CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La inflación se ubicó en 6.17% en la primera quincena de mayo, su nivel más alto desde la recesión económica registrada en 2008-2009. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), al interior del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) la inflación subyacente que integra a mercancías y servicios, excepto productos agropecuarios y energéticos, tuvo un alza de 0.15% y se colocó a una tasa anual de 4.75%. Por su parte, la inflación no subyacente disminuyó 1.80% y se colocó a una tasa de 10.71%. Este tipo de índice incorpora los precios de energéticos y agropecuarios, que tienen la característica de ser volátiles. En los primeros 15 días de mayo, los productos que más aumentaron sus precios fueron el aguacate, en 9.86%, seguido del transporte colectivo, con un alza de 3.94%; jitomate, 3.36%; huevo, 2.63%, y detergentes, 1.76%. En menor medida se incrementaron los costos de los automóviles, restaurantes y similares, vivienda propia, y loncherías, fondas, torterías y taquerías. La inflación registrada en la primera quincena de mayo supera de manera notable la meta establecida por el Banco de México (Banxico), que es de 3% (+/- un punto porcentual), además de que la tasa de 6.17% no se registraba desde abril de 2009. En la primera quincena de enero pasado el INPC se ubicó en 4.78% ante el aumento a nivel nacional de los precios de las gasolinas, y desde entonces no logra detenerse, excepto en febrero, cuando se colocó en 4.71% en los primeros 15 días. Pese al discurso del Banxico, que asegura que se trata de “un efecto transitorio”, la realidad es otra. En la primera quincena de marzo el INPC se ubicó en 5.29% y en abril en 5.62%. De acuerdo con el banco central, dicho aumento es “resultado de un efecto más evidente de la depreciación cambiaria sobre los precios, el ajuste de las cotizaciones de los energéticos, los mayores precios de los productos agropecuarios, el aumento al salario mínimo y, más recientemente, las alzas en las tarifas del transporte público”. Lo peor es que Banxico espera que la inflación anual siga aumentando en los próximos meses, para descender en la segunda mitad del año y más pronunciadamente a partir de inicios de 2018. En su último Anuncio de Política Monetaria, el Banco de México advirtió que el principal riesgo para la inflación es que el número y la magnitud de los choques que se han observado aumenten la probabilidad de efectos de segundo orden sobre el INPC. Además, que la moneda nacional experimente depreciaciones adicionales, así como el riesgo de que se observen incrementos en los precios de los bienes agropecuarios, aunque su impacto sobre la inflación “sería transitorio”.