El inmóvil, entre la realidad y los sueños

martes, 14 de febrero de 2017 · 14:22
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Hay veces en que los lugares implican muchas cosas que callamos. El apego material y todo lo que conlleva estar ahí, y no en cualquier otro lugar del mundo, nos impide movernos. El inmóvil es la historia de tres personajes: Mildred (Emma Dib), Flora (Guadalupe Damián) y Pablo (Juan Carlos Vives), que se encuentran en un espacio encerrados voluntariamente, ya que todos aseguran ser el único y verdadero dueño. Y lo son, porque pagaron el enganche del lugar, pero no tienen manera de comprobarlo. Ahí cada uno imagina y construye el espacio que necesita. Resalta la actuación de Emma Dib, actriz que se estrena fuera de la Compañía Nacional de Teatro después de ser parte de su elenco estable por ocho años. Al principio parece una necedad absurda, pero conforme avanza el montaje vamos descubriendo lo que hay debajo, la razón personal de cada uno para aferrarse al inmueble es un asunto mucho más emocional de lo que aparenta. Para ello, los tres actores se desdoblan en nueve personajes, reconstruyendo así escenas del pasado que nos ayudarán a conocer sus secretos. En algunas de ellas sólo son necesarios dos personajes, pero manteniendo la premisa de la imposibilidad de los involucrados de abandonar el espacio, se utiliza la solución escénica de fusionar a dos de los actores, los cuales deberían decir el texto al mismo tiempo y coordinar sus movimientos. A pesar de lo interesante y propositiva de la idea, y al tratarse de un ejercicio de alta dificultad, hace falta práctica. En momentos les cuesta seguirse entre ellos, y la demanda de un texto preciso e inamovible impide aplicar improvisación para salir de algún bache en la memoria. La comedia --escrita, dirigida y actuada por Juan Carlos Vives-- cuenta con música original de Paco Vives, Oud y Sarangi y Fausto Palma. La escenografía --diseñada junto con vestuario e iluminación por Raúl Castillo-- es muy atinada para el espacio en el que se presenta, ya que se trata de un foro con cuatro lados. Consta de una estructura metálica que sólo delimita los bordes del escenario, lo cual deja al espectador convertirse en un ente que habita silencioso las paredes del lugar. Además, el trazo permite tener una visión panorámica de lo que sucede, y la triangulación de los personajes provoca que nunca estén todos dando la espalda a un solo eje. La producción es de Búho Grande Teatro, compañía que, después de haber estado a cargo de montajes como Un pañuelo el mundo es, Autocensura y Nairobi, celebra con este su noveno aniversario. Vives pretende dignificar un teatro independiente, y todo su equipo de trabajo lo asume con valor. Al final de la puesta aporta unas palabras, rifa tres tasas conmemorativas e invita al público a comprar más en la salida, para así ayudarlos a seguir creando. La obra muestra cómo, cuando no podemos lidiar con la realidad, volcamos nuestros sueños e inquietudes en los objetos --lo único que nos vincula con personas que amamos, y a diferencia de éstas, nos da la certeza de que no va a cambiar o no se va a ir. El inmóvil se presenta en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico (Av. Revolución 1500, Col. Guadalupe Inn), todos los martes a las 20:30 horas. Hasta el 25 de abril.

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