Revientan asamblea en la que maestros decidirían fin del paro en Chiapas

miércoles, 14 de septiembre de 2016 · 09:32
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis. (apro).- Maestros, padres de familia y activistas que se oponen a que culmine el movimiento magisterial, “reventaron” anoche la Asamblea Estatal de la Sección 7 del SNTE, donde se decidiría si ponen fin al paro de labores y regresan a clases en Chiapas. La Asamblea Estatal congregó a representantes de las más de 800 delegaciones sindicales y los líderes del Comité Ejecutivo Seccional de la Sección 7, todos adheridos a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), quienes llegaron al auditorio “Che Guevara” con sus actas en mano, que habían sido llenadas previamente en el proceso de consulta a los más de 57 mil maestros sindicalizados. Ya desde el inicio de la Asamblea la situación se puso tensa entre quienes estaban a favor del levantamiento del paro de labores y quienes estaban decididos a poner fin al movimiento magisterial. Las acusaciones de “vendidos” a la dirigencia seccional fue una constante. Con gritos lanzados a la mesa donde se encontraban quienes encabezaban la reunión, los señalaron de traidores. Un bloque exigía cancelar la consulta que una semana antes habían hecho a cada uno de los maestros, con el argumento de que un “pacto político” con el gobierno de Enrique Peña Nieto no tenía validez, ahora que su interlocutor – Luis Enrique Miranda Nava- negaba la existencia de los acuerdos y el secretario de Educación, Aurelio Nuño, arremetía una y otra vez contra el movimiento magisterial. Y que posteriormente, el lunes 12 por la tarde en Tuxtla, ratificó a los líderes de las secciones 7 y 40 de Chiapas. “Nosotros, representantes del movimiento magisterial, no podemos hacer otra cosa más que buscar la forma más correcta que permita llegar a un acuerdo sobre esta situación. Respetamos absolutamente lo que hoy se está manifestando, y a quienes traen otra posición. Si en esta asamblea la postura es que esa acta de consulta se llegue a anular, así será”, dijo Manuel Mendoza, dirigente de la zona indígena. Mientras la discusión al interior de la reunión se tornaba cada vez más ríspida, afuera del recinto se concentraron cientos de padres de familia, integrantes de organizaciones sociales y maestros de base, quienes portaban pancartas con leyendas como “No queremos acuerdos políticos. Papelito habla”, “Padres no somos burla. Exigimos abrogación, no venta”. Alrededor de la una de la mañana, este grupo de inconformes logró entrar por la fuerza a la asamblea, y se sumaron al grupo de delegados magisteriales que también rechazaba un “salida política” al movimiento contra la reforma educativa. Los dirigentes de la CNTE abandonaron el recinto por una puerta lateral, y la reunión fue suspendida. Con ello, al menos por el momento, queda también suspendida la posibilidad de levantar el paro laboral y regresar a clases de manera consensada. Cuando ya la Asamblea había sido disuelta, padres de familia y maestros tomaron la palabra para señalar que ellos no permitirán el regreso a clases, pues primero tiene que caer la reforma educativa. José Luis Sánchez Huerta, un líder de padre de familia dijo que más de 120 días han estado apoyando el movimiento magisterial y no permitirán que se manipule el proceso. Que ahora el movimiento no es sólo magisterial sino también popular, por tanto deben considerar la opinión también de los grupos y organizaciones sociales que apoyaron el movimiento de la CNTE. Cabe recordar que uno de los principales argumentos de la dirigencia magisterial para aceptar un “acuerdo político” con el gobierno, es evitar “una salida violenta” que implicaría el uso de la fuerza pública para disolver las manifestaciones, como lo han advertido las autoridades. “En el fondo, saben que los únicos beneficiarios de una salida violenta son los charros –maestros aliados de las autoridades- y el gobierno”, había sostenido unas horas antes de la asamblea, José Luis Escobar, vocero de la CNTE. Ahora, luego que la asamblea de interrumpida, Escobar dijo que se volverá a convocar a otra reunión.

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