'Remedios para Leonora”, de Estela Leñero

martes, 17 de mayo de 2016 · 16:48
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- ¿Quién ha logrado hacer realidad un inmanente deseo a través de los sueños? La escritora Estela Leñero desarrolla la trama de la obra teatral Remedios para Leonora a partir de la formulación de esa pregunta. Leonora Carrington desea renacer de sus heridas y está segura de que sólo es posible en la dimensión onírica y no en la realidad, que es muy limitada. Para ello, llama a su íntima aliada Remedios Varo. Las amigas se encuentran en los sueños de Leonora, ese espacio abstracto que a ambas les obsesionó para desarrollar su vida y obra. La autora nos revela, por un parte, a la artista Leonora Carrington al acecho de su propia angustia, sensación que la invadía constantemente por los registros en su memoria de la estancia en el Hospital Psiquiátrico de Santander, España. La sensación de desprotección provenía de la inconsistente figura de amor de su padre, quien la registró en aquel centro de salud a la edad de 20 años. También la afectó el episodio de la invasión nazi a Francia durante la segunda Guerra Mundial, que le dio la condición de refugiada, primero en España y luego en México. Por otro lado, Leñero nos pone en contacto con Remedios Varo como la mujer a quien la poseían los sentimientos de culpa por asumirse la causante de la infelicidad de sus parejas. La también crítica de arte teatral en Proceso nos presenta a unas mujeres dispuestas a exorcizarse la sensación de la angustia, en el caso de Leonora, y los sentimientos de culpa en Remedios. En este sentido, la escena central de la obra es la ensoñación de un aquelarre que esas artistas realizan convencidas para purificarse. El hechizo integra una danza descontrolada con el fin de liberar a la mente de sus propios yugos psíquicos, y el espacio que contiene dicho acto es una torre geométrica sagrada --diseñado por Carolina Jiménez--. Leonora es interpretada por la actriz Bertha Vega y Remedios por Gabriela Betancourt, ambas bajo la dirección de Gema Aparicio en el Teatro El Milagro, hasta el 25 de mayo. El texto dramatúrgico es un recorrido sensible por la mente de las representantes femeninas de la tendencia surrealista, movimiento artístico que convirtieron en una forma de identidad y conducirse en la vida. Leonora y Remedios, en la versión de Leñero, eran mujeres que leían signos y símbolos por doquier. Y los absorbían hasta influir en sus decisiones existenciales. La obra no intenta ser biográfica, más bien reflexiva en cuanto a los poderes chamánicos de ambas mujeres. ¿Qué harían ustedes para salvarse de sí mismas?

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