'Mendoza”: Macbeth de la Revolución mexicana

viernes, 12 de agosto de 2016 · 08:48
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El teatro La Gruta del Centro Cultural Helénico se transforma en un espacio de resistencia los viernes por la noche. La compañía Colochos presenta Mendoza, obra inspirada en el clásico Macbeth de Shakespeare, mexicanizado y revolucionado. Después de viajar por varios recintos nacionales e internacionales, la obra cuenta con una breve temporada en el sur de esta ciudad. La nueva versión fue escrita por de Antonio Zúñiga y Juan Carrillo, este último también director de la puesta. La disposición del espacio es en alberca, de forma que el público arropa el escenario desde todos los ángulos. Éste se llena con unos cuantos objetos sencillos (los cuales se reinterpretan conforme avanza la acción) y gracias a una fuerte presencia por parte de los actores. Ellos se encargan de todo: música, tramoya, cambios de escena. Sus movimientos son firmes, precisos, armónicos. Van tejiendo con cuidado la narración, la cual se vuelve cada vez más intensa. La historia transcurre durante la Revolución mexicana. Ahí, el general José Mendoza, impulsado por los presagios de una bruja y animado por su esposa, comienza a hacer todo lo que está en sus manos con tal de escalar a la cima, caiga quien caiga. La ambición no conoce límites. Los diálogos son profundos y poéticos, y a la vez no dejan de apropiarse del más puro caló mexicano. Las maravillosas líneas de Shakespeare, a diferencia de otras ocasiones, no se escuchan ajenas en las voces de los rebeldes. A lo largo de la representación se invita al público a involucrarse de forma efectiva. No se trata de un mero capricho, sino de una integración a la situación actual de nuestro país. Es una invitación a abandonar la indiferencia, una especie de crítica a la pasividad que nos invade: para acabar con la injusticia hay que llenarse las manos de sangre, ya sea de forma literal o simbólica. Todos somos cómplices y culpables de lo que cambie o permanezca. La obra termina, el público brinda, y las cerca de cien personas que se han reunido en el íntimo espacio aplauden de pie. Es entonces cuando pasa al frente el director de la compañía, quien pide, si creen que lo amerita, hacer publicidad de boca en boca, ya que las únicas ganancias del montaje (incluyendo los sueldos del equipo) dependen por completo de los ingresos de taquilla. Hasta el año pasado, foros como los del Centro Cultural Helénico contaban con pago de nómina independiente para los creadores. Sin embargo, los recortes gubernamentales al presupuesto de cultura provocaron un cambio inevitable de formato. Se dice por ahí que las obras de Shakespeare son universales. Sin embargo, esta afirmación rara vez cobra sentido. La compañía Colochos lo entiende y lo adapta. Mendoza es un teatro inteligente, creativo y entregado, el cual logra acercar al autor más de cuatro siglos después a un nuevo público y despertar en él inquietud. Al fin y al cabo, sed de poder hay en todos lados.

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