De cómo nuestra salud depende de la biodiversidad

martes, 26 de julio de 2016 · 13:01
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Para todos aquellos que aman la naturaleza o los animales y desean un mejor futuro para la humanidad, recomendamos la reciente compilación de 701 páginas titulada Preservar la vida. De cómo nuestra salud depende de la biodiversidad, del Fondo de Cultura Económica (FCE) y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CoNaBio). Originalmente publicada en inglés hacia 2008 por los coordinadores de la obra, Eric Chivian y Aaron Bernstein (del Centro para la Salud y el Medio Ambiente Global de la Escuela de Medicina en Harvard), Preservar la vida fue traducida al castellano por Martha Araiza y Andrea Arenas en esta lujosa edición del FCE revisada por Susana Moreno, en cuya dedicatoria leemos: Dedicamos este libro a los millones de plantas, animales y especies microbianas con los que compartimos este pequeño planeta, y a nuestra propia especie, Homo sapiens, que caminó por primera vez en la Tierra hace ciento noventa y cinco mil años, y luchó para sobrevivir a través de los milenos hasta convertirse en los magníficos y extraordinariamente poderosos seres que somos hoy. Que tengamos la sabiduría y el amor por nuestros niños y por todos los niños por venir para usar este poder y así salvar el indescriptiblemente bello y preciado don que recibimos. El volumen está dividido en diez capítulos; de algunos ofreceremos una síntesis aquí. El Liminar es de Edward O. Wilson (10 de junio de 1929, Birmingham), entomólogo y biólogo estadunidense conocido por su trabajo en evolución y sociobiología, quien escribe: “(…) Preservar la vida ayuda a llenar un gran campo relativamente desatendido dentro de las publicaciones ecológicas. La mayoría de la gente entiende muy bien los nefastos efectos de la contaminación tóxica en su salud. También sabe que el agujero de la capa de ozono en la atmósfera superior no es algo bueno y que el calentamiento global, la destrucción de los bosques y el agotamiento de las reservas de agua dulce son amenazas globales serias. “Lo que ha sido más difícil de comprender, no solamente para el público en general sino para la mayoría de los científicos, es la profunda influencia que la biodiversidad tiene en el bienestar humano. La razón es la visión prevalente en el mundo de que la salud es una cuestión interna de nuestra especie y que, con la excepción de las especies domesticadas y los organismos patógenos, el resto de la vida es otra cosa. El tema de Preservar la vida, en contraste, es que la biodiversidad importa profundamente a la salud humana y en casi toda forma concebible (…).” Kofi Annan, Premio Nobel de la Paz 2001, es autor del prólogo. Señala: “Escrito en un lenguaje sencillo y no técnico, que cualquier lector puede comprender, Preservar la vida tiene como fin educar e informar. Pero también pretende transmitir un sentido de urgencia sobre este asunto y, por último, convencer a los legisladores y al público que nuestra salud futura y expectativas –de hecho, nuestra vida misma– dependerá de atender este desafío con toda nuestra creatividad y voluntad, para no privar a las futuras generaciones de la oportunidad de beneficiarse de las riquezas de la naturaleza.” Los compiladores Chivian y Bernstein apuntan en el prefacio: “Creemos que el descuido general de la relación entre biodiversidad y salud humana es un grave problema, pues al legislar no sólo no se han tomado en cuenta todas las implicaciones que sobre los seres humanos tiene la pérdida de la diversidad, sino que el público en general, que no comprende los riesgos de salud involucrados, no está captando la magnitud de la crisis de biodiversidad y no está desarrollando un sentido de urgencia para resolverlo. Desgraciadamente, ni argumentos estéticos ni éticos, ni religiosos ni aún económicos han sido suficientes para convencerlos…” ¿Qué es la biodiversidad? Conclusiones del capítulo primero, por los doctores Stuart L. Pimm, María Alice S. Alves, Chivian y Beristein: “Los conservacionistas colocan justificadamente a los bosques tropicales en tierra y a los arrecifes de coral en el mar en la parte superior de sus listas de prioridades, porque se cree que contienen grandes porciones de las especies del mundo conocidas… No obstante, una estrategia completa para salvar a la biodiversidad también necesita salvar algunos ecosistemas que pueden contener menos especies, no sólo por los diversos servicios que proveen, sino por la composición ecológica distintiva y la información colectiva que poseen. La tundra, los pastizales templados, los lagos, los mares polares, los estuarios y los manglares son todos buenos ejemplos. (…) “Al existir una mayor diversidad de especies, también hay mayores posibilidades de redundancia a nivel de grupos funcionales y, como consecuencia, de mayor resistencia al ecosistema. Es decir, si una o más especies en un ecosistema se pierden o ya no pueden desempeñar su papel funcional, por ejemplo, como degradador de la hojarasca o como polinizador de ciertas plantas, otras especies presentes pueden realizar estas mismas funciones y tomar su lugar. “El funcionamiento de un ecosistema depende críticamente de la biodiversidad de sus poblaciones y especies constituyentes. Y es este funcionamiento el que determina la habilidad de los ecosistemas para ofrecer servicios y bienes esenciales que mantienen con vida a los humanos y a todas las especies del mundo. Éste será el tema del capítulo tres. Pero primero vamos a examinar cómo la actividad humana amenaza a la biodiversidad.” El segundo capítulo destaca los apartados y subtemas siguientes: Pérdida de Hábitat: Tierra (Deforestación, Otras amenazas para las especies terrestres, Especies endémicas y “Puntos Calientes” de biodiversidad); Océanos (“Pérdida de hábitat marino a causa de la pesca”), y Agua Dulce. También: La Sobreexplotación (“En Tierra”, “Carne de Animales Silvestres”); Extracción excesiva en los océanos (“Pesca excesiva”); Especies introducidas, Enfermedades infecciosas, Contaminación (“Nutrientes”, “Contaminantes orgánicos persistentes”), Farmacéuticos (“Deposición de ácidos”, “Metales pesados”, “Herbicidas y pesticidas”, “Plásticos”), Radiación ultravioleta, Guerra y conflictos bélicos, más Cambio climático global (“Calentamiento oceánico”, “Deshielo marino”, “Acidificación del agua de mar”, “Alteración de los ciclos biológicos” e “Interacciones complejas”). Servicios de los ecosistemas Capítulo de los autores Jerry Melillo y Osvaldo Sala, que sintetiza: “Todos, sin importar dónde vivimos en este planeta, dependemos completamente de los ecosistemas y de sus servicios, como el alimento, el agua, la regulación del clima, el control de enfermedades, la degradación de residuos y el reciclaje de nutrientes; la satisfacción espiritual y el disfrute estético. “Una conclusión fundamental de la Evaluación del Milenio de los Ecosistemas –en un informe de las Naciones Unidas sobre el estatus de los ecosistemas y los servicios que estos nos proporcionan– es que a lo largo de la mitad del siglo pasado, los seres humanos han cambiado los ecosistemas del planeta más rápido y más significativamente que en cualquier otro momento comparable de nuestra historia. Mientras que los cambios han contribuido a producir ganancias sustanciales para el bienestar humano y el desarrollo económico de algunos individuos, muchos otros se han beneficiado muy poco. “Además, estos cambios han provocado una pérdida irreversible de la diversidad de la vida en la Tierra y han acarreado grandes costos en forma de degradación de servicios de los ecosistemas y un aumento en la pobreza de algunos grupos de personas. Es imperativo que entendamos mucho mejor la composición y el funcionamiento de los ecosistemas y cómo la actividad humana amenaza los servicios que proporcionan, y es esencial que hagamos lo posible por preservarlos.” Biodiversidad e investigación biomédica Al igual que el anterior, en este capítulo de Joshua P. Rosenthal, Chivian y Bernstein, se resumen aportaciones que diversas especies de plantas, animales y microbios han hecho a la medicina humana. “Algunos podrían decir que no es necesario preservar los organismos en la naturaleza, que podemos producir en el laboratorio todas las variantes que eventualmente necesitemos, con la cría selectiva y la modificación genética. Ciertamente, nuestra experiencia con el desarrollo de un número siempre creciente de cepas de ratón ilustra la importancia de estos esfuerzos. Otros podrían afirmar que, como Noé, simplemente deberíamos mantener unos pocos individuos de cada especie que se vea amenazada en bancos de semillas o en zoológicos o jardines botánicos o en acuarios, para que estén disponibles en el futuro, para la reproducción o para cualquier información que se quiera necesitar de ellos. Y nuevamente existe un gran mérito en estos intentos de preservación. “No obstante, debido a que sabemos muy poco acerca de cuántas especies existen y qué lecciones debemos aprender incluso de aquellas que hemos identificado, y a que la naturaleza lleva cientos de millones de años averiguando de qué manera los organismos pueden vivir mejor y protegerse contra las enfermedades, y que cualquier organismo que podamos mantener en ambientes artificiales representa sólo una manera diminuta de la diversidad genética de su especie, no existe sustituto a la preservación de especies y de ecosistemas en los que viven en estado natural, ni para ellos ni nosotros.” Nuestros hermanos monos En el capítulo sexto Grupos de organismos amenazados que son valiosos para la medicina, el par de coordinadores del volumen concluyen así: “Los organismos que aparecen en este capítulo son asombrosos por derecho propio: por su belleza y su asombrosa complejidad genética, molecular, anatómica, bioquímica, fisiológica y conductual. Sin embargo, no se convirtieron en el centro de este capítulo por estas razones, sino porque lo que nos enseñan contribuye a la salud y el bienestar humano (y en verdad que muchos otros organismos podrían haber ocupado su lugar). Su escasez, y el papel de los humanos en ella, es causa de alarma, pues si no podemos proteger a estas las criaturas más visibles y más famosas, será imposible proteger a todas las otras que depende absolutamente nuestra vida.” Casi 30 páginas se le dedican a los simios. “Primates amenazados” dice: “De todas las especies en peligro en la Tierra, ninguna despierta tanta preocupación en los humanos y tanta desesperanza como los primates, el orden de mamíferos que incluye a nuestra propia especie, y quizá ninguna ilustra de forma más sorprendente y más trágica la magnitud de lo que perdemos si no hacemos algo para detener la crisis de extinción actual.” De los monos llamados menores, los Hominoidea están en especial riesgo, con todos sus grupos amenazados por la actividad humana (con excepción del Homo sapiens). Dos especies --el gibón de Java, plateado o moloch (Hylobates Moloch) y el gibón de cresta negra oriental (Nomascus concolor)– se cuentan entre las que están en peligro crítico. Las dos especies de orangutanes --el orangután de Borneo (Pongo pygmaeus) y el orangután de Sumatra (Pongo abelli)– también están en grave peligro. Se cree que unos 420 mil orangutanes de Borneo y unos 380 mil de Sumatra poblaron la Tierra hace unos 10 mil años; ahora quedan menos de 15 mil y 10 mil, respectivamente. “La sobrevivencia de nuestros parientes más cercanos en el reino animal –los gorilas, los chimpancés y los bonobús– también está en riesgo… Los científicos estiman que hay entre 280 mil o un poco menos de 400 mil grandes simios africanos vivos en este momento, de una población que se creía era de millones hace apenas un siglo. Un estudio reciente de Peter Walsh y su equipo de la Universidad de Princetown ha determinado que incluso en la intacta y prístina selva de Gabón la población de gorilas y chimpancés ha disminuido más del 50 % en los últimos 20 años… Predijeron que las poblaciones de gorilas y chimpancés disminuirían 80% en los próximos 33 años, lo que originó su recomendación para que el estatus de peligro de esos simios cambiara inmediatamente de ‘en peligro’ a ‘en peligro crítico’. (…) “Las poblaciones de gorilas disminuyen como consecuencia de varias actividades humanas. La primera de estas es la destrucción del hábitat selvático, ocasionado por la tala comercial y por las crecientes tasas de conversión de los bosques –para tierras de cultivo y tierras para ganado, y sitios destinados a la extracción de minerales y petróleo— las cuales advienen con la construcción de nuevas carreteras que erosionan aún más la integridad de la selva… “Como se mencionó en el capítulo segundo, la caza de gorilas y otros animales salvajes por su carne ha existido desde hace milenios. Una de las razones por las que esta caza implica un riesgo mayor para la supervivencia de los gorilas es que los cazadores modernos utilizan armas más mortíferas… La guerra y los conflictos armados son una amenaza potencial para las poblaciones de gorilas, y de otros primates. Por ejemplo, el genocidio en Ruanda de 1994… el reciente conflicto en la República Democrática del Congo (RDC)… Una última crisis para los gorilas (y para los chimpancés) tuvo su origen en el virus del ébola (…).” Las similitudes biológicas entre los primates y los humanos son sorprendentes. Nuestro ADN es casi idéntico al de los chimpancés, difiere sólo un 1.3%. Un apartado de este capítulo explora las tres áreas de investigación en primates que son vitales para la medicina humana: Enfermedades infecciosas y desarrollo de vacunas, Trastornos neurológicos y Trastornos de comportamiento. Capítulos séptimo y octavo David H. Molyneus y Ricahrd S. Ostfeld aportan el texto del capítulo siete, intitulado Alteraciones en los ecosistemas, pérdida de biodiversidad y enfermedades infecciosas humanas. “La predicción sobre cómo las actividades humanas que alteran los ecosistemas y provocan la pérdida de biodiversidad afectarán la propagación de la enfermedad infecciosa humana es una tarea de grandes proporciones. Ya es bastante difícil comprender las complejas relaciones entre agentes patógenos y vectores en los sistemas naturales no alterados... “A pesar de muchas incertidumbres, ahora existen ejemplos claros, y están comenzando a surgir patrones evidentes, que muestran el aumento de enfermedades infecciosas transmitidas por vectores humanos como resultado de actividades como la desforestación, el desarrollo agrícola, la construcción de presas, la urbanización y el calentamiento climático…” Daniel Hillel y Cynthia Rosenzweig dividen Biodiversidad y producción de alimentos en: “Antecedentes históricos” y “Agricultura” (con los análisis Funciones de la biodiversidad en la agricultura, Control de enfermedades, Plagas de insectos, Aves, Polinizadores, Plantas cultivadas y sus parientes silvestres y Bases genéticas de los cultivos agrícolas). El subapartado “Biodiversidad del suelo” contiene: Funciones de la biota del suelo, Alteraciones de los hábitats del suelo y Uso de la biodiversidad para mejorar los suelos. Continúa el apartado “Producción ganadera” (La creciente demanda por comida de origen animal, La importancia del ganado para las personas de escasos recursos, Sistemas de producción ganadera, Ganadería y medio ambiente, Base genética de las especies de ganado, Amenazas de la ganadería derivadas del cambio global y Efectos de la biodiversidad causados por la producción ganadera). Por último, “Alimentos provenientes de los sistemas acuáticos” (La cadena alimenticia marina, Biodiversidad de especies marinas comestibles, Industria pesquera, Pesquerías de agua dulce, Agricultura; Maricultura: Contaminación, Enfermedades, Escape, Destrucción del hábitat, Agotamiento de las poblaciones silvestres”. Incluye, antes de conclusiones finales, “La promesa de la agricultura sustentable”. Es un capítulo que precede al siguiente, de gran actualidad: Alimentos genéticamente modificados y agricultura orgánica, por Chivian y Bernstein. Transgénicos y orgánicos Algunos de los beneficios potenciales de las cosechas genéticamente modificadas (GM) es el uso reducido y más ecológico de los agroquímicos (pesticidas y herbicidas). Las cosechas GM y tolerantes a los herbicidas (GMTH) permiten a los graneros usar los llamados herbicidas postemergentes (por ejemplo, el glifosato) y aplicarlos más tarde en el ciclo de crecimiento. Un mejor rendimiento ha sido una de las principales justificaciones de cosechas GM y hay muchas áreas prometedoras de investigación transgénica que involucran la salud y la salud humana. Pero también existen importantes riesgos potenciales de los alimentos GM, asienta el estudio, como el de que puedan invadir hábitats naturales. Además, existe el potencial de que los organismos GM escapen, amenazando a las poblaciones silvestres (esto puede ocurrir con salmones GM, agregándose al ya serio problema que existe en la maricultura del salmón, donde el salmón criado que no está modificado genéticamente escapa y pone en peligro a las poblaciones de salmón silvestre)… “Hay varios tipos diferentes de toxinas Bt… También se ha demostrado que el maíz con toxina Bt posee un contenido más concentrado del compuesto lignina, un polímetro que actúa como cemento de la naturaleza y puede crear, junto con la celulosa, fuerza y flexibilidad en el tejido vegetal. La lignina resiste ataques de la mayoría de los microorganismos y no se deshace con un proceso anaeróbico… La toxina Bt en cosechas GM puede afectar a organismos no objetivo así como aquellos que son sus objetivos específicos… También existe la posibilidad de que uno de los químicos ampliamente usados en las cosechas GM, el glifosato, y posiblemente su preparación comercial más utilizado, el Roundup, funja como un interceptor endócrino… También se ha comprobado que el herbicida glifosato contamina sistemas de agua dulce… Otra área de preocupación es que las grandes corporaciones comerciales, según las leyes de patentes y protección de derechos de propiedad intelectual, se apropiarán de los beneficios de las cosechas GM.” Aquí, los importantes temas desglosados en 33 páginas son: “Alimentos genéticamente modificados (Antecedentes, Beneficios y riesgos potenciales); “Agricultura orgánica” (¿Los alimentos orgánicos son mejores para la salud humana y el ambiente?, ¿Los problemas alimenticios del mundo pueden resolverse mediante la agricultura orgánica?), y “Agricultura integrada”, con Sistemas integrados de agricultura y ganadería. Existen recuadros específicos, como: El experimento de agricultura orgánica en Cuba, Agricultura orgánica a gran escala en EU, Salmón Genéticamente Modificado, Virgilio en la primera parte de Las Geórgicas, y El sistema agrícola arroz-pato-locha de Takao Furuno. El décimo capítulo final sugiere soluciones inmediatas en ¿Qué pueden hacer los individuos para ayudar a conservar la biodiversidad?, por Jeffrey A. McNeely, Eleanor Sterling y Kalemani Jo Mulongoy, tales como: Usar el transporte público y compartir el automóvil; comprar alimentos de preferencia orgánicos; consumir pescados y mariscos cultivables de manera sustentable; instalar por lo menos un foco de luz LED en el hogar; apagar las luces en habitaciones vacías; dejar de usar pesticidas y herbicidas en el jardín; conocer las posiciones ambientales de los gobernantes y apoyar los candidatos con mejores expedientes; compartir con familiares, colegas, amigos y vecinos lo que se está haciendo para conservar la biodiversidad y sobre todo, no gastar, reducir el consumo y comprar lo que realmente uno necesite. En apéndice se mencionan a los copatrocinadores de esta ambiciosa pero interesante y bien documentada obra por demás bellamente ilustrada, de la Oxford University Press y editada en México por el FCE (ver www.fondodeculturaeconomica.com y www.biodiv.org/programmes/default.shtml).

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