Más de 500 niños centroamericanos trabajan en Chiapas en sector informal: CIESAS

jueves, 28 de abril de 2016 · 20:05
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En la localidad de Soconusco, Chiapas, alrededor de 400 niños y más de 100 niñas centroamericanos, en su mayoría de origen Guatemalteco, trabajan en el comercio ambulante, como cargadores de mercancías y en el servicio doméstico, reveló un estudio del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS). Por las condiciones económicas en sus países, los menores se echan a la suerte y migran solos o con algunos amigos hacia la ciudad fronteriza chiapaneca para instalarse afuera de centros nocturnos donde venden chicles y bolean zapatos. Las niñas, en cambio, se emplean como trabajadoras domésticas en casas de familias pudientes, según la investigación  “Niños, niñas y adolescentes centroamericanos en el mercado laboral de la frontera Guatemala-México. Hacia la evidencia de una presencia encubierta y simulada”. Elaborado por Carolina Rivera Farfán, investigadora del CIESAS, el estudio detectó que en el 2011 había 115 mujeres menores de 22 años –la mitad de ellas de 13 a 17 años– trabajando en el hogar en las ciudades fronterizas del Soconusco. En América Latina se calcula que trabajan más de dos millones de menores de edad en este sector, de acuerdo con un comunicado del CIESAS. También se detectó que, aunque los menores todavía se incorporan a plantaciones de café, caña de azúcar, mango, papaya y banano, lo hacen en menor medida, debido a que buscan laborar “en la rama de servicios, comercio, construcción y actividades marginales como el cuidado de automóviles, limpia parabrisas, aseadores de zapatos, venta de dulces, cantantes en el transporte público u ofreciendo entretenimiento como tragafuegos y payasitos”. A diferencia de antes –agrega el estudio–, cuando los menores migraban acompañados de sus padres o parientes adultos, en la actualidad es “común verlos con amigos, o solos, además que su estancia en México es más dinámica e incluso permanente”. De acuerdo con la investigación, en el 2013 se encontró que 595 niños y niñas de entre 5 y 17 años laboraban en las plantaciones de café del Soconusco, y otros 400 niños realizaban trabajos nocturnos como boleros, vendedores de chicles, en las afueras de las cantinas, bares, prostíbulos, y en las centrales de transporte público colectivo. De esos 400 menores, 94% son varones y 6% mujeres; 88% proceden del departamento de San Marcos, municipio Concepción Tutuapa, Guatemala. Además, 81% tiene entre 15 y 18 años de edad,  mientras que 16% fluctúa entre 9 y 14. Muchos también escogen la ciudad fronteriza de Tapachula para laborar. Por estas cifras, Carolina Rivera Farfán, investigadora del CIESAS, aseguró que “disminuir, erradicar o regular el trabajo que desarrollan niños y niñas es una tarea estructural que va más allá de la frontera sur de México”. Desde su óptica, se debe continuar con el estudio sobre la niñez “desde diferentes dimensiones pero reconociendo su incorporación como sujetos activos al mundo del trabajo. El tema precisa de un trasfondo ético y político porque un menor o un adolescente que migra y trabaja es un sujeto doblemente carente de sus más elementales derechos humanos. Hacerlo constituye una tarea impostergable, en virtud de los actuales escenarios económicos, políticos y migratorios en emergencia y en transcurso”. La investigación “Niños, niñas y adolescentes centroamericanos en el mercado laboral de la frontera Guatemala- México. Hacia la evidencia de una presencia encubierta y simulada", está incluida en el libro Trabajo y Vida Cotidiana de Centroamericanos en la Frontera Suroccidental de México, editado por el CIESAS (2014), y coordinado por la misma antropología Rivera Farfán.  

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