Corrupción, principal obstáculo para controlar la calidad del aire: Mario Molina

miércoles, 10 de agosto de 2016 · 21:17
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El reto más grande que enfrenta la humanidad es el cambio climático, pero habrá que ponerle un freno a la corrupción para poder controlar la calidad del aire en la zona metropolitana. Así lo aseguro este miércoles el premio Nobel de Química 1995, Mario Molina, durante la XXXII Reunión Nacional Estudiantil de Ingenieros Químicos que se realizó en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). De acuerdo con el científico, una posible solución al problema ambiental es el trabajo conjunto entre sociedad y gobierno para atacar el problema del cambio climático. “El problema del cambio climático en el mundo se puede resolver, pero sólo con la implementación de diversas medidas simultáneas. Existen varias que deben ponerse en práctica, como la implementación de energías renovables: eólica, solar y nuclear –esta última discutible–, además de la sustitución del parque vehicular y del carbón por gas natural”. Añadió: “La temperatura del planeta en promedio se ha incrementado un grado en los últimos años, pero si no tomamos medidas simultáneas, el riesgo podría escalar la temperatura de tres a cuatro grados más, lo que sería catastrófico: volvería a algunas zonas inhabitables”. Molina también señaló que en un futuro los gobiernos del mundo gastarían entre 1 y 2% del Producto Interno Bruto (PIB) para proyectar un entorno que garantice la vida. “Se debe influenciar a los gobiernos, ejercer presión a diversos niveles; hay que ser conscientes del potencial de la sociedad para crear problemas, pero también para resolverlos”, resaltó en un comunicado difundido por la UNAM. Sobre el “problema tan serio” que padece la zona metropolitana con la calidad del aire, el Premio Nobel dejó en claro que la problemática no sólo debe abocarse al monitoreo del ozono y sus efectos, pues un factor mayúsculo lo representan las partículas suspendidas. “Tenemos muchas recomendaciones, hay mucho más por hacer; no vamos a ver resultados a muy corto plazo, es un comienzo. Trabajamos con el Gobierno de la Ciudad de México y la Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales), pero lo que hemos visto es que el freno para controlar la calidad del aire es la corrupción, pero eso ya está en proceso de cambio”, finalizó.

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