El Lava Jato salpica a Argentina

martes, 7 de febrero de 2017 · 08:50
BUENOS AIRES (apro).- La justicia argentina investiga al jefe de la Agencia Federal de Inteligencia, Gustavo Arribas, un hombre del círculo íntimo del presidente Mauricio Macri. Se le imputa haber recibido cinco transferencias en su cuenta del banco Credit Suisse en Zúrich, entre el 25 y el 27 de septiembre de 2013. Según las indagatorias, los giros habrían totalizado 594 mil 518 dólares y provenían de una cuenta en Hong Kong, a nombre de la empresa RFY Import & Export Limited, operada por el cambista brasilero Leonardo Meirelles. Sin embargo, la justicia de Brasil determinó que esa empresa no existe y que la cuenta en Hong Kong se utilizó durante años para pagar sobornos, lavar activos y evadir impuestos, un mecanismo beneficiaba a la constructora Odebrecht y otras grandes empresas brasileras. La información que compromete a Gustavo Arribas fue recabada por el equipo de periodistas de IDL-Reporteros, dirigido por el peruano Gustavo Gorriti, y publicada en Argentina por Hugo Alconada Mon en La Nación, el 11 de enero. Más aún, en ninguna de las cinco transferencias se especifica un motivo que justificara el depósito de esos recursos. El escándalo de corrupción Lava Jato, con epicentro en Brasil y derivaciones en una docena de países, salpica así a la política argentina. El cambista Leonardo Meirelles fue condenado y se acogió al régimen de “delación premiada”, donde aportó documentación sobre miles de transferencias que hizo simulando contratos cambiarios basados en importaciones ficticias. También admitió haber pagado sobornos en Argentina. Confrontado con la información, Gustavo Arribas reconoció haber recibido sólo una transferencia de Meirelles, el 26 de septiembre de 2013, por un monto de 70 mil 495 dólares, y la adjudicó a la venta de un inmueble en San Pablo a un comprador brasilero. No obstante, la única documentación que presentó como respaldo es un correo electrónico de una empleada del banco Credit Suisse, certificada por un escribano, que corrobora sus afirmaciones. El periodista Gustavo Gorriti, a cargo de la investigación, ratificó que los giros son cinco y no uno, e invitó a Arribas a despejar todas las dudas entregando a la justicia los resúmenes de cuenta. La investigación judicial, a cargo del fiscal Federico Delgado, inquieta al presidente Mauricio Macri, amigo y mentor del jefe de los espías. Cabe destacar que el primero de los cinco pagos se realizó el 25 de septiembre de 2013, un día después de que la constructora Odebrecht celebrara, a través de un anuncio en su página web, la reactivación del contrato para el soterramiento del ferrocarril Sarmiento en Buenos Aires. En esta obra gigantesca participa junto a Odebrecht la argentina Iecsa, de Ángelo Calcaterra, primo hermano del presidente. Tras sufrir entonces una nueva postergación, en octubre de 2016 Macri reasignó 3 mil millones de dólares de la partida presupuestaria para la realización del proyecto. Sospechas “No entiendo cómo se relaciona a Arribas con Odebrecht. Ese link todavía no lo entendí –dijo Macri el 17 de enero, durante una conferencia de prensa en Casa de Gobierno–. Es muy claro que lo que manifiesta Arribas es que vendió un departamento y que un señor, que le pagó un saldo de precio, usó un cambista importante –en alusión a Meirelles–. Un cambista que tiene miles de clientes, no uno, entre los cuales también está Odebrecht”, buscó justificar el presidente. Incluso habló de una “coincidencia” y sostuvo que la acusación era “un cuento”. Desde el entorno del jefe de Inteligencia se remarca que, en 2013, Arribas no era funcionario público ni residente fiscal argentino, ya que vivía en Brasil, dedicado a la representación y la compraventa de futbolistas. El escándalo ha servido, sin embargo, para que periodistas y antiguos dirigentes del futbol argentino refloten acusaciones que se remontan al periodo en que Mauricio Macri fue presidente de Boca Juniors (1995-2007). “Arribas era testaferro de Macri. Era íntimo y leal. Comenzó a pulular en el club cuando Mauricio se convirtió en presidente en 1995”, dijo el exvicepresidente de Boca Juniors, Roberto Digón, en declaraciones al diario Tiempo Argentino el 14 de enero. “No sólo articulaba la venta de jugadores, sino que se quedaba con el 15%, es decir, con el porcentaje que el comprador deposita para el jugador”, sostuvo Digón. Y puso como ejemplos las transferencias de Carlos Tevez a Corinthians en 2004 y de Fernando Gago a Real Madrid en 2006. Lo mismo denunció en su momento, y dice nuevamente ahora, el periodista deportivo Elio Rossi. Y también Gabriela Cerruti, política de Nuevo Encuentro, un espacio ligado al kirchnerismo, quien además es la autora de “El pibe” (Ed. Planeta, 2015), una biografía no oficial del presidente. “Gustavo Arribas se ha dedicado toda su vida a ser cajero y testaferro de Mauricio Macri”, dijo Cerruti a Radio 10 el 20 de enero. “Estamos hablando de una cifra chica y estoy convencida de que tuvo que ver con el financiamiento de la campaña del PRO (el partido de Macri, Propuesta Republicana) y no con la coima (soborno) por una obra en particular”, sostuvo. También recordó que la multinacional brasileña Odebrecht ya había estado presente en la cena organizada por la fuerza política de Macri en la Sociedad Rural, el 17 de marzo de 2015, en la que se recaudaron fondos para la campaña electoral que terminó llevándolo a la presidencia. Los millones Gustavo Héctor Arribas tiene 58 años. Es abogado y escribano. Conoció a Mauricio Macri a comienzos de los ochenta, cuando se sumó a una gira que Macri realizó por Estados Unidos junto a un grupo de amigos. Se trataba de exalumnos del Cardenal Newman, un colegio de elite en el que estudió el presidente y también otros funcionarios del gobierno. El motivo central del viaje era jugar al futbol, aunque la amistad entre Macri y Arribas se mantuvo a lo largo de los años. Luego este último desarrolló su carrera como escribano. En 1995, Macri llegó a la presidencia de Boca Juniors, el club de futbol más popular de Argentina. Enseguida convocó a Arribas para elaborar los contratos y las transferencias de los jugadores. En 1997, Macri creó un fondo común de inversión, de modo que los jugadores de Boca empezaron a cotizar en la Bolsa de Valores y Arribas era el encargado de manejar los millones que pasaban por este fondo. A fin de expandirse internacionalmente, Arribas fundó la empresa HAZ Football World Wide Limited, con sede en Gibraltar. Sus socios son el argentino Fernando Hidalgo y el israelí Pinhas Zahavi, aunque los tres han recibido denuncias por irregularidades en la compraventa de jugadores de futbol. Un caso emblemático fue el pase de Gonzalo Higuaín de River Plate a Real Madrid en 2006, con escala de dos meses en el Locarno, un club de la segunda división suiza, entonces propiedad de Zahavi. En Argentina la empresa se llama HAZ Sport Agency. En 2007, Arribas se instaló en Brasil, y allí se dedicó a vender y comprar jugadores argentinos y brasileños desde y hacia Europa, a la par que se convirtió en representante para América Latina de Stellar Group. Esta agencia es, de acuerdo con la revista Forbes, la segunda más importante a nivel mundial detrás de Gestifute, del representante portugués Jorge Mendes. Stellar Group pertenece al magnate británico Jonathan Barnett. El Deportivo Maldonado, un humilde club de 200 socios que milita en la segunda división del futbol uruguayo, es la cabecera de playa de Stellar Group en Sudamérica. Rebautizado en 2009 como Deportivo Maldonado Sociedad Anónima Deportiva, ha servido desde entonces para realizar triangulaciones de compraventa de jugadores, los así llamados “pases puente” que reportan jugosas comisiones para los intermediarios. Incluso, Deportivo Maldonado podría armar “un equipo de élite de futbolistas que pasaron sin jugar un segundo, once jugadores que cotizan 78.4 millones de euros”, sostuvo el diario Tiempo Argentino en el artículo citado. Esta privatización de los clubes, por la que hoy pugna el gobierno de Mauricio Macri también en Argentina, sirve de pantalla para que no se sepa quiénes son los verdaderos dueños de ciertos jugadores. De esta forma se consigue evadir la disposición de la FIFA de septiembre de 2014, que prohíbe que los derechos económicos de los futbolistas les correspondan a terceros. La carga impositiva para la transferencia de jugadores es además mucho más baja en Uruguay que en Brasil y Argentina. Al aceptar su nuevo cargo, Gustavo Arribas dejó la representación continental de Stellar Group en manos de su hijo mayor, Ezequiel, de 31 años. Incógnitas El juzgado a cargo de Rodolfo Canicoba Corral ha solicitado a la Unidad de Información Financiera (UIF) que le remita “información nacional e internacional” que pueda demostrar la relación de Arribas con la causa de los sobornos en Brasil. También solicitó a la Oficina Anticorrupción que se le envíen las declaraciones juradas del funcionario. El fiscal Federico Delgado ha pedido, adicionalmente, que se requieran ante la justicia brasileña los testimonios en “delación premiada” de Leonardo Meirelles y otros dos condenados, obtener las declaraciones realizadas por Marcelo Odebrecht y otros ejecutivos de la multinacional ante el Departamento de Justicia de Estados Unidos, requerir a la sucursal Zúrich del Credit Suisse, vía exhorto internacional, que informe todos los datos de las transferencias registradas en la cuenta de Arribas entre los días 25 y 27 de septiembre de 2013, así como determinar si Arribas tuvo o tiene algún vínculo con las empresas que integraron el conjunto adjudicatario del soterramiento del tren Sarmiento. Pese a todo, Mauricio Macri defiende a su amigo de manera cerrada, e incluso se niega a apartarlo del cargo. Macri introdujo a Arribas en el mundo de los negocios vinculados con el futbol. Y más tarde, en diciembre de 2015, lo atrajo hacia la función pública. Arribas es en la actualidad, además, inquilino de Macri, quien le dejó su lujoso departamento en Buenos Aires cuando se fue a vivir a la residencia presidencial. La relación de Arribas con el mundo del espionaje es una verdadera incógnita, aunque en los últimos días ha trascendido su participación accionaria en la empresa Seguridad Integral Empresaria SA. Su agencia de representación de jugadores a nivel local, HAZ Sport Agency, fue inscrita por el contador Julio César Jiménez, a quien se vincula con Antonio Stiusso, el hombre fuerte de la inteligencia argentina en las últimas cuatro décadas. Más allá de las especulaciones que se desprendan de estos datos, su designación al frente de la Agencia Federal de Inteligencia es un misterio. En el pliego que elevó para su aprobación en el Senado no figura ningún antecedente que revele su idoneidad para conducir el sector sensible del Estado que tiene a su cargo.

Comentarios