BOGOTÁ (apro).- El general Óscar Naranjo, quien fue asesor de seguridad del mandatario mexicano Enrique Peña Nieto, fue ratificado hoy por el Congreso de Colombia como nuevo vicepresidente del país. El nombramiento de Naranjo como vicepresidente, que fue presentado a consideración del pleno del Congreso por el presidente Juan Manuel Santos, fue aprobado con 168 votos a favor y la abstención de los legisladores del derechista Centro Democrático, el partido del exmandatario Álvaro Uribe. El general y exasesor de Peña Nieto reemplazará en la vicepresidencia al político centroderechista Germán Vargas Lleras, quien renunció a ese cargo para no inhabilitarse como candidato presidencial en los comicios de mayo de 2018. Como vicepresidente, Naranjo tendrá tres tereas prioritarias: contribuir a la puesta en marcha de los acuerdos de paz con la guerrilla de las FARC, trabajar en los temas de seguridad ciudadana e impulsar el programa de sustitución voluntaria de cultivos de hoja de coca en momentos en que un tema central entre Colombia y Estados Unidos es el aumento de esas plantaciones ilícitas. Según cifras del Departamento de Estado estadunidense, los plantíos de hoja de coca, de donde se extrae la materia prima para producir cocaína, crecieron 2.1 veces entre 2013 y el año pasado, al pasar de 80 mil 500 a 188 mil hectáreas en ese lapso. Santos ha dicho que Naranjo, quien fue director de la Policía Nacional de Colombia entre 2007 y 2012, “es tal vez el hombre más exitoso en la lucha contra el narcotráfico” y “será un gran vicepresidente”. El politólogo y abogado de la Universidad Nacional de Colombia, Gabriel Gómez, dijo a Apro que la inusual designación de un policía como Naranjo como vicepresidente de Colombia “se debe al profundo deterioro y descrédito de la clase política colombiana, que tiene una pésima imagen ante el país por los escándalos de corrupción”. También señaló que la trama de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht ha afectado tanto al derechista Centro Democrático, del expresidente Álvaro Uribe, como a la coalición de Santos. “Entonces no hay mucho de dónde escoger, y por eso Santos llamó a Naranjo como vicepresidente”, señala Gómez. Igual consideró que un elemento que jugó a favor de la designación del general retirado “son sus muy buenas relaciones con las agencias de seguridad de Estados Unidos”. Esto, abundó, “le puede ser útil al gobierno de Santos en un momento en que el aumento de cultivos ilícitos preocupa mucho en Washington”. De acuerdo con Gómez, Naranjo “tiene una buena imagen entre varios actores políticos, aunque dirigentes del Centro Democrático lo han acusado de que fue un ‘corre, ve y dile’ de la embajada de Estados Unidos (en Bogotá) durante el gobierno de Uribe (2002-2010)”. El nuevo vicepresidente colombiano tiene altos niveles de popularidad pero también se le cuestionan sus estrechos vínculos con personajes como el coronel Danilo González, quien acabó trabajando para el Cártel del Norte del Valle y murió asesinado en 2004 en un presunto ajuste de cuentas. Naranjo, quien nunca ha negado su amistad con González e incluso asistió a su sepelio, será vicepresidente de Colombia hasta agosto de 2018, cuando concluirá el mandato de Santos. Tras su salida de la Policía Nacional, en 2012, el general retirado fue asesor de seguridad de Peña Nieto hasta enero de 2014, cuando fue designado por Santos como parte del equipo del gobierno que negoció la paz con la guerrilla de las FARC. Naranjo fue el encargado de diseñar, junto con el comandante de las FARC Pablo Catatumbo, el plan para proteger de eventuales atentados a los guerrilleros de las FARC que están en proceso de desarme e incorporación a la vida civil. Los acuerdos de paz con esa organización insurgente entraron en vigencia el pasado 1 de diciembre y, según el cronograma pactado, el desarme de esa guerrilla deberá culminar el próximo 1 de junio, con lo cual podrá transformarse en partido político.