Pide Rajoy a legisladores confianza para formar un nuevo gobierno en España

martes, 30 de agosto de 2016 · 13:56
MADRID (apro).- El presidente en funciones Mariano Rajoy pidió este martes al Parlamento español su confianza para formar un nuevo Ejecutivo, esgrimiendo que ante ocho meses de parálisis política e institucional, “España necesita un gobierno con urgencia”. Ante los desafíos de España y sus compromisos con sus socios europeos, dijo, su gobierno sería “razonable, moderado y eficaz”, pues, en su opinión, alguna otra opción sería “un modelo de gobierno de mil colores, radical e ineficaz”. “Es importante que España cuente con un gobierno, pero no cualquier gobierno. Lo que España reclama es un gobierno que pueda gobernar, que resuelva los problemas, que sea estable, sólido y tranquilizador”, dijo en la tribuna del Congreso de los Diputados. Rajoy dijo que aceptó la propuesta del rey Felipe VI de presentarse a la investidura, porque los españoles señalaron “con claridad su preferencia por el Partido Popular” en las elecciones del 26 de junio, segundas celebradas luego que en las del 20 de diciembre no se logró formar gobierno. El mandatario español, que está a seis votos de conseguir los 176 necesarios para lograr ser investido para un nuevo período de gobierno, recalcó que él es la única opción para sacar al país del bloqueo, de lo contrario, habría que ir a unas terceras elecciones, que se celebrarían el 25 de diciembre. El discurso de Mariano Rajoy fue calificado por el resto de los partidos representados en el Congreso español, como “soporífero”, “poco ilusionante”, “continuista” y que, en hora y quince minutos, solo dedicó un minuto y treinta segundos al tema de la corrupción, uno de los más graves y los que mayores exigencias de reformas demanda. Fue casi al minuto 50 que Rajoy se refirió a que “la corrupción se persigue hoy más que nunca y los castigos son los más elevados que se han conocido”. El mandatario español centró su largo discurso en los éxitos de su primera legislatura, argumentando que recibió el gobierno en 2011, cuando se destruían en España mil 400 empleos diarios y hoy encuentran trabajo cada día mil 600 españoles. “Se ha invertido la situación; de ser el país donde más empleo se destruía, hoy lideramos en la eurozona”, refirió. Resaltó que existe un mayor crecimiento económico, sin embargo, “todo tiene un límite y eso puede cambiar. Las cosas se pueden torcer” y consideró que “no sería justo malograr la recuperación en marcha por la parálisis política”. “No hay mayor daño que decir a los ciudadanos que su voto ha sido inútil, que no ha servido para nada y que habrá que repetir nuevas elecciones”, dijo. Buscó responsabilizar a las otras fuerzas políticas de que él no logre la formación de gobierno y se tengan que celebrar las terceras elecciones. También se refirió al desafío del independentismo catalán, donde señaló que es “un desafío que, paradójica y abusivamente, se plantea desde las instituciones autonómicas de Cataluña. De ninguna manera se puede atribuir a los catalanes en su conjunto”. Se comprometió a “preservar” la soberanía nacional y, con ella, la unidad de España, la igualdad de los españoles y sus derechos fundamentales. No le corresponde al gobierno interpretar la unidad, sino defenderla tal y como la entienden los españoles y la Constitución”. La presidencia de la Cámara decretó un receso hasta mañana por la mañana, cuando subirán a la tribuna los portavoces de todas las fuerzas políticas a plantear su postura ante la propuesta de Rajoy. No obstante, hasta hoy la mayoría, encabezada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Podemos, anunció que votarán en contra y no plantean abstenerse para permitirle gobernar a Rajoy. De perder la votación este miércoles 31, Rajoy se tendría que someter a una segunda votación, que tendría lugar el viernes 2 de septiembre. Si aun así no consigue la mayoría, según la legislación española, tendría un plazo hasta el 2 de octubre para conseguir una negociación con otros partidos que le permita gobernar, de lo contrario, ese día se disolvería el Parlamento y el rey convocaría a nuevas elecciones.

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