Los efectos de ser 'Patrimonio de la humanidad”

domingo, 19 de marzo de 2017 · 10:01
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Con el propósito de evaluar logros, retos y desaciertos en la gestión de los sitios que México tiene inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) organiza un ciclo de mesas de análisis en la Dirección de Estudios Históricos. Inaugurado por Diego Prieto, director del INAH, el ciclo conmemora los 30 años de la inscripción de los primeros sitios patrimoniales, realizada en 1987 con el Centro Histórico de la Ciudad de México y Xochimilco; el Centro Histórico de Oaxaca y la zona arqueológica de Monte Albán; el Centro Histórico de Puebla; la ciudad prehispánica de Teotihuacán; el sitio prehispánico y parque nacional de Palenque, Chiapas, y la reserva de la biósfera de Sian Ka’an, Quintana Roo. Desde hace tiempo se ha debatido sobre los beneficios que tiene o no inscribir el patrimonio cultural en la lista de la UNESCO y sus efectos en la conservación del bien. El propio Koichiro Matsuura, exdirector general del organismo, reconoció en entrevista con esta reportera en agosto de 2015, que las declaratorias se han convertido en una suerte de franquicias para la explotación turística de los sitios declarados como Patrimonio de la Humanidad. En la primera sesión del ciclo de mesas se analizaron los casos de los centros históricos de Morelia y Querétaro, además de las Misiones Franciscanas de la Sierra Gorda y los Lugares de memoria y tradiciones vivas de los otomí-chichimecas de Tolimán: la Peña de Bernal, guardiana de un territorio sagrado. Al hablar del Centro Histórico de Querétaro, Prieto destacó que es un ejemplo “magnífico de un asentamiento novohispano”. Y señaló que a más de veinte años de su declaratoria en la UNESCO ha tenido algunas consecuencias favorables pero otras perniciosas. Resume el INAH en un comunicado: “Cambió la percepción de la ciudadanía sobre el centro de la ciudad, no obstante que siempre existió una conciencia de su importancia y belleza. Incrementó su prestigio a partir de un eficaz discurso sobre el patrimonio, y el turismo pasó de ser una actividad marginal a una fuente de ingresos de primer orden. En 2008, Querétaro se colocó como el destino sin playa del país más visitado, con una ocupación hotelera de70 por ciento.” Entre los efectos, habló del encarecimiento de la urbe, problemas de movilidad debido al uso desmedido del automóvil y la poca oferta de transporte público de calidad, además de un entorno desregulado donde los edificios altos van predominando en el paisaje urbano. Querétaro no es único en esa problemática; también Morelia la padece, expuso el arquitecto Jaime Hernández, profesor e investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, quien destacó que se han construido edificios en la zona de monumentos, nada acordes con la arquitectura histórica. Enfatizó: “Las declaratorias no pueden resolver lo que es la vida dinámica y compleja de las Zonas de Monumentos Históricos, que son origen y destino de lo que hoy son megalópolis. Se tienen que generar instrumentos de protección, jurídicos, que no se conviertan en camisas de fuerza, en obstáculos, pero también busquen la preservación de los centros históricos. Un equilibro difícil de guardar.” Se ha destacado en diversos foros y espacios que el propósito de las declaratorias de la UNESCO es la salvaguarda del patrimonio. Aunque en ocasiones da la impresión de que gobernadores y autoridades buscan la inscripción en la lista como si de colgarse una medalla se tratara, no como el inicio de un proyecto de conservación, sino como el fin de un camino que inició con la elaboración de un expediente para presentar la candidatura del sitio. Baste mencionar que el plan integral de manejo para el Centro Histórico de la Ciudad de México se presentó hasta el 2011, 24 años después de su inscripción en la lista. De Monte Albán se ha destacado que cuenta con el mejor plan de manejo del mundo, que fue elaborado por un panel de expertos; pero hasta enero de 2014 fue dado a conocer, cuando la zona fue igualmente inscrita en 1987.

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