Juárez: Más o menos muerta

miércoles, 24 de febrero de 2016 · 10:34
Alice Driver quedó impactada en 2008 cuando vio el documental Señorita extraviada, el cual retrataba los feminicidios de Ciudad Juárez. A partir de entonces la escritora se obsesionó con el tema y no paró hasta llegar a la urbe chihuahuense para estudiar el fenómeno. El resultado es el libro Más o menos muerta, publicado el año pasado, donde se hacen evidentes la incompetencia de las autoridades, la impunidad, los estereotipos que revictimizan a las víctimas, así como la descalificación y la discriminación que rodean la tragedia de los feminicidios en la frontera. WASHINGTON (Proceso).- Hasta hace ocho años Alice Driver no tenía idea de la tragedia que las mujeres vivían día a día en Ciudad Juárez. La escritora, cineasta y fotógrafa radicada en Kentucky vio entonces el documental Missing young woman (Señorita extraviada, Canadá, 2001), de Lourdes Portillo, y ya no pudo vivir tranquila: viajó al norte chihuahuense para tratar de entender los motivos y los sótanos del fenómeno. El resultado fue Más o menos muerta, nombrado “mejor libro de política exterior de 2015”, donde Driver detalla la incompetencia, la impunidad, los estereotipos, la descalificación y la discriminación como factores que prevalecen en los casos de los miles de feminicidios cometidos en Ciudad Juárez. Más o menos muerta (The University of Arizona Press, 2015) es una obra para entender los fenómenos y realidades de uno de los problemas sociales y criminales que más han afectado Ciudad Juárez. Driver describe su libro como una “teoría académica” y “un análisis” sobre cientos de asesinatos, desapariciones, violaciones y ejecuciones en Juárez, antes y después del punto más efervescente del tráfico de drogas en esa ciudad fronteriza. “Nunca había estado en la frontera, pero el documental me llevó hasta allá. Me obligó a tratar de entender las condiciones que producían la falta de una solución a esa violencia”, dice en su libro. Recuerda que Ciudad Juárez fue considerada durante tres años consecutivos (2009-2011) la ciudad más violenta del mundo, fuera de una zona de guerra. Para su obra, Driver recopiló los testimonios de familiares de las víctimas del feminicidio, de activistas, periodistas, investigadores, escritores, fotógrafos y defensores de los derechos humanos que ayudan a las madres de las desaparecidas en su casi estéril lucha ante unos gobiernos federal y local que nada hacen para resolver esos crímenes. En su primera visita a Juárez se dedicó a conocer la ciudad y a platicar con el fotógrafo Julián Cardona, quien con su trabajo le enseñó a la autora de Más o menos muerta, una ciudad de cuya existencia sólo sabía por su mala reputación, difundida en los medios de comunicación, en el cine y por los documentales. La imagen que se tenía de Juárez en 2010, cuando Driver viajó allá, era la de las consecuencias fatales de la lucha militarizada contra el narcotráfico en el sexenio de Felipe Calderón. Esto se percibe en lo que escribió al pisar la ciudad por primera vez: “Antes de entrar a Juárez estaba nerviosa, tomando café y temblando… Ese año, el promedio de asesinatos era de 12 por día en verano y de seis en invierno; estadística que me hacía pensar sobre cuál era la relación entre el calor y la violencia”. Reconoce en el libro su incapacidad para entender la ciudad con una sola estancia: “Cuando publiqué un artículo sobre Juárez, después de mi primera visita, cometí el error de decir que los (policías) federales portaban rifles AK-47. Un juarense rápidamente me corrigió, aclarando que los federales portan rifles G-3 y AR-15. “No sabía nada de armas, pero debí entender que la gente que vive en una ciudad ocupada por los militares y federales las conoce íntimamente. Que podían ubicar los puntos de revisión (retenes) controlados por la Policía Federal, por la Policía Municipal y aquellos bajo control de las pandillas, en términos de las armas. Hasta a un hombre vestido de civil, los juarenses pueden identificar para quién trabaja y qué tipo de armas porta... Fragmento d

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