CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Con una inversión de 90 millones de dólares, el nuevo estadio de los Diablos Rojos del México será inaugurado el próximo año. Aunque el proyecto estaba programado para que la novena escarlata jugara la campaña 2017, la obra está retrasada, pues el avance de obra es de 65 por ciento. El inmueble, que se ubica dentro de las instalaciones de la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca en terrenos que el Gobierno de la Ciudad de México cedió para tal fin, será de pasto sintético con dimensiones de 410 pies por el jardín central y de 332 por el izquierdo y derecho. Por concepto de medidas de mitigación ambiental, el dueño de los Diablos Rojos del México, Alfredo Harp Helú, ha pagado al gobierno de Miguel Mancera más de 230 millones de pesos. Antes del arranque de las obras, grupos de ambientalistas denunciaron la tala desmesurada de árboles. Por ello Harp se comprometió a plantar más árboles de los que existían en esa zona del deportivo público más grande de la capital del país. Los activistas también se quejaron por lo que consideran privatización de las instalaciones. El parque de pelota tendrá capacidad para 12 mil espectadores y podrá ampliarse hasta 16 mil con gradas temporales. Todo el estado tendrá butacas. Hasta ahora los avances más significativos son en la grada principal y las zonas de los dugouts. El gerente general del club, Othon Díaz, estimó que el estadio de beisbol quedará listo para la campaña 2018, sin embargo, no hay una fecha exacta, debido a que diversos factores han ocasionado retrasos. “Inauguraríamos en el tercer trimestre. Hay cuestiones de construcción que quedan fuera de cualquier calendario. Por ejemplo, la grúa con la que se instalará el techo, pues hay días en los que si sopla el viento no se puede trabajar por reglamento. Y así hay varias limitantes para dar una fecha específica”, justificó Díaz. El estacionamiento será subterráneo con 630 lugares. Cuando la obra esté lista, será operada y administrada por la empresa Ocesa.