'Una mujer víctima de violación puede evitar un embarazo”: Arzobispado de SLP

domingo, 21 de febrero de 2016 · 18:12
SAN LUIS POTOSÍ, SLP (proceso.com.mx).- La Iglesia católica nunca va a considerar el aborto como un mal menor, “quedará en la conciencia de la mujer cómo va a obrar (si sufre un abuso sexual y queda embarazada) pero hay un margen para que se ponga en manos de un médico que la auxilie para que eso no ocurra”, afirmó el vocero de la Arquidiócesis de San Luis, Jesús Priego. El sacerdote habló con proceso.com vía telefónica a propósito de la iniciativa ciudadana que fue presentada al Congreso del estado por el empresario Jordi Vilet Ocaña, para efectuar una reforma a las leyes penales y penalizar el aborto en casos de violación, inseminación indebida y malformaciones genéticas, lo mismo para la mujer que para terceras personas que se lo practiquen. Actualmente la legislación potosina considera estas tres posibilidades como excepción para el aborto legal, por lo que no son punibles los abortos en tales casos aunque, como ocurre en casi todos los estados, tampoco se prevén los mecanismos para que las instituciones públicas acaten la ley, por lo que no hay un acceso efectivo a las mujeres embarazadas que quieran ejercer este derecho. La iniciativa propone sancionar a las mujeres con una permanencia de seis meses a un año en una “comunidad terapéutica”; de 1 a 3 años de prisión a quien le practique un aborto (en estos casos) a una mujer sin su consentimiento, y de 3 a 8 años a quien lo haga con su consentimiento o a petición de ésta. En la exposición de motivos, el empresario plantea que se debe garantizar el derecho a la vida inclusive en embarazos en casos de violación sexual. La propuesta fue turnada a la Comisión de Derechos Humanos del congreso la semana pasada, y de inmediato generó el rechazo de varias diputadas, incluyendo a la presidenta de dicha comisión, Dulcelina Sánchez de Lira, quien prácticamente la desechó de entrada al calificarla de violatoria de los derechos de las mujeres y notoriamente improcedente. Lo mismo ocurrió con organizaciones no gubernamentales que se pronunciaron de manera conjunta en contra de la propuesta, y calificaron de contradictorio y alarmante la presentación de estas iniciativas ciudadanas “con tufo confesional”: “Penalizarlas es a todas luces un acto de crueldad y violencia hacia las mujeres que viven esas situaciones”. Pero fue el vocero del Arzobispado quien desató una nueva polémica al afirmar que una mujer víctima de violación podría impedir un embarazo si acudía con un médico “para que le hicieran lavados”, publicó el diario Pulso el jueves 18. Al respecto, el sacerdote dijo en entrevista con proceso.com que algunos medios habían desvirtuado sus declaraciones. “Siempre vamos a suscribir, antes de que se publicara el mensaje del Papa Francisco de que el aborto nunca es un mal menor, que somos partidarios de la vida, pero no partidarios de la violencia”, indicó. “Yo lo que dije, lo mínimo que decimos es ¿cómo se puede dar por supuesta una violación a una mujer? Eso es lo preocupante, no es el estado normal de las cosas que una mujer sea violentada. No debemos resignarnos ante la violencia; debe ser atendida con prontitud por las autoridades”. -Pero ocurre. “Cuando una persona sufre de una agresión de este tipo… no se fomenta la cultura de la denuncia, hay una burocratización de los casos…lo urgente es que se ponga inmediatamente en las manos de un médico; hay tiempo antes de que se produzca un embarazo”. -¿Dice usted que hay un margen entre la violación sexual a una mujer y que ésta quede embarazada? “Sí, hay tiempo de que el médico la auxilie de tal manera que no se produzca un embarazo. Jesús Priego agregó que la Iglesia pugna por una cultura de la denuncia, pero que las autoridades responsables de atenderlas lo hagan de forma expedita “para evitar esta situación” (en alusión a un posible embarazo) pues “una persona que sufrió una agresión debe someterse a exámenes y se va el tiempo, y eso debe ser rápido (sic)”. “Ojalá que nunca se produzcan (los embarazos producto de violación)”, insistió. -Pero se producen. “Claro, claro. La Iglesia nunca se va a meter en la conciencia de una persona, de una mujer. (Si ejerce este derecho) eso ya va a quedar en la conciencia de la persona, cómo va a obras… pero la Iglesia no lo acepta”.

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