo día, pero en Carolina del Sur, se celebrará la elección primaria de los republicanos. El caucus republicano será el 23 de febrero, y la primera demócrata en Carolina del Sur el 27 de este mes.
El martes 1 de marzo, que se conoce en el proceso electoral como “el súper martes”, habrá elecciones primarias y caucus en 15 estados. El resultado del proceso electoral del súper martes marca la pauta entre los candidatos demócratas y republicanos, porque los menos favorecidos por los electores comienzan a renunciar a sus aspiraciones presidenciales.