PUEBLA, Pue. (apro).- El robo de combustible o huachicol representa una pérdida para el país de cuando menos 20 mil millones de pesos al año, además de que destruye el tejido social y pone en riesgo la seguridad de quienes lo almacenan. Así lo aseguró el director de Petróleos Mexicanos (Pemex), José Antonio González Anaya, y dijo que para combatir el hurto el gobierno federal implementará en México el modelo colombiano. Al participar en el Congreso Mexicano del Petróleo que se realiza en esta capital, González Anaya comentó que el robo de combustible “hace perder mucho dinero, pero además destruye el tejido social de comunidades enteras, y es peligroso almacenarlo sin medidas de seguridad”. Se trata de un “problema grave”, alertó. Añadió: “Hemos estudiado el caso colombiano, donde tuvieron una situación peor que la nuestra y lo resolvieron, así que espero que en México también lo resolvamos”. Al respecto, el pasado lunes 5 el procurador general de la República, Raúl Cervantes, anunció que México “implementará el modelo colombiano y generará áreas regionales de inteligencia”. El director de Pemex confirmó que en esta ciudad –donde el pasado 4 de mayo se enfrentaron elementos del Ejército con huachicoleros, uno de los cuales fue ejecutado mientras era sometido– se aplica ya el modelo colombiano, y comentó que la estrategia para evitar el robo de hidrocarburos también incluye atacar no sólo las tomas clandestinas, sino también los puntos de venta. Para eso, dijo, se trabaja con diversas autoridades, entre ellas el Sistema de Administración Tributario. El robo, agregó, “es un tema en el que hemos sostenido que se trabaja en una estrategia integral y frontal que tiene varios elementos interesantes y que me hace ser optimista que en el mediano plazo se logrará. No estoy hablando de días ni de semanas, es decir, de meses”, expuso. Sostuvo que a diferencia de otras estrategias no sólo se trata de evitar el robo de combustibles, también se ataca el punto de venta, además de que “semanalmente se reúnen representantes de distintas instancias federales, como la Secretaría de Hacienda, la Procuraduría General de la República, las fuerzas de seguridad del país, los gobiernos estatales y la empresa, para dar seguimiento al tema. Ahí se analizan los resultados a fin de ajustar la estrategia”, apuntó. En febrero de 2016, cuando asumió la dirección de Pemex, González Anaya anunció como primer acto de gobierno un recorte de cien mil millones de pesos debido a la crisis que enfrentaba en ese momento la empresa productiva del estado. Hoy dijo que las finanzas son estables. Para llegar a esta situación, dijo, se replantearon las inversiones y los mercados aceptaron bien los cambios, y se prevé que 2017 –dijo– sea un punto de inflexión a fin de tener un superávit primario, una proyección de precios conservadora de 42 dólares por barril y una plataforma de producción de un millón 994 mil barriles diarios. “Con estos precios y con una plataforma de producción conservadora que aumenta a un millón 994 mil barriles poco a poco, en 2020 o 2021 se regresará a 2 millones 200 mil barriles, y Pemex puede volver al equilibrio financiero”. Comentó que uno de los retos es reemplazar la caída de la producción de Cantarell, estabilizar la producción y eventualmente incrementar la plataforma de manera rentable, segura y sustentable. Julio, próxima licitación Ayer, cuando arrancaron los trabajos del Congreso, el titular de la Secretaría de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, informó que el próximo mes se anunciará la licitación de campos que contienen gas y petróleo tipo shale, conocidos como recursos no convencionales. La Sener sostiene que México cuenta con la sexta reserva de gas shale en el mundo. Partidos de oposición como Morena, Movimiento Ciudadano (MC) y Partido del Trabajo (PT) se opusieron a la reforma energética, entre otras cosas por el uso de “la fractura” para poder extraer el citado gas, pues para ello se requieren miles de litros de agua. De acuerdo con Joaquín Coldwell, la explotación del gas se hará tomando en cuenta la legislación ambiental y el uso del agua, lo que permitirá que se puedan explotar los yacimientos de gas shale.