WASHINGTON (apro). – Frente a la realidad de la epidemia de consumo de opiáceos que afecta a la sociedad de Estados Unidos y que, de acuerdo con la Casa Blanca, deja un saldo diario de 144 personas muertas por sobredosis del alcaloide, el presidente Donald Trump designó como “la más alta prioridad” el combate al consumo de las drogas. “El abuso de las drogas ha paralizado a comunidades a lo largo de la nación, en 2015 más de 52 mil estadunidenses perdieron la vida por una sobredosis de droga; es decir 144 personas por día”, declaró Sean Spicer el vocero de la Casa Blanca, al anunciar que por segundo día consecutivo Trump se reunió con integrantes de su gabinete y gobernadores del país para abordar el asunto. “El deseo de las autoridades de trabajar con este gobierno para afrontar este problema, el cual está plagando a nuestras comunidades, ha hecho al presidente colocar como alta, la más alta prioridad el combatir a las drogas”, subrayó Spicer. Trump recibió en la Casa Blanca a varios gobernadores de estados como Nueva Jersey, que registran los niveles más altos de consumo de opiáceos y de muertes causadas por sobredosis. Desde hace ya por lo menos 6 años, el consumo de alcaloides y de heroína provocó en Estados Unidos una especie de epidemia incontrolable de la cual el gobierno federal había hecho muy poco para contenerla. Por el creciente número de personas que fallecen por una sobredosis de droga, Trump llevó a cabo sesiones con los gobernadores, con su procurador General de Justicia, con el de Seguridad Interior, de Salud y con el Administrador Interino de las Administración Federal Antidrogas (DEA), con miras a desarrollar un programa nacional para contener la demanda, consumo y atención a los adictos a las drogas. La Casa Blanca aceptó que es imposible contener la epidemia del consumo de opiáceos con una simple estrategia. Por ello, el portavoz de la Casa Blanca enfatizó que se requiere de una fuerte campaña para educar y atender a los estadunidenses que son adictos a las droga, al mismo tiempo que se le combate a las organizaciones criminales que transportan, distribuyen y venden los narcóticos en los Estados Unidos. “La heroína barata está inundando a nuestras comunidades, así como los cárteles se han expandido al país, estableciendo con ello una cadena de adicción y reacción que se esparce de a persona a persona y de familia a familia”, subrayó el vocero de Trump. La Casa Blanca no quiso revelar de qué manera se llevará a cabo la estrategia para el combate a las drogas en Estados Unidos. Con la participación de gobernadores y líderes comunitarios de las poblaciones mayormente perjudicadas, la Casa Blanca desea fundar una especie de coalición, que por primera vez en más de tres décadas aborde el asunto de la adicción a las drogas con carácter de urgente y a nivel nacional. “Hay mucho por hacer”, reconoció Spicer, y agregó que no hay manera de decir cómo solucionar de inmediato el problema del consumo de opiáceos, aunque acotó que “el primer paso se da con el entendimiento del problema y de su magnitud para poder enfrentarlo de una forma integral”.