Enardecido por emboscada a militares, el Ejército se despliega en Badiraguato

sábado, 8 de octubre de 2016 · 19:53
Tras la emboscada del 30 de septiembre contra un convoy del Ejército en Culiacán, la institución castrense advirtió que iría con todo para dar con los responsables del ataque. Estos visos de “venganza” –como los considera en esta sección el investigador Erubiel Tirado– comienzan a tomar forma con la reciente instalación de un puesto militar en Badiraguato, donde los cárteles de Los Chapos y de los Beltrán Leyva libran una encarnizada guerra por el control de la zona. El semanario estatal Ríodoce comparte a Proceso nuevos detalles de la emboscada y de la vista a Mazatlán de Enrique Peña Nieto, quien, según fuentes consultadas por ese medio informativo, ordenó atacar sin distingos todas las estructuras del Cártel de Sinaloa. CULIACÁN, Sin. (Proceso).- Un destacamento del Ejército está apostado de nueva cuenta en la sierra de Badiraguato, donde el cártel de los Guzmán y el de los Beltrán Leyva se disputan la zona desde mediados de mayo, lo que provocó el desplazamiento de familias enteras en la sierra del norte de Sinaloa. Esa guerra, negada al principio por el gobierno de Sinaloa, derivó la semana antepasada en un cruento ataque contra un convoy militar en el acceso a Culiacán cuando trasladaba a un presunto delincuente herido. En rueda de prensa, Gerardo Vargas Landeros, secretario general de Gobierno, confirmó que después de la emboscada en la capital el Ejército colocó nuevamente su campamento en el poblado de Huixiopa, Badiraguato, el mismo que había sido recuperado en las últimas semanas por la gente de Joaquín Guzmán Loera. Dos semanas antes del ataque a los militares, Ríodoce informó que, tras fuertes enfrentamientos que dejaron un número indeterminado de muertos, en Huixopa y Badiraguato la gente de los Guzmán había logrado recuperar el territorio que estaba ocupado por los Beltrán Leyva, Corte parejo, la consigna del gobierno  La llegada del presidente Enrique Peña Nieto y su comitiva a Mazatlán el miércoles 5 no sólo tuvo como propósito visitar a los militares heridos en la emboscada del 30 de septiembre, a raíz de la cual también murieron cinco soldados, sino también para pedir cuentas al gobierno estatal, pues los informes sobre la gran corrupción que impera en las corporaciones policiacas locales son conocidos en Los Pinos. Acompañado por los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; de la Defensa, Salvador Cienfuegos; de la Marina, Vidal Francisco Soberón Sanz; del comandante de la Tercera Región Militar con sede en Mazatlán, Arturo Duarte Múgica, y el gobernador Mario López Valdez, el presidente Peña Nieto recorrió el Hospital Militar, donde habló con los heridos. Luego vino la reunión privada. Y los reclamos por la falta de coordinación derivada de la gran corrupción en el seno de las corporaciones policiacas. Las autoridades castrenses expusieron que el propósito del ataque fue rescatar a Julio Óscar Ortiz Vega, El Kevin, el segundo de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, quien presuntamente lo envió a la sierra con apoyos financieros y armamento para Aureliano Guzmán Loera, El Guano, quien encabeza la defensa de aquella zona contra los Beltrán Leyva. Cuando le informaron al presidente que las policías estatales y municipales trabajan para el crimen organizado, él volteó a ver al secretario de la Defensa, quien respondió: “Sí. Ya tenía conocimiento de eso”. Fragmento del reportaje que se publica en la edición 2084 de la revista Proceso, ya en circulación.

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