CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Durante la investidura presidencial de Donald Trump, cientos de personas se manifestaron en las inmediaciones del perímetro de seguridad instalado en Washington. La mayoría lo hizo de manera pacífica, pero otros cuantos quemaron banderas, lanzaron ladrillos y otros objetos contra elementos policiacos y vandalizaron comercios. Los manifestantes causaron “daño significativo”, señaló el jefe interino de la policía del Distrito de Columbia, Peter Newsham, e informó que 217 personas fueron detenidas en relación con los disturbios. También hubo heridos: cuatro policías y dos civiles, uno de los cuales resultó lastimado por una granada de dispersión, según información difundida por el diario The Washington Post. Un grupo de seis manifestantes, quienes vestían playeras con la palabra “resiste”, intentaron interrumpir la toma de protesta del magnate, pero elementos de seguridad impidieron que lograran su cometido. En la Plaza Franklin, luego del juramento presidencial, los civiles tiraron rocas, ladrillos y pedazos de concreto a los oficiales, y éstos respondieron con gas lacrimógeno y granadas de dispersión. Otros incendiaron botes de basura y cajas de periódico, ante una barrera policial de aproximadamente 100 agentes con equipo antimotines, y cuando una camioneta policial intentó pasar entre la multitud, uno de los manifestantes rompió la ventana del vehículo con una piedra. Más tarde un vehículo fue incendiado a pocas calles del desfile inaugural.