Madrid, (apro).- El expresidente de la Generalitat de Cataluña Jordi Pujol i Soley insistió hoy en su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata que el origen de la fortuna que su familia guardaba en Andorra es resultado de la herencia que le dejó su padre Florenci Pujol. A pesar que Andorra aportó a los investigadores españoles documentación en la que el expresidente reconoce que una de las cuentas gestionada por su hijo en realidad es suya, el patriarca del clan lo sigue negando. El referente del nacionalismo catalán y su esposa, Marta Ferrusola, declararon durante más de tres horas ante el magistrado de la Audiencia Nacional que instruye la causa Pujol, que se centra en el primogénito Jordi Pujol Ferrusola, como el máximo gestor de la fortuna, y contra otros integrantes de la familia Aunque el interrogatorio se centró en la supuesta herencia de Florenci, supuestamente el equivalente a 4 millones de euros, pero que algunos investigadores cifran en 10 millones, en el fondo las pesquisas están enfocadas a un universo de fondos mayor que investiga la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) de la Policía Nacional, que oscilan entre 137 millones de euros y los 600 millones por negocios realizados en México, Argentina, Panamá, España, Andorra, financiados por el 3% de comisiones que cobraban a empresarios a cambio de contratos de obra y servicios públicos. Pujol i Soley insistió en la declaración que ofreció en enero de 2015 ante el juzgado 31 de Barcelona, en el sentido de que el origen de su fortuna se encuentra en la herencia que le dejó su padre Florenci Pujol. El viejo político fue interrogado como cabeza de un entramado familiar que usó la política para hacer negocios. Según fuentes judiciales que estuvieron presentes en el interrogatorio, el político colaboró y no reprimió a los asistentes, como sí hizo en el Parlament de Cataluña, cuando amenazó que si sacudía el árbol, caerían al suelo muchas frutas. Según su explicación, nunca regularizó su fortuna e hizo caso omiso de regularizarla ante el fisco, como medida para evitar que una de sus nueras pudiera reclamar parte de esa fortuna. También negó que tuviera conocimiento de los negocios y el cobro de comisiones que sus hijos hicieron a contratistas de la Generalitat