MONTERREY, NL (apro).- Luego de la presión ejercida por la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), el ayuntamiento de esta capital aceptó reconstruir el memorial erigido a las víctimas del Casino Royale, después de que la obra fuera derribada el pasado 10 de marzo por un automovilista, que la impactó por accidente. Samara Pérez, madre de uno de los 52 fallecidos en el ataque incendiario ocurrido el 25 de agosto de 2011 en la casa de apuestas, dijo que, inicialmente, el municipio que gobierna actualmente el priista Adrián de la Garza Santos se había manifestado renuente a erigir de nuevo el trabajo escultórico denominado Tu vida, diseñado por Brenda Tamez, quien perdió a su padre en la conflagración. Los familiares inconformes presentaron una queja ante la CEDH, que el 15 de marzo pidió oficialmente colaboración al secretario del ayuntamiento, Genaro García de la Garza, para que costeara la reconstrucción. El 23 de ese mes, este funcionario y el alcalde enviaron un oficio a la CEDH en el que rechazaron la solicitud, por lo que los allegados a las víctimas demandaron respaldo del gobierno del estado. Hasta entonces el municipio reaccionó y finalmente aceptó cargar con el costo para rehacer la obra, inaugurada el 25 de agosto de 2014. “En el papel tengo una negativa del municipio de Monterrey, que me hizo llegar la Comisión Estatal. Pero también me dice que hay aceptación del gobierno del estado para volverlo a realizar. Pero luego me habló el secretario del ayuntamiento y me dijo que el alcalde dijo que sí lo va a realizar”, comentó. Pérez Muñiz agregó que apenas el viernes 8 autoridades municipales retiraron los escombros de la obra, un mes después de que ocurriera el accidente. Luego de esta serie de contraindicaciones, los deudos esperan que alguna autoridad se concentre en los trabajos, aún sin fecha de inicio, para que vuelva otra vez a hacerse visible la obra localizada sobre el camellón central de la avenida San Jerónimo, en la colonia del mismo nombre, frente al inmueble derruido del Casino. Tu vida es un monolito en forma de fuente de 1.50 metros de ancho por 2 de alto, con 52 surtidores de agua que representan a cada uno de los fallecidos en el atentado perpetrado por sicarios de Los Zetas. La obra dejó de funcionar al día siguiente de que fue inaugurada y se encontraba seca hasta el momento en que fue destruida.