'Canto Zapoteca” de Feliciano Carrasco

miércoles, 7 de junio de 2017 · 12:47
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Desde el Istmo de Tehuantepec, el cantautor oaxaqueño Feliciano Carrasco, nacido en Juchitán el 25 de noviembre de 1972, nos envía su quinto disco Canto Zapoteca, grabado ya hace varias lunas con apoyos del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, por medio del Programa de Músicos Tradicionales del ahora extinto Conaculta. A partir de los 14 años de edad, Carrasco se ha dedicado a promover canciones originales en su idioma natal, por medio de CDs con colegas que interpretan en lengua zapoteca como Juan Jiménez, Eustaquio Jiménez Girón, Ángel Toledo o Luis Martínez Hinojosa, acompañándose con la guitarra. Su primera grabación, que produjo con Benigno Gasca (su profesor de guitarra en la Casa de Cultura de Azcapotzalco) en los arreglos, se intituló Béere Léele, alcaraván, nombre de una chilena donde brota la nostalgia de un ave que caracteriza a su tierra nativa. Si la vida me permite fue el segundo disco realizado para el Conaculta, cual “declaratoria de identidad personal”, conforme expresó a la agencia Notimex en su momento. El CD Andrés Henestrosa. Cien años, registró diez temas de su paisano poeta, cantados con guitarra por Carrasco, quien estudió canto y solfeo con diversos profesores de la Escuela Nacional de Música. “Canto Zapoteca” abre con tema homónimo de Saúl Martínez, cuya letra empieza así: A lo largo del camino que entre el polvo te levanta, eres torvo remolino que se forma en la barranca. Va diciendo el zapoteca con el llanto en la garganta: “Nada importa el cruel destino cuando el alma llora y canta…” Sigue la leyenda de “El zopilote y el águila”, chilena de César López (en zapoteco “So´pe ne Bisia”) para dar paso al son tradicional “La sandunga” y “María”, vals de Rey Baxa: Yo boda, no puedo María. Tú bien sabes, me conoces… Solo me quedé, falleció mi madre. ¿Qué haré, con quién iré? Continúan tres boleros: “Sólo a ti te quiero”, de Jesús Rasgado; “El que la debe la paga” (“Ni nuzabi´zaguixe”), y “Sollozando” (“Cayuuna´cayate’ pur lii”), de Eustaquio Jiménez Girón. El son istmeño de Víctor Man, “Divorcio” (“Guenda xheela´bibia”), reza: Con qué dolor me dejaste, mi reina… Desde el día que partiste de mi casa, no he podido encontrar por qué te fuiste. Fui a la Catedral, hablé con todos los santos para que intercedan ante Dios por mí. Tú me dejaste, yo no sé si podré encontrar a otra mujer. Si fueras inteligente, mi reina… Sabrías cuánto te quiero, no habría día en que te fueras. Tú me dejaste, la gente habla, tus padres se ponen contentos, no saben que volveré a encontrar a otra mujer, ¡aunque sea mayor!. Otros dos boleros prosiguen este Canto Zapoteca, de Feliciano Carrasco: “Deuda”, de Hilarión Sánchez Orozco, y “Naela” de Jesús Rasgado y Antonio Sánchez Cisneros. El álbum culmina con el pasillo “Muchacha Hermosa” (Ba’dudxaapahuiini sicarú”), de Eustaquio Jiménez Girón, y el vals colombiano “Última palabra” (“Guenda nabáani”), de Juan Jiménez, con música y traducción de Daniel C. Pineda, que dice: Mis labios se enmudecieron ya al intentar decirte adiós, ¿Qué será de mi alma si al fin lejos me voy a vivir? Ven a mi lado, ingrata, ven vida de mi mismo ser, quiero verme en tus ojos y embriagarme en el aliento que tu boca expira, con la dulzura innata de tu amante alma. Si el destino indestructible me obliga con pena verte marchar, ausente de ti voy a vivir, mujer, pero con fe vives en mi triste corazón. Eres el ángel que del cielo vino a esta vida de pesares, a endulzar mi amarga juventud. Pero si por desgracia mueres, o yo muera, allá en la otra mansión ante el Creador me uniré a ti. Los magníficos dibujos que adornan esta edición del Canto Zapoteco de Feliciano Carrasco fueron obra del pintor Gastón de Gyves (binniguenda_5@hotmail.com).

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