Proceso 40 años: Más autoritarismo, corrupción, miseria…

lunes, 7 de noviembre de 2016 · 15:39
--En cuatro décadas, es el país de los pocos --El PAN: de oposición seria a opción corrupta CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En la cumbre del autoritarismo presidencial priista, cuando destruyó el Excélsior de Julio Scherer García, Luis Echeverría devaluó el peso después de 22 años y de 12.50 por dólar lo llevó a 19.90. Cuarenta años después, los mismos que cumple Proceso, algo análogo sucede en México: Enrique Peña Nieto, un déspota priista débil, tomó el dólar a 12.50 y también casi llega a los 20 pesos. En cuatro décadas, en economía, política y sociedad, México ha cambiado mucho, pero no demasiado: El autoritarismo ha mutado de unipersonal priista a caterva multipartidista que, confundida con el crimen, además de reprimir y corromper la libertad de expresión e información, como Echeverría, ahora mata a periodistas. El régimen ha creado además un modelo perverso para el control: La concentración mediática y la consecuente uniformidad informativa --los mismos personajes en televisión, radio, prensa e internet con la misma agenda--, hacia la que fluyen los multimillonarios presupuestos publicitarios, los formales y los turbios. Tal uniformidad –se ha documentado en Proceso-- alcanza a todos los ámbitos de la vida pública, a nivel federal y en los estados: Las instituciones electorales, defensoras de derechos humanos, administradoras e impartidoras de justicia, de combate a la corrupción y de toda índole están integradas con una lógica de facción, cuando no delincuencial. Son frutos podridos. Proceso ha sido consecuente con su línea editorial. Desde su edición inaugural, el 6 de noviembre de 1976 --en la que somete a riguroso escrutinio el desastroso poder unipersonal de Echeverría: “El sexenio: Las palabras y los hechos” --, hasta su actual número de aniversario con el homenaje que rindió Peña al panista Felipe Calderón, su antecesor, a instancias de Alberto Bailleres, el dueño del semillero de la élite en el poder hace tres décadas: El Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). El semanario fundado por Scherer García ha documentado cómo la alternancia en la Presidencia de la República –en 2000, 2006 y 2012-- ha sido a condición de aplicar el mismo modelo económico neoliberal que, en los más recientes 30 años, ha hecho de México uno de los países más desiguales del planeta. No es fortuito que 1% de la población concentra casi 50% de la riqueza nacional --Bailleres, por ejemplo, escaló en pocos años a segundo más rico de México--, mientras que más de 50 millones de mexicanos están en situación de pobreza y, de ellos, muchos millones literalmente muriendo de hambre. En cuatro décadas, el Partido Acción Nacional (PAN) degradó de oposición seria a opción corrupta, en combate con el PRI para ser peor. Y la izquierda, que al nacer Proceso era clandestina como Partido Comunista, sigue disgregada, corrompida, satanizada y limitada en sus diversas expresiones para articular una opción auténtica de cambio verdadero. Al envilecimiento de la vida pública, disueltos los emblemas partidarios, una porción de la sociedad se rebela, pero otra --mayoritaria-- lo convalida expresamente o en los hechos. El hartazgo se extiende como una epidemia, a la que el periodismo está llamado a combatir. El panorama desolador no debe cancelar el optimismo. Las estrecheces económicas, las de casa y el país, tampoco frustran el cumplimiento del deber. Pese a todo, se impone celebrar. Cómo no coincidir con el editorial de Proceso para conmemorar estos 40 años de libertad, 22 de los cuales yo he tenido el privilegio y la responsabilidad de formar parte de esta revista, en los que la villanía nos ha hecho objeto de amenazas, acosos, agresiones, insultos, boicots, represiones y del asesinato de Regina Martínez, nuestra corresponsal en Veracruz, y el fotógrafo Rubén Espinosa. “No hemos dado un paso atrás. Ni modificado nuestra línea de ejercer la libertad que nos impusimos desde la fundación de la revista, encabezada por Julio Scherer García. Cuarenta años después, en medio de hechos y signos ominosos para el ejercicio del periodismo crítico, esto es Proceso y esto seguirá siendo”. Comentarios en Twitter: @alvaro_delgado

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