CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Ser padre es una labor agotadora. Querer, además, entretener a los hijos con actividades culturales --y no con las fáciles herramientas enajenadoras que hay en cada casa-- es casi una misión imposible en la Ciudad de México. Amaranta Leyva sabía y sufría esta situación, y junto con su compañía Marionetas de la Esquina fundó “La Titería”, un oasis en el centro de Coyoacán (sur de la capital del país), que más allá de ser un teatro, es un inaudito espacio de libertad para chicos y grandes. “Yo como mamá sabía que es muy frustrante ir a una obra y que ya no haya boletos, o que se acabe la obra y se acabe el paseo después de que te desplazaste tanto. Entonces hicimos todas estas zonas recreativas para acompañar y complementar la experiencia de ir al teatro”, cuenta Leyva. Ubicado en Vicente Guerrero 7, el inmueble cuenta con un gran patio que se da sombra a base de paraguas de colores, bajo los que hay una especie de arenero azul; dos foros, uno con capacidad para 100 personas y otro para 50; dos zonas de juegos; un espacio para talleres; y un salón para otras actividades. “La Titería” sólo abre los fines de semana, los miércoles en la tarde y el último viernes de cada mes. Pero su oferta cultural es vastísima. Cuenta con funciones de títeres y marionetas, talleres de manualidades, exposiciones temporales y un diplomado para adultos llamado “El teatro de títeres como herramienta didáctica en la educación”. El responsable del proyecto es Marionetas de la Esquina, con 42 años en activo, fundada por Lucio Espíndola y Lourdes Pérez Gay, quien desde siempre ha acompañado sus obras con programas didácticos y sociales. Este nuevo espacio se abrió formalmente hace tres años. Su principal fuente de financiamiento es la taquilla, aunque para la construcción se contó también con el soporte del Programa de apoyo a la infraestructura cultural (PAISE). El pasado 26 de marzo terminó el primer Ciclo de lecturas dramatizadas para niños, el cual, para sorpresa de los organizadores, tuvo gran éxito con los pequeños. Gracias a esto, hoy se eligen textos que se producirán y así darle continuidad hasta que logren llegar al montaje. La página de internet de “La Títería” lo describe como “un lugar de encuentro para las familias donde podrán ver y explorar las artes escénicas (teatro, títeres, danza, cine), exposiciones (artes plásticas, fotografía, cine), proyecciones (cine, animaciones y títeres), en diversos programas y proyectos con una programación anual y constante”. En la cartelera de abril están las obras Caballo blanco y Caracol y colibrí -- ambas dirigidas por Alicia Martínez Álvarez--, enfocadas a niños de primaria. Para los más pequeños la opción es Cuentos de conejos, creación colectiva de La Sociedad de las Liebres, dirigida por Gerardo Martínez Martínez, la cual estará acompañada de una búsqueda de huevos de Pascua. La gran ventaja del espacio es que en la compra del boleto para una obra, las familias pueden quedarse a las otras actividades que ofrecen, o simplemente a correr, saltar y jugar con la tranquilidad que lamentablemente no se encuentra en los parques y plazas públicas. Sin duda Títerías es un necesario y fascinante oasis para títeres, niños y adultos. Imperdible.