"Un camino a casa", dolorosa historia de culpas y fatalidades

viernes, 24 de febrero de 2017 · 10:15
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Basada en una historia real, la cinta Un camino a casa (Lion, EU-2016) de Garth Davis, es una dolorosa historia donde la culpa y el desasosiego acosan a los personajes principales a causa de una fatídica mezcla entre sus decisiones y el factor de la incertidumbre. Un camino a casa cuenta la historia de Saroo, pequeño niño proveniente de una familia sumamente humilde, cuya madre vive de recoger piedras, mientras su hermano Gudu y él roban carbón de los trenes de carga para sacar un poco de dinero y ayudar a la familia. Una noche, Saroo acompaña a su hermano a hacer un trabajo en la estación de tren, pero por azares del destino, se queda encerrado en un tren que lo lleva muy lejos de casa, a Calcuta, en donde hablan un idioma distinto, y donde el peligro acecha en cada esquina. ¿Podría regresar a su casa? Sí, pero nadie parece saber dónde queda el pueblo donde dice pertenecer. Gracias a la voluntad de los extraños, entre ellos una mujer australiana de nombre Sue (Nicole Kidman) y su esposo John (David Wenham), y una linda chica llamada Lucy (Rooney Mara), Saroo (Dev Patel) podrá sobrellevar la terrible separación; sin embargo, la sensación de “estar perdido” lo acompañará hasta la vida adulta. Un camino a casa es una buena cinta que sabe qué fibras tocar para conmovernos, y su mayor fortaleza radica en la naturaleza de la historia: Saroo es un sobreviviente y su vida es casi un milagro. Y como todo proviene de la vida real, es ahí donde nos enganchamos. La película cuenta con una gran red de seguridad, así que el realizador sólo tuvo que estorbar lo menos posible y dejarse llevar por ciertos sucesos clave, cargados de melodrama, que nos estrujan el corazón, pero que son mero trámite pues el desenlace de la historia real se encuentra en todos lados por la red. Las actuaciones son buenas y los personajes están bien delineados, aunque no poseen un arco sobresaliente, y es que al final lo que más parece haberle importado al cineasta era retratar un historia de la vida real, aunque los sucesos de la narración y las acciones del personaje principal no se ajusten a las estructuras dramáticas de la ficción. La película es buena a secas pues cómo no conmoverse con la historia, pero al final de cuentas es todo un melodramón que no merece llevarse el Oscar a Mejor película: el personaje de carne y hueso, y la historia que plasmó en su libro A long way home (2013), son mucho más interesantes.

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