MONTERREY, NL (apro).- Escasas horas después de que Rosa Manuela Félix fuera designada la nueva encargada de penales en la entidad, esta tarde se registró un nuevo motín en Topo Chico, en el que hubo detonación de armas de disuasión no letales, sin que se reportaran lesionados, informó Arturo Sánchez Vásquez, director operativo del reclusorio. Cerca de las 19:00 horas, en el cambio de turno del centro de reinserción social, un grupo de 50 internos de los dormitorios A y B, armados con palos y piedras, pretendió ingresar al área de gobierno, restringida para ellos, lo que provocó que fueran activados los protocolos antimotines, explicó la fuente. Algunos reclusos arrojaron proyectiles al área de oficinas sin que hubiera personas afectadas. Los guardias accionaron armas tipo gotcha, que disparan cartuchos de gas pimienta irritante, lo que ocasionó que, en el exterior, parecieran escucharse tiros de armas de fuego, reconoció el comandante.

#EstaTarde así fue captada la movilización dentro del Penal del Topo Chico en #Monterrey #mtyfollow pic.twitter.com/Eb7rY9N6at

— Julio César Cano (@JulioCesar_Cano) 25 de abril de 2017

“Cuando se vieron superados, decidieron desistir de su conducta, accedieron al diálogo y se replegaron a los ambulatorios. Hablamos con representantes de la población penitenciaria y no sabemos cuál es la causa de su molestia. Ellos dijeron que ya no querían problemas”, explicó Sánchez Vásquez. A las 21:00 horas señaló que la situación estaba controlada e invitó a los familiares a acudir al día siguiente para que organizaran visitas y constataran el estado de los reclusos. Tras declararse el disturbio, decenas de patrullas de la policía estatal Fuerza Civil (FC), así como elementos militares y de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), se concentraron en los alrededores del viejo reclusorio para establecer un perímetro de seguridad del amurallado ubicado en la colonia Morelos, al norte de esta capital. Inicialmente se creyó que hubo disparos del exterior de la prisión, aunque esta versión fue descartada. Por la noche, familiares de los internos se presentaron en las puertas del Topo Chico para conocer la situación al interior del penal. Fue en esta cárcel donde el 10 de febrero del 2016, cuando recién se estrenaba como gobernador Jaime Rodríguez Calderón, en que se registró la masacre de 49 internos, la peor de las que se ha ocurrido en un centro de reinserción social de la entidad.