Centenario de Rubén Darío: De poeta del mundo a héroe nacional

domingo, 7 de febrero de 2016 · 11:04
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Desbordada en amor por el más grande literato de su historia, la Nicaragua poética celebra el centenario de la muerte de Rubén Darío (Félix Rubén García Sarmiento, nacido el 18 de enero de 1867 en el municipio rural de Metapa, hoy Ciudad Darío), a quien la Asamblea Nacional acaba de declarar en la catedral de León, donde reposan sus restos, “héroe nacional”. El máximo órgano oficial, en sesión extraordinaria, asentó que el creador del modernismo -que se incrustó en la literatura universal- “defendió con su pluma e intelecto como armas la soberanía e independencia de la lengua española”. La noche anterior, en esa misma catedral, se realizó una ceremonia con la asistencia del presidente del país, Daniel Ortega, y su esposa, la coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, Rosario Murillo. Ya en León se habían desarrollado varios actos ese día: fue inaugurado el Parque de la Cultura y Dignidad Centenario Rubén Darío, luego de que estudiantes de colegios públicos y privados del departamento de Chinandega relevaron una antorcha. Asimismo, el Instituto Nicaragüense de Cultura, presidido por Luis Morales, dio a conocer en León el Premio Internacional de Poesía Rubén Darío, que obtuvo el argentino Hugo Francisco Rivella, y mención para el cubano Sergio García Zamora. Por su parte, el Banco Central de Nicaragua anunció que el 8 día emitirá dos monedas conmemorativas en oro y plata de 1,000 córdobas (35 dólares) con la efigie del poeta y la leyenda “Príncipe de las letras castellanas”. Pero la Organización de Estados Americanos (OEA) extendió los honores a todo el continente, y como informó TELESur de Venezuela, depositó en el Panteón Nacional de Caracas una ofrenda floral con la presencia del viceministro para América Latina y el Caribe, Alexander Yánez, y el embajador de Nicaragua Ramón Enrique Leets Castillo. Los festejos llegaron a España, donde Darío hacia principios del siglo XX fue diplomático y gracias al poeta Juan Ramón Jiménez publicó su célebre Cantos de vida y esperanza. En la Casa de América de Madrid, la fachada fue iluminada antier y ayer del color emblemático del modernismo: el azul, y lo hará de nuevo hoy. Azul fue el título del libro que Darío editó en 1888 en Valparaiso, Chile, uno de cuyos 500 ejemplares fue descubierto el año pasado en una biblioteca de Managua, a resguardo en el Museo Archivo Rubén Darío de León, Nicaragua. La carta-prólogo al volumen, obra del escritor Juan Valera, comienza así: “Todo libro que desde América llega a mis manos excita mi interés y despierta mi curiosidad; pero ninguno hasta hoy la ha despertado tan viva como el de usted, no bien comencé a leerlo.” * * * En el balcón central del antiguo Palacio de Linares (frente a la Plaza de Cibeles) los paseantes leen en una enorme manta el verso del poema “El rey Óscar” que habla de la relación entre América y España: “Mientras el mundo aliente, mientras la esfera gire”. De acuerdo a la agencia española EFE, el poema continúa así: “Mientras la onda cordial alimente un ensueño,/ mientras haya una viva pasión, un noble empeño,/ un buscado imposible, una imposible hazaña,/ una América oculta que hallar, vivirá España!” Sin duda el poeta tabasqueño Carlos Pellicer, uno de los grandes admiradores de Darío, habría escogido otros versos, también de elogio a España pero en otra dirección, ya que su poema preferido del nicaragüense, además de “Oda a Roosevelt”, era “Los cisnes”: La América española como la España entera fija está en el Oriente de su fatal destino; yo interrogo a la Esfinge que el porvenir espera con la interrogación de tu cuello divino. ¿Seremos entregados a los bárbaros fieros? ¿Tantos millones de hombres hablaremos inglés? ¿Ya no hay nobles hidalgos ni bravos caballeros? ¿Callaremos ahora para llorar después? Además de la conmemoración de la Casa de América, que anunció inmediatas actividades paralelas sobre su obra, el diario El País hizo lo propio en su primera página de la edición de hoy con el suplemento Babelia: “La poesía late en el centenario de Rubén Darío”, abajito del llamado a leer la entrevista con Shakira “Si no canto y bailo me asfixio”. “Moderna como siempre” fue como presentó el homenaje de los poetas: Elena Medel (Córdoba, 1985), J. A. González Iglesias (Salamanca, 1964),  Óscar Hann (Iquique, Chile, 1938), Luis >García Montero (Granada, 1958), María Victoria  Atencia (Málaga, 1931), Ida Vitale (Montevideo, Uruguay, 1923), J. M. Caballero Bonald, Jerez de la Frontera, 1926), Martín López-Vega, Llanes, 1925), Darío Jaramillo (Santa Rosda de Osos, Colombia, 1947), Clara Janés (Barcelona, 1940), Piedad Bonnett (Amalfi, Colombia, 1951) y Claribel Alegría (Estelí, Nicaragua, 1924). Todos ellos reunidos por  Javier Rodríguez Marcos en torno a la herencia del movimiento modernista: “La modernidad es eterna”, que comienza así: “Igual que los creacionistas que aborrecen a Darwin descienden del mono, también los poetas que reniegan de Rubén Darío descienden de Rubén Darío.” El número 1263 del suplemento solicitó nada menos que al crítico literario peruano Julio Ortega un artículo que entregó brevísimo y sin desperdicio, “Darío de todos los ríos”, mientras Darío Villanueva escribe “Darío a la luz de Whitman”, y el biógrafo de Federico García Lorca, Ian Gibson, recrea cuatro momentos decisivos en la trayectoria del poeta nicaragüense: La publicación de Azul, su encuentro con Paul Verlaine y Jean Moréas en París, su visita a España y su breve autobiografía. A su vez, Babelia presenta así  “Latinoamérica sin etiquetas”, de Leila Guerrero: “Los poetas de la región vienen de la misma tradición, pero tienen influencias, estilos, temáticas e intereses dispares incompatibles con las clasificaciones.” Y con un espléndido cartón de Sciamarella se ilustra el texto de Sergio Ramírez, “Muy antiguo y muy moderno”. * * * Fue este narrador nicaragüense, quien por cierto recreó la figura de su compatriota en la novela Margarita está linda la mar (editorial Alfaguara), el más solicitado por los medios mexicanos, quienes recogieron también testimonios de, por ejemplo, los poetas Homero Aridjis, Marco Antonio Campos y David Huerta. En entrevistas Ramírez dio a conocer que publicará en ediciones Trilce, las próximas semanas, el libro A la mesa con Rubén Darío (sobre su relación con la gastronomía), y que prologará la edición conmemorativa de la Real Academia de la Lengua Española que aparecerá en marzo. Ya se irán conociendo los múltiples festejos en el mundo entero, porque Darío es una figura universal. No en balde Julio Ortega asienta en el erudito breviario citado que “como Cervantes, Rubén Darío nos sigue enseñando, contra todas las razones en contra, lo más difícil: la libertad en español.” Por lo pronto, El Comercio de Lima, Perú, tituló la nota de Carlos Batalla “Centenario del poeta-príncipe”, y la pequeña comunidad nicaragüense del condado Miami-Dado rindió homenaje a su escritor en el parque que lleva su nombre en West Flager, reportó El Nuevo Herald, considerado el diario en español más leído en Estados Unidos. A su vez, el pasado día 3 el gobierno chileno informó que un archivo sobre el poeta sería entregado a Nicaragua. Pero el centenario provocó también reacciones encontradas… y fue en la propia tierra natal del poeta, a raíz de que el gobierno de Daniel Ortega decretó, a principios de 2016, año del centenario Rubén Darío. Ell hecho no fue bien recibido del todo, según reportó la página virtual del medio nicaragüense Confidencial (Inversiones Multimedia, S.A)., que empleó en un titular el calificativo de “atroz” apoyándose en declaraciones de la destacada poeta nicaragüense Gioconda Belli por los “adjetivos vacíos” y “loas pueblerinas” del documento, así  como en la “manipulación política” del gobierno “Ortega-Murillo” expresada por el exministro de Educación Carlos Tünnerman. Este, señalado como uno de los mayores conocedores de la obra de Darío en el país por Confidencial, “lamentó que el decreto comience con una cita de un verso del poeta ‘cometiendo la falta de ortografía de acentuar el vocablo ÉS dos veces’. Para el doctor Tünnermann no es usual incorporar a un decreto presidencial poemas, aunque estos sean de Darío, apuntó el medio: “Declarar el año 2016, como el año ‘Del sol que alumbra, las Nuevas Victorias’ es utilizar un verso de Darío con intenciones políticas, desde luego que es bastante coincidente con la frase de propaganda gubernamental ‘Vamos por más victorias…’, dijo el exministro.” Por su parte, Belli señaló: “Es inaudito, además, que esté escrito en un estilo gramaticalmente incorrecto: el abuso y arbitrariedad en el uso de las mayúsculas, no sólo viola las reglas de la buena redacción y ortografía, sino que confundirá a los jóvenes, quienes pensarán que escribir así es lo correcto, pues se trata de un documento oficial publicado en La Gaceta”. La publicación en línea reproduce el decreto completo dado a conocer públicamente por Rosario Murillo,  cuyo primer numeral dice: “En el Año 2016, del Sol que alumbra, las Nuevas Victorias, dedicar toda la Labor, Fecunda, Generosa, Cristiana, Socialista y Solidaria, del Estado nicaragüense, a honrar al Insigne Maestro de Maestros, “Padre y Maestro Mágico, Liróforo Celeste”, Poeta de Nicaragua y el Mundo, Rubén Darío.”

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