Oposición acusa 'golpe de Estado” en Venezuela; Perú retira a su embajador

jueves, 30 de marzo de 2017 · 20:33
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El Parlamento venezolano se declaró este jueves en rebelión y dijo que desconocerá los fallos del máximo tribunal del país, que se adjudicó competencias legislativas con una sentencia, desatando denuncias de la oposición de un “golpe de Estado” y llevando a Perú a retirar su embajador en protesta. Mientras, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, denunció un “autogolpe de Estado” perpetrado por el régimen de Nicolás Maduro contra la Asamblea Nacional. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que ya había anulado muchas acciones del Congreso desde que pasó a ser controlado por la oposición a inicios de 2016, dictaminó ayer que su Sala Constitucional abarcará el papel de los diputados. “Se advierte que mientras persista la situación de desacato y de invalidez de las actuaciones de la Asamblea Nacional, esta Sala Constitucional garantizará que las competencias parlamentarias sean ejercidas por esta Sala o por el órgano que ella disponga”, indicó la sentencia, de acuerdo con un despacho de Reuters. En su primera medida bajo esta nueva prerrogativa, el TSJ autorizó al presidente Nicolás Maduro a crear empresas mixtas en el área petrolera, invalidando el procedimiento constitucional que establece que deben ser aprobadas por el Congreso. “Este Parlamento se rebela y desconoce esta sentencia de la Sala Constitucional”, dijo el presidente del Legislativo, Julio Borges, rompiendo un ejemplar de la sentencia frente a los periodistas. “Esta Asamblea Nacional desconoce al TSJ, ellos se escogieron a ellos mismos, a nosotros nos eligieron 14 millones de venezolanos”, justificó. El líder de la oposición y dos veces candidato presidencial, Henrique Capriles, pidió desde Bogotá que la comunidad internacional fije una postura sobre el hecho. “¿Qué más pruebas necesita la comunidad internacional para terminar de fijar posición unánime y firme de que en Venezuela hay una dictadura?”, se preguntó Capriles. “Si hoy no hacemos nada por salvar la democracia en Venezuela, mañana tendremos una situación en Colombia y pasado mañana en otro país de la región y así va en cadena”, arengó. El TSJ sostiene que las decisiones de la Asamblea Nacional son nulas por estar en desacato, al no haber apartado a tres diputados acusados de comprar votos en las elecciones parlamentarias de fines del 2015. La oposición acusa a Maduro de ser el principal responsable de la grave crisis económica que sufre Venezuela, que tiene la inflación más alta del mundo, recesión y escasez de bienes, pero el mandatario de 54 años sostiene que sus adversarios libran una “guerra económica” con el fin de desbancarlo. Voluntad Popular, el partido opositor más radical, llamó a la ciudadanía a movilizarse en defensa de la Constitución, una táctica que ha fracasado en el pasado a pesar de congregar hasta un millón de personas en las calles del país; más tarde, Borges llamó a los venezolanos a marchar este sábado 1 de abril. Diversos miembros de la oposición compararon el episodio con el “fujimorazo”, como se conoce a la disolución del Parlamento perpetrada en 1992 por el entonces presidente de Perú, Alberto Fujimori quien, a partir de esta situación, gobernó con mano dura. De hecho, en la primera reacción internacional, Perú anunció el retiro de su embajador en Caracas como medida de protesta. A pesar de los reclamos, la medida del TSJ puede llegar a ser una buena noticia para algunas compañías petroleras extranjeras que temían retrasos en sus proyectos ante una advertencia previa de la oposición de que los acuerdos de inversión que no pasaran por el Congreso no serían válidos. Venezuela busca levantar fondos para pagar su pesada deuda externa y una de las vías es la venta de su parte en diversos yacimientos; la estatal petrolera PDVSA ofreció recientemente a la rusa Rosneft una participación en la empresa conjunta Petropiar. La medida de la justicia venezolana se produce en medio de una creciente ansiedad regional por la crisis en el país petrolero; esta semana, 20 miembros de la OEA expresaron su preocupación, aunque no llegaron a respaldar la petición del jefe del organismo regional de suspender al país.

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