TOLUCA, Edomex. (apro).- El Congreso local aprobó por unanimidad solicitar al gobierno del Estado de México que gestione ante la Secretaría de Gobernación (Segob) la declaratoria de emergencia por razones ambientales con motivo de los incendios ocurridos en el municipio de Texcoco. Francisco Vázquez, coordinador parlamentario de Morena, solicitó dispensar el turno a comisiones y la sustanciación inmediata de su punto de acuerdo, en virtud de que los incendios en los ejidos montañosos de Cuautlalpan, Coatlinchan, Tequesquinahuac, San Pablo Izayo y Nativitas comenzaron el domingo y ya suman cinco días activos. Para este jueves, dijo, ya se quemaron mil 300 hectáreas, incluso de la zona del municipio de Ixtapaluca, que se traducen en una pérdida millonaria para los habitantes que subsisten de esos productos forestales. Además, alertó, el fuego ya se encuentra a menos de cinco kilómetros de la comunidad más cercana, lo que podría generar pérdidas mayores –incluso de vidas humanas-- por omisión. El morenista agradeció el apoyo de cerca de 300 brigadas de la Promotora de Bosques de la entidad (Probosque), 37 expertos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), 60 soldados de cuatro agrupamientos de la 37 zona militar y del Grupo Aéreo Relámpagos que participan en los intentos por sofocar el incendio. En las tareas también colaboran un helicóptero de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) -en cada descarga aérea arroja entre mil y mil 200 litros de agua-, un coche bomba todo terreno, voluntarios de la Universidad de Chapingo y ejidatarios Coatlinchán, Texcoco y Coatepec Ixtlahuaca; así como Protección Civil del municipio y de Ixtapaluca. Higinio Martínez, alcalde de Texcoco, confió en que este jueves se hayan controlado las conflagraciones y el fuego no se reanime a causa de los vientos. El gobierno del Estado de México indicó que en las maniobras trabajan más de 700 combatientes. No obstante, advirtió que los vientos generados por el Frente Frío 38 que viene desde el Polo Norte, al mezclarse con el aire caliente del Pacífico y el Atlántico, provocan ráfagas que complican el combate a las llamas.