CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La cúpula empresarial puso el dedo en el “Talón de Aquiles” del gobierno de Enrique Peña Nieto, de cara a su Cuarto Informe de Gobierno. El Consejo Coordinador Empresarial (CCE), presidido por Juan Pablo Castañón, señaló que el mayor reto de la actual administración es el Estado de Derecho. Incluso, advirtió que es condición “indispensable” para la implementación de las reformas, que hasta la fecha, han quedado a deber. “Cualquier reforma o iniciativa de transformación corre el riesgo de no cumplir sus objetivos, si se implementa en un marco donde hay corrupción, inseguridad pública, falta de certeza jurídica, discrecionalidad en la aplicación de la ley, inconsistencia entre lo que se planea y se anuncia y lo que resulta en la práctica”, dijo en su mensaje semanal. Y no quedó ahí. El organismo recordó que las reformas pueden ser “reventadas” por coyunturas políticas o sociales, con intereses particulares y subversivos o por un ambiente de “ingobernabilidad”. De hecho apuntó que ahí radica el mayor reto de México. “El Estado de Derecho democrático, el gran reto y la causa del gran déficit de confianza institucional y social que hoy tenemos, el cual socava la cohesión social y el desarrollo nacional en los más diversos ámbitos”. En la voz de Castañón, el CCE recordó que desde fines de 2014 –con la entonces reciente desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero– se han presentado sucesos que “nos recordaron trágicamente la profundidad del desafío que tenemos en nuestro país, en materia de legalidad, justicia y seguridad”. Para el sector empresarial, el principal activo de este sexenio, es su impulso reformador, ya que México dio “pasos fundamentales” en materia económica y democrática, pero hacían falta reformas estructurales que permitieran dejar atrás las inercias que, por décadas, fueron políticamente imposibles de lograr. Sin embargo, el líder empresarial aclaró que los cambios en el Congreso son sólo la mitad de la tarea de reformar al país. “La otra está en su propia implementación y la aplicación efectiva, y lo mismo aplica para todas las demás leyes. México ha tenido éxito como un país que inicia reformas, pero para completar el proceso necesita ser un país donde la legalidad sea principio rector de la vida pública, en las leyes y en los hechos. El estado de derecho es condición indispensable para que las reformas funcionen y perduren y logren sus objetivos”, agregó. Sin avances en seguridad Otro flanco débil del actual gobierno es la seguridad pública. Según el CCE, desde el arranque del sexenio se instrumentaron varios cambios de carácter institucional, principalmente con fines de mejorar la coordinación en la materia. No obstante, no ha habido una variación significativa ni en la incidencia delictiva, ni en percepción de inseguridad en la ciudadanía, que acaba de registrar su peor nivel desde el 2013. Lo mismo aplica para la impunidad, que permanece en niveles superiores a 97%. Según datos oficiales, la violencia repuntó en julio contra el mismo mes del 2015: homicidio 26% y secuestro 37%. Algunas zonas donde recientemente se padeció un entorno de violencia intolerable han tenido un mejor escenario. No obstante, en otras no ha habido mejoría y en unas más “desafortunadamente se ha recrudecido la problemática”. Para el organismo empresarial “se requiere, mayor inversión y con inteligencia en materia de seguridad, porque en general la inseguridad pública se mantiene como el problema más delicado del país, y seguimos lejos de resolver las causas estructurales, todavía con el Ejército cumpliendo funciones emergentes que deberían hacer nuestras policías”. Nulos resultados económicos Pero el gobierno de Enrique Peña Nieto no sólo ha dejado qué desear en materia institucional; también en el ámbito económico. La cúpula empresarial alertó que el crecimiento anual sigue muy lejos de las tasas que se requieren, de 5% o más. De hecho señaló que el promedio en el sexenio ha sido inercial, de sólo 2.1%, el mismo que en la administración previa e inferior al promedio de los últimos 20 años, que es de 2.5%. “Frente a ello, uno de los mayores logros es la contención de la inflación: una de las más bajas de nuestra historia, por debajo de 3% anual desde febrero del 2015. En gran parte gracias a ello, el poder adquisitivo, en términos del salario mínimo real, creció 8.2% desde finales del 2012 a la fecha. De esta forma, el mercado interno ha mantenido una tendencia positiva, que ha sido el motor emergente ante la debilidad del mercado externo”, contrastó. No obstante, el CCE reconoció que aunque se crearon hasta ahora casi dos millones de empleos, la economía no ha sido capaz de impulsar un abatimiento de la pobreza. Aún más, dejo ver que existen variables que preocupan cada vez más y demandan atención y ajuste. En particular, el aumento del déficit y de la deuda pública. Como dato, la deuda total del Sector Público creció el equivalente a 10.5% como proporción del Producto Interno Bruto (PIB). “La causa directa es el déficit primario que tenemos desde el 2008 a la fecha, y que se incrementó 124% en esta administración: 97 mil 500 millones de pesos. Todo esto ha tenido implicaciones en otros fundamentos económicos, como la cuenta corriente”, explicó el CCE.