Los alemanes Rammstein encienden el Hell & Heaven

domingo, 24 de julio de 2016 · 22:21
El metal tomó al Autódromo Hermanos Rodriguez como parte del Festival Hell & Heaven 2016. Un amplio repertorio de bandas llevaron al público del cielo al infierno conforme a la crónica de César Muñoz Valdez solicitada para nuestros lectores. CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Poco más de 65 mil almas disfrutaron el poderío de la banda alemana Rammstein, que marcó el reventón estelar del festival Hell & Heaven en una extensa jornada de música metal que concluyó cerca de las 2 de la madrugada en la Curva Cuatro del Autódromo Hermanos Rodríguez. (ver https://www.youtube.com/watch?v=15gdSe4_8Ck) Desde antes del mediodía se veían a miles de personas que se arremolinaban para acceder al valle rockero para disfrutar de 12 horas de sonidos estridentes en una larga lista de bandas de todo el mundo. En el espacio de la curva número 4 se podía sentir el ambiente festivalero en cada rincón, desde la venta de productos especializados con un mercadeo del tipo Tianguis del Chopo, además de variadas expresiones artísticas propias del género musical. [caption id="attachment_448447" align="alignnone" width="718"]Actuación de la banda sueca Ghost. Foto: Cortesía Lulú Urdapilleta Actuación de la banda sueca Ghost. Foto: Cortesía Lulú Urdapilleta[/caption] Chicas con trajes sadomasoquistas paseándose entre los escenarios; vampiros, gárgolas, ogros, cíclopes y vikingos, fueron parte de las caracterizaciones que cubrieron esta fiesta plena de atractivos a cada paso, donde había desde familias llevando a sus hijos pequeños, así como jóvenes y personas de todas edades. Una especie de viaje a tiempos medievales se desprendía desde el foro principal con doble escenario, uno llamado Hell y el otro Heaven, sumándose además al recorrido la trilogía del Alternative Stage, True Metal Stage y el New Blood Stage, cada uno de los escenarios repartiendo lo más explosivo en agrupaciones. Caso especial como el True Metal Stage, que destacó por la presencia de los queridos brasileños de Sepultura, los mexicanos El Clan; o el Alternative Stage, con propuestas como los argentinos A.N.I.M.A.L., que demostraron que el alma latina tiene también tiene una larga historia en el género de rock duro con representantes de alto nivel. Sin embargo, el escenario Hell y Heaven fue el máximo atractivo con una producción monumental, donde ambos entarimados estaban unidos teniendo en medio las siglas del festival (HH), y además entre esas letras una pantalla gigantesca que permitía admirar cercanamente las estrellas del metal. (ver https://www.youtube.com/watch?v=ARXKvVeVtXg) En el de Heaven (literalmente, “El paraíso”) se pudo escuchar a los estadunidenses Fear Factory con sus rolas “Powershifter”, “Self Bias Resistor” y “Shock”; también sus compatriotas Mushroomhead hicieron de las suyas con el cover “Empty Spaces”, de Pink Floyd; pero sin lugar a dudas quienes se llevaron los alaridos masivos fueron los suecos Amon Amarth, que con sus atuendos, escenografía y temas quikingos, trasladaron a los presentes hacia un viaje de batallas épicas de Odín y Freyka con “The Pursuit of Vikings” y “Deceiver of the Gods”. Los encargados de llevar al Infierno (o sea, al foro Hell) fueron Tanus, KillCode, DragonForce, Epica y Five Finger Death Punch, quienes calentaban esta parte del escenario previo a Rammstein, mientras el festival llevaba un atraso cercano a una hora, las presentaciones fueron continuas. Ya caída la noche y quedando fuera los presagios de que “llovería a cántaros”, una leve brizna dio la bienvenida a la banda sueca Ghost, con la enigmática presencia de su vocalista Papa Emeritus, quien inicialmente salió con su clásica indumentaria parecida de sumo pontífice, así como una más de sus elegantes vestimentas oscuras, dando cátedra con “Cirice” y “He Is”. Previo al cierre, los gringos Twisted Sister ascendieron al escenario celestial para despedirse oficialmente de los escenarios a nivel mundial, además de celebrar 40 años de trayectoria junto a su carismático líder Dee Snider, quien dijeron adiós con su ya emblema de “We're not gonna take it”. El cerrojazo llegó en el pódium infernal a pesar de los retrasos: el público aguardó la espera con la misma energía más allá de la media noche, donde emergió el líder de Rammstein, Till Lindemann, desatando los alaridos al unísono. (ver https://www.youtube.com/watch?v=StZcUAPRRac) Altas dosis de pirotecnia, explosiones, llamaradas, guitarras y bajos con lanzallamas en un ambiente apocalíptico fue lo que vistió escénicamente a la banda alemana, con su poderoso metal de rasgos industriales. Incesante teatralidad de Till Lindemann: vistiendo primero un sencillo traje blanco, después uno negro y hasta llegar a convertirse en un ángel azul de alas metálicas que disparaban fuego. Así, el líder teutón compartió temas como “Feuer Frei”, “Sonne”, “Ich Will” y “Engel”. (ver https://www.youtube.com/watch?v=P0Y0ipRnyPM) Finalmente, entronaron la rola consentida entre los fans mexicanos: “Du Hast”, para concluir su show regalando otra de las antológicas de Rammstein en español: “Te quiero puta!”, despidiéndose así, totalmente agradecidos llevando cada uno de los integrantes su puño al corazón y declarando su amor por México, en el año dual de Alemania y nuestro país: “Auf Wiedersehen, amigos!”  

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