En Primera Plana, una cinta que deja sin aliento

jueves, 17 de marzo de 2016 · 14:00
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En Primera Plana (Spotlight, EU-2015) es una cinta dolorosa y a la vez escalofriante, en donde la fe y el futuro de decenas de niños se vieron truncados por la perversión de un grupo de hombres con poder y el silencio de una comunidad. Dirigida por Tom McCarthy, esta historia se desarrolla en la ciudad de Boston en 2001, cuando un grupo de periodistas se lanza a la investigación de los casos de abusos sexuales a menores perpetrados por sacerdotes de la localidad. La investigación se detona cuando el periódico The Boston Globe cambia de editor: Marty Baron (Liev Schreiber) es un judío de otra ciudad, soltero, que no gusta del beisbol, y que llega al diario justo cuando el internet comienza a verse como una amenaza, con la idea de convertir al periódico en una lectura indispensable para la gente. ¿Por qué es relevante el perfil del editor? Porque gracias a una columnista del diario que habla sobre el caso de un padre pederasta, es capaz de ver que debajo de eso hay algo más profundo. Nadie parece creer que lo que se habla en la columna sea relevante… Boston parece ser un pueblo chico, donde la mayoría católica protege a la Iglesia. Y es entonces que Baron pone a su equipo de trabajo a desenterrar testimonios de víctimas cuya fe está hecha pedazos. Ben Bradlee (John Slattery), Roby Robinson (Michael Keaton), Sacha Pfeiffer (Rachael McAdams), Matt Carroll (Brian d’Arcy James) y Mike Rezends (Mark Ruffalo) son los héroes que van encontrando la basura, abrumados por el tiempo, “rezando” porque ningún otro periódico les gane la nota, luchando contra las omisiones de abogados que encubren a la Iglesia católica y una comunidad que teme perder la fe. La película expone una estructura caduca de gente que, en aras de mantener su poder, pisoteó a decenas de niños inocentes, niños a los cuales debían conducir por el buen camino. Pecaron no sólo aquellos que guardaron silencio, sino también los padres. En Primera Plana es un filme indispensable para el cinéfilo y también para todo creyente. Ganó el Oscar 2015 como mejor película.

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