Crisis de credibilidad en la Casa Blanca

martes, 21 de febrero de 2017 · 13:09
WASHINGTON (Proceso).- La repentina renuncia del general Michael Flynn como jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos provocó una crisis de credibilidad en la Casa Blanca. Antes de que Donald Trump asumiera la Presidencia, Flynn habló por teléfono con el embajador ruso, Sergey Kislyak, para decirle que el nuevo gobierno levantaría las sanciones contra Moscú impuestas por el presidente Barack Obama casi al final de su mandato. La razón de dichas sanciones: el Kremlin habría financiado el espionaje cibernético del que fue objeto la campaña de Hillary Clinton. El lunes 13 la Casa Blanca informó de la “renuncia” de Flynn. Tres días antes –viernes 10– el diario The Washington Post, citando a fuentes de las agencias federales estadunidenses, había dado a conocer la existencia de las conversaciones entre Flynn y Kislyak. Al explicar la renuncia de Flynn, la Casa Blanca aseguró que el general mintió al vicepresidente Mike Pence sobre el contenido de su llamada telefónica con el embajador ruso. “El presidente fue notificado el mes pasado que Flynn había hablado con el embajador ruso sobre las sanciones impuestas (por Obama) a Rusia”, declaró Sean Spicer, el vocero de la Casa Blanca, el martes 14. Tal declaración abrió más interrogantes sobre el proceder de Flynn con respecto al gobierno de Vladimir Putin. “Después de que el Departamento de Justicia notificara a Don McGahn (asesor presidencial) de las discrepancias de lo que Flynn le dijo al vicepresidente Pence, el presidente fue inmediatamente notificado”, subrayó Spicer. [caption id="attachment_474699" align="aligncenter" width="702"]Trump en conferencia de prensa. Foto: AP / Pablo Martinez Monsivais Trump en conferencia de prensa. Foto: AP / Pablo Martinez Monsivais[/caption] La mano de Moscú El pasado 29 de diciembre Obama anunció la imposición de sanciones a Rusia. Flynn, quien era asesor de Seguridad Nacional del presidente electo, habló con Kislyak sobre dichas sanciones: le dio a entender que con la próxima Presidencia serían levantadas. De ahí que Putin no aplicara acciones contra Estados Unidos, como acostumbra hacer cuanto atacan los intereses de su país. En un principio la Casa Blanca desmintió al Washington Post. Después Spicer le dio la razón. El diario adelantó que la fiscal general interina, Sally Yates –a quien Trump destituyó por negarse a aplicar la orden ejecutiva migratoria contra ciudadanos de siete naciones musulmanas–, informó el pasado 26 de enero a la Casa Blanca que Flynn había mentido a Pence. Spicer indicó que ese mismo día el presidente fue informado sobre lo que Yates había notificado a McGahn. Al dar a conocer este dato, al vocero presidencial se le cuestionó por qué entonces Trump tardó tanto tiempo en pedir la renuncia de Flynn. “Durante semanas veníamos evaluando diariamente el asunto con respecto al general Flynn, tratando de encontrar la verdad”, justificó el vocero. La tardanza de Trump en llegar a la verdad sobre lo que habló telefónicamente Flynn con el embajador ruso tiene desconcertados a varios legisladores republicanos, quienes evalúan la posibilidad de hacer audiencias públicas en varios comités para que la Casa Blanca aclare todas las dudas al respecto. Por su parte, los legisladores demócratas exigen una investigación encabezada por un comité independiente, del cual quede excluido el nuevo procurador general de justicia, Jeff Sessions. Y los republicanos rechazan la formación de ese comité, aunque su líder en la Cámara de Representantes, Paul Ryan, quiere que se aclare el escándalo con Rusia. El jueves 16, durante una inusual conferencia de prensa, Trump dijo que las filtraciones a la prensa por parte las agencias federales de inteligencia eran “auténticas”, pero que “las noticias al respecto eran inexactas”. Una semana antes –el viernes 10–, cuando viajaba de Washington a Florida, fue cuestionado por los reporteros sobre la información revelada por The Washington Post y dijo que no sabía nada al respecto. “No sé nada, no he visto que reporte es ese”, afirmó Trump, quien días después fue desmentido por su vocero; en la citada conferencia de prensa, una semana después, él mismo se corrigió. En su encuentro con los reporteros Trump desmintió a su vocero al aceptar que fue él mismo quien corrió a Flynn, a 25 días de haber iniciado sus labores en la Casa Blanca. El miércoles 15 el New York Times publicó a ocho columnas que cuando Trump aún era candidato presidencial, “tres de sus asesores” mantenían contacto permanente con los rusos, que tenían conocimiento del espionaje cibernético que patrocinó Putin en su intento por manipular el proceso electoral estadunidense. The New York Times, citando fuentes confidenciales, sostuvo que “las agencias de inteligencia interceptaron un torrente de conversaciones telefónicas entre los asesores de Trump y los rusos”, antes de los comicios del pasado 8 de noviembre. Con la intercepción de las llamadas, las agencias de inteligencia de Estados Unidos intentaron determinar si en colaboración con los rusos los asesores de Trump pretendían con el espionaje cibernético manipular las elecciones contra la candidata demócrata, Hillary Clinton. “Los oficiales (de las agencias de inteligencia) entrevistados en semanas recientes dijeron que hasta ahora no hay evidencia de dicha cooperación”, señaló en su texto The New York Times. Trump aseguró que no conocía de este asunto y dijo que ya había instruido al Departamento de Justicia para identificar a los funcionarios de las agencias federales que filtraron la información. Este reportaje se publicó en la edición 2103 de la revista Proceso del 19 de febrero de 2017.

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