CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En su encuentro con la prensa en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), recinto que este jueves 27 expondrá el diamante hecho de las cenizas del arquitecto Luis Barragán, la artista estadunidense Jill Magid sostuvo que, más allá del éxito o fracaso de la muestra, la idea de su proyecto siempre fue “provocar reflexiones”. Sin embargo, la artista desató más que reflexión una enconada polémica entre los organizadores de la muestra y el repudio de artistas e intelectuales desde que el New Yorker dio a conocer la existencia del anillo (Proceso, 2076) y luego ante el anuncio del MUAC por exponerlo (Proceso 2112). “Mi trabajo como artista es mostrar lo invisible, una situación que tiene un cierto grado de absurdo, como los aspectos de la ley”, acotó la estadunidense en la conferencia de prensa a propósito de la muestra Jill Magid. Una carta siempre llega a su destino. Los Archivos Barragán, que se inaugura mañana en el recinto universitario, acompañada de Graciela de la Torre, directora del MUAC, y los curadores Alejandra Labastida y Cuauhtémoc Medina, este último quien también fungió como traductor de la artista. Magid detalló sobre su “curiosidad” por la ley y las limitaciones legales que varían de país en país: “Las limitaciones legales para el uso de materiales es la base de esta serie, la posibilidad de trabajar con imágenes de las que no se tienen los derechos. Realicé una petición a la Barragán Foundation donde expuse la idea de trabajar unas piezas en colaboración con mi obra, pero me lo negaron una segunda vez al contestar que habría consecuencias legales de reproducir algo de los archivos profesionales. “Sin embargo, las obras cambian de acuerdo a los conceptos legales de cada país, en Nueva York pude reproducir algo de los muebles de Barragán, no como reproducción, sino como representación, pero en México no se puede conforme a derecho, tampoco en Francia.” Por su parte Graciela De la Torre, comentó que la exposición no era ninguna ocurrencia del MUAC y que se había trabajado conforme a un proceso similar al de cualquier otra exposición. “En el museo se presentan artistas referenciales y proyectos muy críticos, el de Magid se inscribe en el proyecto del museo. Tenemos otras piezas con restos humanos aquí, es decir, no es un hecho aislado”, justificó. Cuauhtémoc Medina, quien dijo conoció a Magid cuando trabajó como curador en la Bienal de Liverpool de 2003, confirmó que adelantaron la exposición, originalmente prevista para montarse en 2018, por una “percepción prejuiciosa”: “Supimos que estaba trabajando en el caso Barragán y empezamos a plantearnos la posibilidad de programarla para 2018, pero al momento que la exposición de San Francisco se publicó en el New Yorker y luego el escándalo en México, a raíz de eso el cuerpo curatorial vio la necesidad de adelantarla. Pensamos que nuestra obligación era abrirla. Estábamos frente a una polémica de historiadores que prometía que podía haber una discusión pública y profundamente fructífera.” Durante el recorrido para prensa de la muestra de Magid, hacia las salas 4 y 5 del MUAC, Roberto Morris (quien fue acusado por Medina de generar una campaña en contra del anillo de Barragán) y Graciela de la Torre intercambiaron impresiones en uno de los pasillos, donde esta última defendió la polémica exposición al comentar que el MUAC la presenta por una “avanzada visión intelectual”. Al terminar de ver la exposición, Morris Bermúdez comentó a Proceso: “Y hay un punto clave: Federica Zanco, quien resguarda el archivo, no es la dueña del archivo, es la directora de la Fundación Barragán, los dueños no son ni el corporativo Vitra ni su esposo, es un fondo sin lucro dedicado a la investigación”. –¿En un sentido estricto eso tira el proyecto de Magid? –Es justamente eso, porque o carece de una falta brutal de investigación o es una mentira. Eso es lo que le resta mérito al aspecto intelectual, no al artístico que ahí yo no conozco. Jill Magid participará este jueves 27 en la primera de cuatro mesas organizadas por el museo, a las 11 horas en el Auditorio del MUAC, como parte de una serie de charlas públicas a propósito de la exposición; y más tarde, a las 18:30 en la inauguración de Jill Magid. Una carta siempre llega a su destino Los Archivos Barragán.