CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En el marco de la Operación Lava Jato, que indaga multimillonarios desvíos de fondos desde la estatal Petrobras, la fiscalía brasileña denunció este jueves por corrupción y lavado de dinero al expresidente Luis Inacio Lula da Silva, quien ya suma cinco acusaciones formales en su contra. La policía sospecha que Lula participó en una trama para desviar entre 2 y 3% de los montos de los contratos firmados por la constructora Odebrecht con la petrolera Petrobras, a la que suministró servicios por valor de miles de millones de reales. La fiscalía acusa al exmandatario de participar en una trama que habría desviado aproximadamente 23 millones de dólares con el objetivo de pagar campañas políticas, entre ellas las del Partido de los Trabajadores en el que milita. La esposa del expresidente, Marisa Leticia Lula da Silva, así como el exministro Antonio Palocci, también fueron denunciados por la fiscalía por participar supuestamente del esquema de fraude. La policía cree que el expresidente –quien ambiciona presentarse a los comicios presidenciales de 2018 para lograr un eventual tercer mandato– habría ofrecido cargos públicos a integrantes de partidos políticos a cambio de obtener apoyo parlamentario. Las autoridades tienen la sospecha de que la empresa Odebrecht compró y renovó para el expresidente el Instituto Lula, situado en Sao Paulo, en una transacción valorada en cerca de 3.5 millones de dólares, reseñó Notimex este jueves 15. Lula ya es imputado en otra causa de la Operación Lava Jato por corrupción y lavado de dinero, al beneficiarse supuestamente de un apartamento de tres plantas en el litoral de Sao Paulo a cambio de beneficiar a una empresa constructora en sus negocios con Petrobras, algo que él niega rotundamente. Lula dice ser víctima de una “caza judicial” en Brasil con el objetivo de impedir su nueva candidatura presidencial, y ya presentó un recurso ante el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas argumentando que la justicia brasileña está violando sus derechos.