Esplendor y colorido del patrimonio de Guizhou, China
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El Museo Nacional de Culturas, ubicado a un costado de Palacio Nacional sobre la calle de Moneda, está dedicado a las culturas del mundo.
La construcción donde se asienta era parte del Palacio Nuevo de Moctezuma, nombrada por los españoles como “la casa Denegrida”. Después acabó integrándose a los edificios que construyó Hernán Cortés a su alrededor.
Aquí se realizaron las primeras acuñaciones de la Real Casa de Moneda y desde la Independencia de México se llamó la Casa de Moneda de México. Después de albergar diferentes instituciones, en 1865 el emperador Maximiliano decidió ubicar el Museo Público de Historia Natural de Arqueología e Historia (antecedente del Museo Nacional de Antropología e Historia), que fue conformándose con las piezas donadas por la Real y Pontificia Universidad de México.
Nombrado como monumento nacional en 1931, Rufino Tamayo pintó en el edificio colonial un mural que recibe a los visitantes en una parte lateral de los muros del vestíbulo, titulado Revolución, que abarca 80 metros cuadrados, realizado al fresco.
La exposición que nos ocupa ha sido montada de manera óptima, muy disfrutable, Memoria de las manos. Esplendor y colorido del patrimonio de Guizhou.
El patrimonio de las etnias yi y miao pertenece a coleccionistas privados de la provincia de Guizhou, ubicada en el suroeste de China.
Como bien revela el título de la muestra, las manos son instrumentos a través de las cuales se puede crear una memoria y grabar la experiencia humana capaz de construir una identidad. Crear objetos que registren y transmitan de generación a generación una cultura que engrandece al ser humano, como creativo y pensante. Las mujeres son las encargadas dentro de la etnia de trasmitir a sus hijas los emblemas de sus deidades, ancestros, tótems, etcétera.
Con un montaje cuidadoso y una museografía prolija, los visitantes se van adentrando a través de cuatro núcleos temáticos:
El primero corresponde a la indumentaria, donde se han
seleccionado hermosos trajes, vestidos, cintas, portabebés; a través de más de 20 técnicas distintas de bordado, cuyo simbolismo se plasma en los trazos de los dibujos, así como la utilización de colores rojo, verde, amarillo, blanco y negro, que hacen referencia a los puntos cardinales, además de las plantas, los órganos del cuerpo y referencias de la filosofía taoísta. Aquí aparece la técnica del batik.
El segundo apartado corresponde a la joyería de plata que sobresale por su calidad artística, con técnicas como fundido, cincelado, repujado, filigrana y grabado. Podemos observar los tocados, pectorales, brazaletes, horquillas, anillos y muchos adornos que se aplican a la vestimenta; estos tocados se utilizan en las festividades de la propia comunidad.
La plata representa la belleza y la prosperidad para los miao, asociada con la veneración a la luna, que forma parte del mito de la creación. Las piezas son contemporáneas y modernas, pero la técnica ancestral y milenaria trasmite, sin duda alguna, la carga simbólica de sus trabajos.
La tercera corresponde a las máscaras de madera que utilizan en la ópera y en el drama interpretadas por las etnias yi y miau, ritual de las ofrendas a sus dioses para solicitarles prosperidad, protección, bienestar; en las representaciones participan más de 30 campesinos para dar la bienvenida al nuevo año.
Se ha incluido un video donde se escenifica Cuotaiji: ópera Nuo de la etnia yi, que ha sido declarada patrimonio intangible de China. Costa de cuatro secciones: ofrenda, migración y propagación, celebración y “barrido “de las calamidades y enfermedades.
El cuarto y último núcleo corresponde al papel recortado,
especialidad de la etnia shui, que también es heredada de madre a hija, con paisajes y motivos cotidianos utilizados como ofrendas en las ceremonias religiosas.
Este tipo de exposiciones, sin duda enriquecen enormemente nuestro conocimiento y amplían nuestros horizontes, a través de culturas apartadas de nuestro continente, y tienden grandes lazos que nos recuerdan que somos parte de un todo. Son una respuesta creativa a las innumerables preguntas de la existencia y su misterio.
La muestra está en la sala Internacional del museo, localizado en la Moneda 13, Centro Histórico de la Ciudad de México.